Cuba: El 'control' del fracaso
El Estado cubano persiste en su obsesivo afán por controlar cada engranaje de la economía nacional. Esta férrea política de supervisión no solo ahoga la actividad económica, sino que también despoja a su pueblo de las herramientas necesarias para superar las carencias materiales que marcan su vida cotidiana. En lugar de promover mecanismos que incentiven la producción y mitiguen el hambre, el gobierno opta por regular hasta la última ganancia obtenida, cometiendo el error fatal de paralizar la iniciativa creadora de los productores.
Este control desmedido multiplica la escasez y perpetúa la dependencia hacia un sistema que no ofrece soluciones viables. Como resultado, Cuba enfrenta una crisis sistémica que no solo afecta su economía, sino que también erosiona la esperanza de sus ciudadanos. Ante esta realidad, surge una pregunta inquietante: ¿Es esto parte de un plan deliberado para aniquilar a un pueblo? Aunque la idea parezca descabellada, las consecuencias del modelo actual invitan a reflexionar sobre sus verdaderos propósitos y los devastadores efectos que produce.
Un análisis económico riguroso desnuda la ineficacia de un poder torpe e inhumano, que ha llevado al país al borde del abismo. Sin embargo, resulta desconcertante que, pese a todo, una parte de la población continúe apoyando estas políticas. Este respaldo podría explicarse por la propaganda estatal, el miedo a represalias y la resignación acumulada tras décadas de opresión. Sesenta y cinco anos de dictadura sin duda pesan .
El panorama económico es devastador. El Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 10.9 %, mientras que la inflación, motor de la miseria, escaló del 18.5 % en 2020 al 77.3 % en 2021, al 39.1 % en 2022 y se aproximó al 40 % en 2023. Paralelamente, el dólar se cotiza a 330 pesos cubanos por unidad. Como resultado de este desplome, se calcula que el 88 % de la población vive en extrema pobreza.
En la Asamblea del Poder Popular, el designado Díaz-Canel, sin sonrojarse, señaló:
“Si hay bloqueo, si se ha recrudecido, si nos enfrentamos a una guerra económica”.
Una catedral de mentiras diseñada solo para ignorantes o acólitos de un régimen podrido. Como explicó el senador Marcos Rubio, solo existe un embargo, y ni siquiera se cumple ni un punto de esas cacareadas medidas adicionales. Incluso, Estados Unidos realizó el año pasado una donación a Cuba de 36 millones de dólares,
La crisis del turismo y la energía ha desatado una notable escasez de divisas, exacerbando la ya macabra situación del ciudadano cubano. A pesar de ello, el gobierno insiste en invertir en hoteles, ignorando una realidad que no deja margen para mitigar la gigantesca crisis que condena al hambre a casi nueve millones de cubanos.
Estos datos son una prueba contundente del fracaso del régimen comunista, que ha navegado siempre contracorriente, señalando al llamado "bloqueo" como el chivo expiatorio de sus políticas desastrosas y sus nefastas consecuencias. Sin embargo, esta narrativa oficial se desmorona frente a cifras reveladoras: en 2023, Cuba compró a Estados Unidos productos por valor de 404.1 millones de dólares, cifra que aumentó a 515 millones en 2024, según datos del U.S. Census Bureau.
Los números hablan por sí solos. ¿Se frenará a tiempo esta política de exterminio, o las consecuencias terminarán por extinguir el espíritu de lo cubano? Ya se perciben señales alarmantes: generaciones de cubanos cuya talla y peso no se corresponden con los niveles previos a la Revolución.
La incapacidad del modelo cubano para adaptarse a los desafíos contemporáneos y generar prosperidad es evidente. Mientras tanto, el pueblo sigue atrapado en una espiral de pobreza y desesperanza, bajo un gobierno empeñado en mantener un control totalitario sobre todos los aspectos de sus vidas.
Así las cosas el régimen avanza en la eliminación progresiva de derechos básicos y subsidios, agudizando las consecuencias de un sistema económico fallido que condena a la mayoría a la pobreza extrema. La dolarización de servicios esenciales, como la telefonía, y productos de la libreta de racionamiento ha dejado a un pueblo empobrecido en un estado de indefensión, obligándolos a depender de una moneda que no perciben. Mientras tanto, el cerco del control gubernamental se cierra, evidenciado en la represión política, el abandono total de las necesidades básicas y el hambre que asfixia a una nación que, lejos de progresar, se sumerge en una crisis humanitaria sin precedente.
La única salvación sería un cambio profundo, uno que libere las fuerzas productivas, incentive la creatividad y devuelva al pueblo la dignidad perdida. Pero la gran pregunta persiste: ¿Será posible superar este "control del fracaso"? La historia de otros países que han transitado caminos similares sugiere que sí, pero solo si surge una voluntad colectiva capaz de romper las cadenas de un sistema que ya ha demostrado, más allá de toda duda, su incapacidad para ofrecer un futuro mejor.
Autor: Jorge Luis León. Graduado de Lic. en Historia y Ciencias Sociales en el Instituto Superior pedagógico Enrique Jose Varona, es ensayista y escritor y autor de varias publicaciones en Periódico Cubano, 14Ymedio y ahora en Patria de Martí. Trabajó como profesor de historia en nivel medio-superior por 30 años. Al romper sus relaciones, con el Ministerio de Educación fue a dirigir una Academia de Ajedrez en Guanabacoa, donde residía, participó en múltiples torneos y escribió su libro Breviario Ajedrecístico, publicado en Cuba en el 2002. En 2002 viajó a Estados Unidos, fundó una Academia... dio clases en varias escuelas hasta que se trasladó a Houston donde reside actualmente. Ahora estoy jubilado.