De Teddy Roosevelt a Donald Trump, algo más que un disparo para matar a un Alce
Butler, Pennsylvania, al caer la tarde de este sábado 13 de julio, Donald Trump es herido de bala, minutos después de iniciar su discurso ante una multitud de seguidores en una reunión electoral. Los disparos mataron a una persona, hirieron de gravedad a otra, en tanto el atacante fue abatido, evitando así peores consecuencias.
Milwaukee, 14 de octubre de 1912, el candidato presidencial Theodore Roosevelt recibe un disparo en el pecho, cuando se dirigía al escenario donde le esperaban miles de seguidores.
Aquel día aciago, hace algo más de un siglo, el líder de los célebres Rough Riders, dijo:
«Amigos, voy a pedirles que sean lo más silenciosos que puedan. No sé si ustedes saben que he sido herido, pero se necesita más que eso para matar a un alce."
Donald Trump, con el rostro ensangrentado, levanta el puño en alto, lo agita varias veces antes de que le saquen a la fuerza del podio. Una vez más le acompañó esa energía asombrosa que le ha permitido avanzar durante una continuada persecución política en su contra, apelando sus enemigos al linchamiento mediático y hasta judicial, mientras moviliza a millones de partidarios en mítines sin precedentes en las campañas electorales de los últimos 50 años.
Esa imagen valdrá por millones de palabras, equivalentes a votos, desde ahora y hasta el 5 de noviembre, cuando se consume el acto final del reality show que es la presente contienda electoral, donde como acaba de verse, sin lugar a dudas, hasta la vida está en juego.
Formalmente, con mayor o menor sinceridad, la condena a los hechos es unánime.
Teddy Roosevelt, herido de bala por un fanático anarquista que no le quería como presidente, se negó a ser asistido por los médicos, pronunciando un discurso inmediatamente después del atentado. Cayó al suelo exhausto junto a sus últimas palabras. Sobrevivió 7 años más con el plomo de testigo en su cuerpo.
El presidente del Big Stick pasó a la historia, entre otras muchas hazañas y legados, por ser el único mandatario estadounidense con una medalla al valor, otorgada por el Congreso de los Estados Unidos, en memoria de su arrojo al encabezar a sus hombres en un asalto de caballería contra las trincheras españolas durante la batalla de la Loma de San Juan, Santiago de Cuba, combatiendo por la libertad el 1 de julio de 1898.
Como ningún otro ejecutivo en la Casa Blanca, durante los 65 años de dictadura totalitaria comunista de los Castro, el señor de Mar a Lago ha estado junto a los cubanos en la lucha por la libertad. Su compromiso llegó al punto de firmar el capítulo III de la Ley Helms Burton. La Plaza de la Revolución respiró aliviada cuando un contemporizador llamado Joe Biden se instaló el Washington.
Los luchadores por la libertad sabrán escoger.
La energía es un rasgo distintivo de los líderes. El valor y la determinación les acompañan.
El pueblo de los Estados Unidos decidirá en elecciones libres quien será su próximo presidente.
Autor Vicente Morín Aguado. Periodista independiente cubano, profesor de historia y filosofia, colaborador de los medios digitales Havana Times, Diario de Cuba, Cubanet, Palabra Nueva y otros medios. Actualmente vive en los Estados Unidos.