"El Vaticano ante una encrucijada: Entrevista con Julio M. Shiling sobre el próximo cónclave y la política internacional"
En una entrevista exclusiva para el programa "Punto de Orden" de Radio Centro 101.3 FM, el politólogo internacional Julio M. Shiling analizó los retos que enfrenta la Iglesia Católica ante el próximo cónclave, además de ofrecer su perspectiva sobre los primeros 100 días del presidente Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca.
Juan Xavier Benedetti: Estamos en Punto de Orden por Radio Centro. Vamos a conversar con Julio Shiling, politólogo, autor y director de Patria de Martí y de CubanAmerican Voice. La Iglesia Católica atraviesa uno de los momentos más trascendentales de su historia reciente: la elección del sucesor del Papa Francisco. El próximo cónclave que se inicia el 7 de mayo pondrá en manos de 135 cardenales la enorme responsabilidad de elegir al nuevo líder espiritual de 1400 millones de fieles. Para entender mejor lo que está en juego, conversaremos con el politólogo internacional Julio Shiling. Señor Shiling, ¿qué perfil cree usted que buscarán los cardenales en este cónclave? ¿Un papa que continúe la apertura impulsada por Francisco o un liderazgo más conservador que refuerce la doctrina tradicional?
Julio M. Shiling: La iglesia tiene un problema en este sentido similar a lo que se ve en el entorno secular en cuanto a la política: una división liberal-conservador, derecha e izquierda. Esto es un problema muy serio dentro de la iglesia y, como politólogo, me veo obligado a mirarla con ese lente. La Iglesia está ante la amenaza de tener un cisma, hay una gran división entre el ala izquierda y el ala derecha. El Papa Francisco exacerbó esa diferencia, la llevó a niveles muy enaltecidos y eso dividió enormemente.
Por ejemplo, tomemos el caso de la misa en latín. Nadie está obligado a tener que ir a la misa en latín, sin embargo, hubo una persecución por parte del Vaticano bajo el mando del Papa Francisco con respecto a eso. Hay declaraciones de él que decían que personas que estaban insistiendo en eso tenían "desbalances mentales". Esto es algo muy serio.
El problema es que el Concilio Vaticano II trajo muchos cambios y un enfoque prioritario sobre cosas de la tierra versus el papel de buscar salvar almas para la otra vida. Cuando se pide claridad doctrinal en muchas de las declaraciones y posiciones que el Papa Francisco tomó, vemos esta realidad.
Si miramos los números de los cardenales del Colegio de Cardenales que va a emitir el voto decisivo, uno podría decir que el ala que puso el Papa Francisco predomina, eso es cierto. Pero cuando miramos los continentes con mayor crecimiento para el catolicismo como África y Asia, y lo comparamos con Europa donde se ha perdido enormemente, vemos que en Europa y en Norteamérica el regreso a la iglesia es predominantemente por la vía de la misa tradicional, con apego a valores tradicionales y a la doctrina pre-Concilio Vaticano II. Entonces, ante la amenaza de un cisma dentro de la iglesia, no creo que vamos a ver una continuidad tan abiertamente del mandato del Papa Francisco.
Juan Xavier Benedetti: Señor Shiling, dado que el 80% de los cardenales electores fueron nombrados por Francisco, ¿cuánto peso real tendrá su legado en la elección del nuevo pontífice?
Julio M. Shiling: Como mencioné, si miramos netamente por los números, uno podría decir que si establecieran un bloque sólido de votos, habría la continuidad del presente curso. Pero el problema es que hay muchos cardenales que vienen de regiones precisamente donde hay un apego popular al catolicismo y se abrazan nociones tradicionales, con una fidelidad a la doctrina que discrepa con muchas de las posiciones que tomó el Papa Francisco.
De modo que el peso enorme que van a tener los cardenales sobre sus hombros podría llevar a muchos de ese 80% que podemos decir estarían en la línea del Papa Francisco, a moverse más hacia el centro o centro-derecha para buscar una reconciliación y evitar una división aún más profunda en la iglesia.
Mariasol Pons: Señor Shiling, muy buenos días. María Sol Ponz le saluda. Bienvenido a Punto de Orden. Con respecto a la balanza geopolítica, el cónclave se instalará a partir del 7 de mayo. Puede tomar dos o tres días para que se nombre al nuevo Papa y, con respecto a este nuevo nombramiento, claramente se realinea el balance geopolítico, siendo que el Vaticano es un gran actor en ese sentido.
