Oscuro legado de Obama: Irán y conexión Venezuela-Hezbolá

Oscuro legado de Obama: Irán y conexión Venezuela-Hezbolá

Oscuro legado de Obama: Irán y conexión Venezuela-Hezbolá. Obama dejó un saldo muy negativo en la lucha contra el narcoterrorismo. Existen informes y pruebas que alegan complicidad. Obama no solo priorizó el acuerdo con Irán, sinofue blando con Maduro para no perjudicar su apertura con Cuba.

El oscuro legado de Obama que Trump está desmontando.

Donald Trump es lo que a Barack Obama jamás le interesó: ser un gran aliado de la libertad en la lucha contra el narcoterrorismo. El actual presidente de los Estados Unidos es el primer mandatario en mucho tiempo que le ha dado un sentido primordial y especial a su política exterior de línea dura y justa; alejado de las agendas “progresistas políticamente correctas” que reinan en estos tiempos.

El 26 de marzo del 2020 marcará un antes y un después para Venezuela. Una fecha que será recordada como el día en el que los Estados Unidos de América, tras una extensa investigación del Distrito Sur de Nueva York, la DEA y el Departamento de Justicia; presentó cargos contra el tirano Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros colaboradores del Cartel de los soles, a los que catalogó como narcoterroristas.

Pero, ¿cómo llegamos a esta etapa dónde las cabezas del Cartel de Maduro tienen precio? No fue fácil. La investigación no solo fue extensa, sino que duró años y tuvo que luchar contra la burocracia impuesta por el establishment de la administración predecesora a la de Trump. Pero esta no fue la única investigación torpedeada bajo el Gobierno de Obama.

El Proyecto Cassandra de la DEA, Hezbolá, narcotráfico y Latinoamérica

El proyecto Cassandra de la DEA fue una operación lanzada en 2008, duró más de ocho años y planteó capturar a más de dos docenas de miembros de Hezbolá. La investigación de esta operación detectó a varios individuos de alto rango, claves en la organización y en los negocios turbios e ilícitos de la red criminal mundial tejida por Hezbolá, descubierta por la DEA y unas 30 organizaciones extranjeras y estadounidenses que colaboraron con el proyecto.

El portal estadounidense Politico publicó un reportaje en el año 2017 en el que filtró múltiples denuncias de agentes de la DEA que formaron parte del Proyecto Cassandra. Sus declaraciones trataban sobre los obstáculos y las trabas que la administración Obama le puso a la investigación que amenazaba a la organización Hezbolá. El Proyecto Cassandra se dio prácticamente de forma paralela a los dos mandatos de Barack Obama (2009 – 2017).

En el reportaje llamado“The secret backstory of how Obama let Hezbollah off the hook” se lee cómo aquel Gobierno entorpeció la labor de la DEA en el Proyecto Cassandra, todo gracias a fuentes directas como los agentes Jack Kelly y David Asher, al igual que distintas fuentes anónimas que participaron del proyecto o trabajaron en la administración Obama.

Obama, como revela POLITICO, estaba interesado en concretar los acuerdos nucleares con el régimen iraní —que terminaron sellándose en 2015— y para ello tenía que dejar a un lado la persecución contra Hezbollah, que es precisamente una organización terrorista apéndice de los ayatolás. Esto representaba un conflicto de intereses y por ello la administración Obama entorpeció los esfuerzos de la DEA.

Un ejemplo claro de complicidad es el de John Brennan, ex director de la CIA y principal asesor antiterrorista de Barack Obama, que en distintas ocasiones mostró su entusiasmo por que EE.UU. mejorara, no solo las relaciones con Irán, sino también con Hezbolá. “Hezbolá es una organización interesante”, señaló en 2010. Agregando que había evolucionado de ser una “organización puramente terrorista” a una milicia y, posteriormente, a un partido político con representantes en el Parlamento y el Gabinete del Líbano.

Brennan, además, recomendó a las administraciones que sucedieran a Obama que busquen una oportunidad de establecer un nuevo rumbo para las relaciones entre ambos países. Que no solo fuera por un diálogo, sino una mayor asimilación de Hezbolá en el sistema político del Líbano.

En el reportaje de investigación también señalan cómo Venezuela, de la mano de Chávez, trabajaba directamente con el ex presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad y Hezbolá, en el tráfico de drogas y otras actividades destinadas a socavar la influencia de los Estados Unidos en la región. Recordemos que parte de la estrategia de varios países —como Bolivia, Ecuador y Venezuela– fue desalojar a la DEA cerrando bases estratégicas que eran de gran valor en la campaña antinarcóticos estadounidense.

