Las épocas definen a los hombres
El devenir histórico no es un río apacible; es más bien un torrente que en ocasiones se desborda y obliga a la humanidad a buscar figuras capaces de enfrentar la tempestad. Las épocas, con sus desafíos y complejidades, no solo moldean el destino de las naciones, sino también el perfil de los hombres que emergen como protagonistas. Son los tiempos críticos los que llaman a líderes capaces de encarnar la voluntad colectiva y redirigir el rumbo de la historia.
El caos que nos ha tocado vivir tras largos años de gobierno Demócrata transformó las aguas mansas en violentas tempestades. Las promesas de unidad y progreso se desvanecieron en políticas que, bajo la bandera del globalismo y el progresismo desmedido, minaron los cimientos económicos, debilitaron la posición internacional del país y sembraron la división interna. La clase media, columna vertebral de la nación, fue golpeada, las fronteras se volvieron porosas y la identidad nacional se desdibujó en un mar de ambigüedades ideológicas.
En medio de este panorama sombrío, la historia exigía una figura disruptiva, un hombre que no surgiera del molde tradicional de la política, sino alguien capaz de enfrentarse al sistema establecido. Así emergió Donald Trump. Para algunos, una anomalía; para otros, la respuesta necesaria al desorden reinante. Pero más allá de simpatías o rechazos, es innegable que Trump encarnó la esencia de su época: la rebelión contra el estancamiento político, la voz de los sectores olvidados y la defensa de un nacionalismo económico que priorizara los intereses internos sobre las dinámicas globalistas.
Su visión clarividente de devolver al país su esplendor, su fuerza y su prestigio internacional fue el motor que lo catapultó al poder con una inmensa mayoría. No fue un simple accidente electoral; fue la manifestación de un clamor popular que pedía firmeza, identidad y liderazgo. Y Trump no tardó en demostrarlo. En sus primeras semanas de gobierno, implementó una serie de medidas que marcaron su carácter decidido: firmó órdenes ejecutivas para fortalecer la seguridad fronteriza, impulsando la construcción de un muro en la frontera sur y ampliando las facultades de deportación. Con la misma determinación, retiró al país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), priorizando la industria nacional frente a los intereses globalistas.
Además, aplicó un veto migratorio a ciudadanos de varios países mayoritariamente musulmanes, desatando debates legales y sociales, pero manteniéndose firme en su decisión. No se detuvo ahí: revirtió regulaciones ambientales impuestas por el gobierno anterior, reactivó proyectos energéticos estratégicos como los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, y dejó claro que su administración priorizaría la economía y la autosuficiencia energética sobre las presiones internacionales.
Estos primeros pasos no solo mostraron sus prioridades, sino también su voluntad de hierro. Trump demostró ser un líder que no se doblega ante la crítica mediática ni las presiones políticas. Su determinación para ejecutar políticas audaces, aunque controversiales, reflejó su compromiso con la visión que lo llevó al poder.
Las épocas, al final, no piden hombres perfectos, sino líderes capaces de interpretar el pulso de su tiempo. Y en medio del caos, Trump emergió como el reflejo de una sociedad cansada de discursos vacíos y sedienta de resultados tangibles. Porque los hombres hacen la historia, sí, pero es la época la que los llama a escena. Y esta, sin duda, fue su época.
Autor: Jorge Luis León. Graduado de Lic. en Historia y Ciencias Sociales en el Instituto Superior pedagógico Enrique Jose Varona, es ensayista y escritor y autor de varias publicaciones en Periódico Cubano, 14Ymedio y ahora en Patria de Martí. Trabajó como profesor de historia en nivel medio-superior por 30 años. Al romper sus relaciones, con el Ministerio de Educación fue a dirigir una Academia de Ajedrez en Guanabacoa, donde residía, participó en múltiples torneos y escribió su libro Breviario Ajedrecístico, publicado en Cuba en el 2002. En 2002 viajó a Estados Unidos, fundó una Academia... dio clases en varias escuelas hasta que se trasladó a Houston donde reside actualmente. Ahora estoy jubilado.