Con respecto a la participación de la presidencia de Donald Trump, las alianzas que están teniendo lugar entre China y Rusia, lo que pasa con Ucrania, ¿qué podemos esperar? ¿Cuál es su visión de lo que se puede esperar con respecto a estos cambios, con la gran pieza clave de incertidumbre que es quién será el nuevo papa? ¿Cree usted que los países todavía toman mucho en cuenta la participación papal o cree usted que eso ha disminuido?
Julio M. Shiling: [El Vaticano] tiene un papel extraordinario. El Papa Francisco, lamentablemente, y esto en gran medida es el rechazo de muchos católicos a su control del Vaticano, tuvo una preferencia ideológica extraordinaria. Por ejemplo, él nunca visitó a su país natal Argentina, pero a Cuba comunista no solo fue dos veces, sino que jamás se expresó en contra de los crímenes contra la humanidad que ahí se cometían y se cometen. Él ha llamado abiertamente al dictador Raúl Castro su amigo.
Esto es muy problemático porque cuando va a México pide por los presos comunes, y sin embargo, en Cuba comunista nunca pidió por los presos políticos. En Nicaragua, en Venezuela, considera que el cambio climático es una de las peores amenazas al mundo. O sea, tiene una afinidad a muchos conceptos globalistas que están en disputa. Ha sido uno de los papas menos trascendentalistas, más ocupado en las cosas de la tierra. Y esto es producto, si miramos la conferencia de Medellín de 1968, donde se volcó en América Latina una fusión del marxismo con el cristianismo. El Papa Francisco es producto de esa era y lo demuestra constantemente.
Si miramos, por ejemplo, el papado de Juan Pablo II, fue completamente diferente: alguien que condenó el totalitarismo, el comunismo, condenó el secularismo en extremo, la sociedad de consumo. Sin embargo, hablaba a favor de los pobres. En este caso hemos visto una posición frente a dictaduras de izquierda que cometen crímenes contra la humanidad, una pasividad y un apego. El Vaticano bajo su dominio tuvo un papel muy clave en el acercamiento de Cuba comunista con el gobierno de los Estados Unidos.
Volvemos al papado de Juan Pablo II donde su papel fue aportar a que el comunismo soviético fuera derrocado, un entorno y una visión muy diferente. Entonces sí, por supuesto que la política humana tiene mucho que ver con lo que ocurra en el Vaticano, porque el Vaticano ha tenido un papel a través de la historia y lo sigue teniendo, lo va a tener siempre en lo que ocurre en el mundo.
Óscar del Bruto: Julio, muy buenos días, Óscar del Bruto le saluda. Aprovechando que está aquí usted con nosotros, quisiera yo cambiar de tema a la política internacional. Se cumplen los primeros 100 días de la administración de Trump. ¿Cuál es su lectura de lo que ha pasado estos 100 días, y en especial de esto que se ha llamado la guerra de los aranceles?
Julio M. Shiling: Los primeros 100 días para un presidente siempre han sido el termómetro que ha marcado a los presidentes. Podemos decir que, en cuanto a lo que se trazó de cumplir, el presidente Trump ha hecho mucho más de lo que se esperaba. El revertir el socialismo cultural es uno de los mecanismos que ha estado llevando a cabo. Ya en el gobierno no se están promoviendo conceptos neomarxistas de la ideología de género, titulado bajo diversidad, equidad e inclusión; esto está prohibido en instituciones de educación que reciben fondos públicos y federales.
También se ha enfrentado a sacar los hombres de los deportes de las mujeres y de los baños de mujeres bajo el aporte de fondos federales a la educación. Ha cumplido en cuanto a desmantelar el estado administrativo, esa gran burocracia que realmente le roba espacio al sector privado y opera como un gobierno en las sombras.
Los aranceles hay que entenderlos no como un fenómeno aislado. La referencia a una "guerra comercial" da una imagen no cierta, porque si poner aranceles es iniciar una guerra, pues han estado en guerra el mundo con los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, porque los Estados Unidos aceptó, toleró y alimentó que le pusieran aranceles por la visión de primero ayudar a Europa en la posguerra y después ayudar a Asia a desarrollarse.
