«Nos han mentido siempre…» 20 de Mayo de 1902: ¿La independencia de Cuba?

Nos han mentido siempre 20 de mayo de 1902 la independencia de Cuba«Nos han mentido siempre…» 20 de Mayo de 1902: ¿La independencia de Cuba?

Nos dijeron…

Nos dijeron que aquel 20 de mayo de 1902 fue una farsa, que no hubo verdadera independencia, que todo fue una imposición del imperialismo yanqui. Nos repitieron hasta el cansancio que nacimos como una neocolonia, que la Enmienda Platt era una cadena vergonzosa. Nos enseñaron que nuestra soberanía fue secuestrada desde el inicio, y que solo el 1ro de enero de 1959 comenzamos a ser “verdaderamente libres”.

Pero ¿es cierto todo esto? ¿O es otra gran manipulación del relato oficial?

¿Independencia falsa… o República funcional?
La República nacida en 1902 no fue perfecta, como ninguna lo es en su nacimiento. Pero fue una República. Con Constitución, con alternancia de poder, con un Congreso plural, con libertades individuales y prensa libre. La Enmienda Platt, tan vilipendiada, fue derogada en 1934, treinta años antes del ascenso del castrismo. Y aún así, Cuba tuvo presidentes elegidos, múltiples partidos políticos, debates públicos y avances económicos notables.

¿Neocolonia? Éramos la economía número 29 del mundo.

En 1958, el Producto Interno Bruto per cápita de Cuba era el tercero más alto de América Latina, superado solo por Argentina y Uruguay. El peso cubano tenía paridad con el dólar, y en muchas ocasiones se cotizaba por encima. La Habana tenía más automóviles per cápita que cualquier otra ciudad latinoamericana y el segundo índice más alto de alfabetización (antes de la propaganda masiva del régimen revolucionario).
Cuba exportaba azúcar, tabaco, cítricos y productos industriales a más de 40 países. En 1957, la UNESCO reconocía que el sistema educativo cubano era uno de los mejores del continente.

Nos dijeron… que el 26 de Julio fue un acto heroico.

Pero aquel asalto al Cuartel Moncada fue un fracaso militar y una masacre irresponsable, que dejó muertos a ambos lados. Se trató de un acto terrorista disfrazado de gesta. En los años siguientes, aquellos “jóvenes revolucionarios” colocaban bombas en cines, tiendas y parques. Mataron a inocentes, sembraron el miedo… y fueron glorificados como libertadores.

¿Y hoy qué somos? Una colonia de hambre y silencio.

Si antes nos decían que éramos una neocolonia yanqui, hoy lo somos de China, de Rusia… del hambre, del apagón y del desaliento. La vida cotidiana del cubano es un acto de supervivencia. La libreta de racionamiento —que iba a ser temporal en los años 60— es ahora un fósil que se extingue sin ofrecer alternativa. El agua no llega a los grifos, la electricidad es intermitente, el transporte un desastre, y la esperanza… casi una utopía.

La Habana de los años 50: luz, cultura y decoro.

La ciudad brillaba, no solo por los neones de los cines o las vitrinas de las tiendas, sino por el respeto y la cortesía de su gente. Los barrios estaban limpios. Había pobreza, sí, pero no era miseria estructural. Había desigualdad, pero no nivelación por lo bajo. La élite cultural cubana competía en el mundo: Lezama Lima, Alejo Carpentier, María Teresa Vera, Benny Moré…

La Iglesia daba fe y el Estado no la perseguía.

Había libertad religiosa. Las monjas enseñaban en colegios y los curas no eran espiados. No se cerraban templos. Hoy, en cambio, la fe es vigilada. Las organizaciones religiosas son reprimidas si no se pliegan al discurso oficial. Los derechos más elementales son moneda de cambio para el control ideológico.

Nos dijeron que éramos una neocolonia… y tal vez lo fuimos.

Pero nunca imaginamos que terminaríamos anhelando esa “neocolonia”. Porque si aquello era una dependencia, era una dependencia funcional, donde el ciudadano podía vivir, prosperar, soñar. Hoy, somos una colonia sin nombre, sometida a una dictadura totalitaria que nos roba el presente y manipula el pasado.

Asi las cosas: ¿Y si nos mintieron siempre?

Si el relato histórico fue tergiversado, si la verdad fue sometida por la ideología, entonces tenemos el deber de recuperarla. Porque la historia no es un dogma. Es un campo de batalla donde se disputa el alma de las naciones.

"Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla". — George Santayana

Cuba merece verdad. Y la verdad es que, aunque imperfecta, aquella República era mucho más libre, próspera y digna que esta caricatura de país en que nos han convertido.

No fuimos completamente libres… pero éramos mucho más libres que ahora.

🖋️Jorge Luis León

Autor Jorge L. León📰 Artículos por Jorge L. León  
Jorge Luis León. Graduado de Lic. en Historia y Ciencias Sociales en el Instituto Superior pedagógico Enrique Jose Varona, es ensayista y escritor y autor de varias publicaciones en Periódico Cubano, 14Ymedio y Patria de Martí. Trabajó como profesor de historia en nivel medio-superior por 30 años. Al romper sus relaciones, con el Ministerio de Educación fue a dirigir una Academia de Ajedrez en Guanabacoa, donde residía, participó en múltiples torneos y escribió su libro Breviario Ajedrecístico, publicado en Cuba en el 2002.  En 2002 viajó a Estados Unidos, fundó una Academia... dio clases en varias escuelas hasta que se trasladó a Houston donde reside actualmente.

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