- Julio M. Shiling
"El Levantamiento Popular del 11 de Julio (11J) de 2021 marcó un antes y un después para la dictadura comunista en Cuba"
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Hannah Arendt sostenía que el modo totalitario de ejercer el poder estaba estructurado para reducir a los seres humanos a objetos. Esto no era solamente un efecto del modelo operativo no democrático. Era una necesidad metódica para maximizar el control y restringir la acción política contra él. En Los orígenes del totalitarismo (1951), Arendt equiparó la espontaneidad con la libertad. Una vez que un régimen consigue aplastar la actividad popular espontánea, los seres humanos, al convertirse en entidades atomizadas, se deshumanizan y sirven al poder político como herramientas. Desde un punto de vista práctico, una vez que la acción política recupera la capacidad de actuar espontáneamente en público, el régimen totalitario está en apuros.
El Levantamiento Popular del 11 de Julio (11J) de 2021 marcó un antes y un después para la dictadura comunista en Cuba. Es cierto que la oposición al comunismo cubano ha sido un fenómeno continuo. Desde 1959 hasta hoy, los cubanos han trazado incesantemente caminos de liberación, tanto por medios violentos como no violentos. Miles han muerto y cientos de miles han cumplido penas de prisión luchando por la libertad de Cuba. Sin embargo, el régimen castrista nunca se había enfrentado a manifestaciones populares masivas, de un punto a otro del archipiélago cubano, como aquel accidentado domingo de pleno verano de 2021.
Al castrocomunismo le pilló completamente desprevenido. Más de setenta y dos localidades de Cuba fueron testigos de reclamos populares por el fin del socialismo y la tiranía. El motor dialéctico marxista de la historia se había desviado repentinamente del guion leninista. Esto reveló dos hechos importantes. Uno, el pueblo cubano, a pesar de haber sufrido más de seis décadas de inculcación de la contracultura comunista, pedía decididamente un cambio sistémico profundamente arraigado. En otras palabras, no más comunismo dirigido por un clan oligárquico. Esto significaba que la propaganda marxista e impía no era rival para las verdades universales y los principios que suscriben un orden trascendental. El pueblo cubano estaba ejerciendo sus derechos naturales y apelando a la moral preeminente de la ley natural.
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