El acercamiento con China multiplicó geométricamente ese desbalance donde los Estados Unidos, pensando que estaba promoviendo la democracia y que el mundo iba a estar más seguro y más sano, permitió que en su país hubiera una invasión de productos de consumo más baratos a cambio de llevar puestos laborales a personas de la clase media, la clase obrera, principalmente personas sin títulos universitarios, que han pagado un precio extraordinario por lo que equivale a una transferencia de riqueza tremenda.
Los aranceles forman parte primero de anivelar el juego del comercio, de la reciprocidad, también un fenómeno de seguridad nacional. Los Estados Unidos no puede depender de que, por ejemplo, el 80% de los antibióticos que se consume vengan de China, o que la mayor parte de los equipos médicos en hospitales y centros de cuidado médico en los Estados Unidos vengan casi todos de China. Eso coloca a los Estados Unidos muy vulnerable. No puede permitir que el acero en gran proporción venga de afuera. Hay determinadas industrias que los Estados Unidos tiene que traer a la producción dentro del país por cuestiones de seguridad nacional.
Dentro de este planteamiento, sin lugar a duda, es un enfrentamiento contra China comunista por la grave amenaza que China representa al mundo libre en todo el globo. No es casualidad que vemos a China hablando a países que están entrando en acuerdos comerciales con los Estados Unidos, amenazándolos que van a tener que pagar un precio por eso. Sin embargo, los países Japón, la Unión Europea, Taiwán, Corea del Sur, las economías principales del mundo, prefieren una relación cordial económica con los Estados Unidos porque es el mercado más grande.
Es una política industrial nueva la que estamos viendo, un cambio de modelo, y los aranceles son simplemente una de las herramientas. Fíjense que en cuanto, quitando a China, casi todos los países de las economías principales, incluida la India, han buscado un acuerdo, un acomodamiento con el gobierno [de EE.UU.], porque se dan cuenta que los aranceles dañaban enormemente a los productores estadounidenses y no se quieren privar del mercado norteamericano, que es el mercado más pudiente de todo el mundo.
Así que le diría que los primeros 100 días han sido altamente exitosos, a pesar de las demandas que han estado poniendo en la parte de la inmigración ilegal a los Estados Unidos, que la entrada de manera ilegal ha descendido como un 98%, y eso es muy importante. Lo que se está tratando de hacer es no cerrar la puerta al inmigrante sino exigir que sea por la puerta de la legalidad y que se termine de abusar del precepto de pedir asilo político.
Está tratando de ponerle fin a la guerra que Rusia llevó a cabo y causó a Ucrania porque a la larga ambos países sufren, pero Ucrania tiene mucho menos personas. A pesar de que podemos argumentar que el hecho de que Ucrania sigue siendo un país soberano y libre, Ucrania ganó, no fue tomada por Rusia en gran medida por la ayuda que ha recibido de Occidente, pero [Trump] está tratando de poner fin, está ejerciendo una presión sobre el dictador Putin y el presidente Zelenski para que eso ocurra.
En cuanto al Medio Oriente, el desbalance que había, que daba preferencia tanto el gobierno de Joe Biden, que fue la apreciación de muchos el tercer término político de Barack Obama, dio una preferencia al chiismo radical, a Irán, y eso causó un desbalance extraordinario en el Medio Oriente con otros países musulmanes moderados como Arabia Saudita, como Egipto. Entonces estamos viendo un reordenamiento de ese mundo en esa región tan complicada.
Para cerrar, diría que ha sido altamente exitosa [la administración Trump] a pesar de las demandas, esto es una crisis en el sentido del impacto que tiene de manera adversa sobre la separación de poderes. Las acciones del presidente, los despidos en la transformación, por ejemplo, de la burocracia norteamericana está bajo la sombrilla de la rama ejecutiva, no de la rama judicial. Estamos viendo jueces de distrito alcanzarse una potestad extraordinaria, sobrepasando el alcance que tiene la rama judicial, que al final el Tribunal Supremo tendrá que tomar mayores cartas sobre el asunto para resolver este problema que pudiera resultar a largo plazo en un desequilibrio tremendo de esa separación de poderes.
Juan Xavier Benedetti: Un gusto haber podido contar con el análisis político internacional de Julio Shiling Gracias por estar en nuestro programa Buenos días.
Julio M. Shiling: Como no, con mucho gusto.
Programa Punto de Orden de Radio Centro 101.3 FM de Ecuador transmitido el 29 de abril del 2025.
