¿Es la vía armada la única alternativa para la libertad de Cuba?
Lamentablemente, todos los medios pacíficos han fracasado y la dictadura castrocomunista no ha dejado otra opción. La libertad de Cuba puede tener un alto costo en vidas humanas.
El Agotamiento de las Vías Pacíficas en Cuba: Un Análisis Crítico
La historia de Cuba bajo el régimen castrista ha demostrado sistemáticamente el fracaso de las vías pacíficas para lograr un cambio democrático. Durante más de seis décadas, cada intento de oposición no violenta ha sido respondido con represión brutal, asesinatos selectivos y encarcelamiento masivo, evidenciando la intransigencia del régimen ante cualquier forma de solicitud de apertura democrática y hasta el más mínimo reclamo de un derecho humano ha sido reprimido brutalmente con encarcelamiento y condenas exesivas en causas fabricadas a los opositores pacíficos.
Represión Sistemática de la Disidencia Pacífica
El patrón de violencia dictatorial contra los defensores de cambios pacíficos se manifiesta en casos emblemáticos como el de Pedro Luis Boitel, quien murió en 1972 durante una huelga de hambre después de que se le negara agua por órdenes directas de Fidel Castro. Este patrón continúa hasta la actualidad, como lo demuestra la muerte de Orlando Zapata Tamayo en 2010 tras 86 días de huelga de hambre iniciada tras ser golpeado brutalmente en prisión y a quien le negaron el agua por 18 días en la cárcel Kilo 8, y el fallecimiento sospechoso por falta de atención médica y muerte inducida de Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, en 2011.
El asesinato de Oswaldo Payá en 2012 representa quizás el ejemplo más claro de la hostilidad del régimen hacia las iniciativas democráticas pacíficas. Payá, quien había recolectado más de 11,000 firmas para el Proyecto Varela buscando un referéndum democrático, fue eliminado en un accidente vehicular orquestado por el Ministerio del Interior, demostrando que el régimen no tolerará ni siquiera las propuestas más moderadas de reforma.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos responsabiliza al régimen castrista por la muerte de 4 presos políticos manifestantes pacíficos del 11 de Julio 2021.
Manuel de Jesús Guillén Esplugas, manifestante pacífico del 11 de julio de 2021 quien se encontraba recluido en el Combinado del Este, una cárcel de La Habana falleció en el 30 de noviembre 2024, Jesús Guillén Esplugas falleció por una golpiza que le propinaron en la cárcel, según denunciaron Justicia 11J y Cuba Decide, del que era promotor convirtiéndose en el tercer preso muerto relacionado con esas históricas protestas contra el régimen dictatorial de Cuba. El OCDH también recordó la muerte de Luis Barrios Díaz, de 37 años, quien falleció el 19 de noviembre de 2023 debido a complicaciones respiratorias por negligencia médica por parte de las autoridades penitenciarias en el Hospital La Covadonga, en La Habana.
Fracaso de las Iniciativas Diplomáticas
Los esfuerzos diplomáticos internacionales han resultado igualmente infructuosos. La apertura histórica de la administración Obama, lejos de fomentar reformas, resultó en una intensificación de la represión. Las gestiones del Vaticano por una apertura democrática fueron similarmente ignoradas. La respuesta violenta del régimen a las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021, que resultó en miles de detenciones y largas condenas de prisión, confirma su rechazo absoluto a cualquier forma de diálogo o concesión democrática.
La Inevitabilidad de la Resistencia Armada
La evidencia histórica demuestra que el régimen cubano ha cerrado sistemáticamente todas las vías pacíficas para el cambio democrático. La muerte de 14 prisioneros políticos en huelgas de hambre entre 1966 y 2020, documentada por la Comisión Internacional Justicia Cuba, subraya el costo humano de la resistencia no violenta. El régimen ha demostrado que responderá con violencia letal a cualquier desafío a su poder, independientemente de cuán pacífico sea.
Esta realidad plantea una conclusión inevitable: tras 66 años de dictadura totalitaria, la vía armada emerge como la única opción restante para lograr la liberación del pueblo cubano. Esta conclusión no se alcanza por preferencia ideológica, sino por la eliminación sistemática de todas las alternativas pacíficas por parte del propio régimen.
El fracaso de cada iniciativa pacífica, cada intento de diálogo, cada protesta no violenta, y cada esfuerzo diplomático no ha sido accidental, sino el resultado de una política deliberada del régimen de mantener su poder a cualquier costo. La historia demuestra que el régimen castrista nunca cederá voluntariamente el poder, independientemente de la presión pacífica que se le aplique.
Esta realidad presenta a la comunidad internacional y al pueblo cubano con una elección difícil pero clara: aceptar la perpetuación indefinida de una dictadura totalitaria o reconocer que la liberación de Cuba requerirá, inevitablemente, el uso de la fuerza militar para desmantelar un régimen que ha demostrado ser impermeable a cualquier otra forma de cambio.
La última posibilidad pacífica para una transición
Las políticas de la nueva administración Trump con nuevos líderes en su gabinete como Marco Rubio y Ted Cruz también pueden aumentar la presión con sanciones más drásticas contra el castrismo y los países que negocian con la dictadura como el último intento de obligarla a efectuar una transición pacífica. Aunque se supone que todas las cartas estén en juego y que algún tipo de intervención armada también esté sobre la mesa.
La pregunta del millón: ¿Puede Cuba liberarse del castrismo mediante la lucha cívica pacífica?
Muchas de las organizaciones disidentes cubanas y del exilio apuestan por la lucha cívica pacífica incluyendo muchas que en el pasado apostaron por el enfrentamiento militar a la dictadura, pero debieran estar pensando en un plan B y C que no descarte la confrontación armada con o sin intervención de los Estados Unidos.
La dura conclusión
Desafortunadamente la dictadura castrocomunista no ha dejado otra opción y la libertad de Cuba podrá tener un costo elevado en vidas humanas si los Estados Unidos no interviene para ajusticiar quirúrgicamente a los líderes asesinos castrocomunista que se oponen a un cambio pacífico. Los Estados Unidos tienen el deber y el derecho de participar en una confrontación armada contra la dictadura castrista ya que representa históricamente uno de los enemigos que más daño ha causado a su seguridad nacional y que por falta de voluntad política han permitido que el castrocomunismo continue promocionando no solo el odio a los Estados Unidos desde el patio trasero e incluso participando de las labores de espionaje y apoyo de las potencias comunistas y los terroristas islámicos.
🖋️Autor Jose Tarano
📰 Artículos por Jose Tarano
Jose Tarano es productor técnico, diseñador gráfico, colaborador e investigador de Patria de Martí y The CubanAmerican Voice y columnista. Es licenciado en Ingeniería Eléctrica en Telecomunicaciones por el ISPJAE y es fundador de Electronics JR Computer Design and Service. Es oriundo de Santiago de las Vegas, La Habana, Cuba, pero reside en Estados Unidos.