- Julio M. Shiling
La mayor pesadilla de la izquierda acaba de materializarse. El tsunami de la libertad de Estados Unidos formado por la Nueva Derecha, un Partido Republicano centrado en la cultura y Donald J. Trump se ha reunido. El objetivo no es otro que salvar la República. En Orlando, Florida, sin disturbios, incendios o violencia, los americanos conservadores y centristas se reunieron para desafiar la ira del socialismo sobre la nación. El CPAC de la Unión Conservadora Americana sirvió de escenario para este renacimiento seminal del GOP. La facción globalista fue oficialmente expulsada.
Normalmente, el ejercicio de la presidencia de la nación hace recaer los años sobre el titular del cargo. Barack Obama llegó con un aspecto afilado y juvenil, pero se marchó con la apariencia de un hombre de mediana edad desgastado y de última fila. Lo más probable es que Joe Biden se marche en una camilla o a un cambio de domicilio en una residencia de ancianos. El 45º presidente, sin embargo, dejó la presidencia pareciendo indemne al cargo. Esto es increíble, teniendo en cuenta los retos impresionantes a los que se enfrentó, además de la guerra sucia que la izquierda, los medios de comunicación, las grandes empresas tecnológicas y las élites culturales emprendieron contra él. El domingo, en la conferencia del CPAC, Trump apareció rejuvenecido y decidido a liderar la defensa de Estados Unidos contra los avances de las fuerzas autoritarias, ideológicamente comprometidas con los objetivos marxistas.
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