«Si hubiéramos tenido a cualquiera de estos dos hombres, podríamos haber eliminado toda la red». Jack Kelly sobre Walid Makled y «Pollo» Carvajal

El reportaje incluye los famosos casos del sirio Walid Makled y del Pollo Carvajal. Sobre estos dos nombres, el agente Kelly mencionó: «Si hubiéramos tenido a cualquiera de estos dos hombres, podríamos haber eliminado toda la red». Recordemos que Makled fue extraditado a Venezuela y Carvajal, en la actualidad, fue acusado de narcoterrismo por EE.UU. y se encuentra en España en donde, según fuentes del PanAm Post, está protegido por el gobierno socialista de Pedro Sánchez debido a sus vínculos con el PSOE y Podemos.

Todo esta situación, por supuesto, es ignorada por una gran cantidad de medios y personas que criticaron fervientemente a Donald Trump cuando en septiembre del 2018 retiró a los Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán. El actual presidente estadounidense no solo salió del acuerdo que firmó Obama, sino que atacó nuevamente al régimen iraní con la imposición de sanciones económicas. Éstas también fueron criticadas duramente en la opinión pública que enalteció el acuerdo y el cese de las sanciones.

Trump tachó el acuerdo de Obama como «el peor de la historia». Éste levantaba las sanciones económicas y permitía el pleno acceso del régimen iraní al mercado mundial para la venta de su petróleo y gas por lo que, según la Casa Blanca, «Irán ha visto enriquecerse sus arcas para seguir financiando» a grupos terroristas como Hamás y Hezbollah.

«La nueva administración Trump considera que el Acuerdo es negativo porque no establece una prohibición definitiva del enriquecimiento de uranio: solo marca plazos. Una vez que Irán fortalezca sus ingresos, podría volver con más facilidad a construir el arma nuclear, que necesita para sus aspiraciones a convertirse en potencia mundial», se lee en el diario ABC.

Para los medios que fueron implacables con la decisión de retirarse del acuerdo, Obama fue un gran mediador y pacificador, mientras, por su lado, Trump es el responsable de las hostilidades. Pero, la realidad es que ese acuerdo tiene una historia oscura, llena de complicidad ante organizaciones narcoterroristas que han hecho grandes crímenes durante muchos años con luz verde.

De la complicidad con Hezbolá, a la liviandad con Maduro por Cuba

Cuando se mencionó que Venezuela le debía mucho a la administración de Donald Trump, no es por defender la gestión del presidente, es simplemente poner los hechos y la realidad encima de la mesa.

Hace un par de días se oficializó la presentación de cargos por narcotráfico contra Maduro y compañía. Como dijo el fiscal general estadounidense William Barr, este anuncio se había demorado algunas semanas a raíz de la situación del COVID – 19. Pero lo que se destaca de las palabras del fiscal, es que esta extensa investigación duró 10 años. Es decir, mucho más de los que lleva Trump como presidente.

A priori, es lo normal, en EE.UU. la separación de poderes está bien arraigada y eso hace que la transparencia de sus instituciones sea mundialmente reconocida. Pero que la cotización por las cabezas de Maduro y Diosdado llegue bajo la administración de Donald Trump pese a la pandemia, no es casualidad. De hecho, dos fuentes aseveraron al PanAm Post que durante la administración del ex presidente Barack Obama, esta investigación se detuvo.

Esta aseveración tiene antecedentes en el Capitolio estadounidense y en internet. Una de ellas es del diario ABC de España, que publicó un reportaje llamado «Obama ordenó dejar de investigar la conexión Venezuela-Hezbolá». Esto tras la comparecencia de David Asher, uno de los agentes que trabajaba en el Proyecto Cassandra, ante el Congreso de EE.UU. en el año 2017.

Asher soltó varias declaraciones reveladores e interesantes. Una de ellas fue cómo el gobierno de Obama trompicó los esfuerzos de las investigaciones para encontrar y revelar los nexos Venezuela-Irán (Hezbolá). «Altos oficiales de seguridad que trabajaban casos vinculados con Hezbolá, Irán y Venezuela fueron reasignados, dejando unidades de investigación claves y siendo cambiados a encargos periféricos. Diversos altos cargos policiales se jubilaron». «Francamente, fue una mezcla de tragedia y farsa».

Pero lo mejor del reportaje quedó para más adelante: Obama fue blando con Maduro para no perjudicar su apertura con Cuba.

Según un colaborador de las agencias de EE.UU., que avaló las declaraciones de Asher en el Capitolio, «Obama no solo priorizó el acuerdo con Irán, sino que también quiso proteger su otro gran proyecto: la apertura con Cuba. Fue blando con Maduro para no molestar a los cubanos». La fuente de ABC coincide con la del PanAm Post en que Obama priorizó sus agendas particulares pacifistas, antes que combatir la lucha contra el crímen organizado que tenía como cabecillas a los regímenes castrochavistas y al de los ayatolás.

Todo cambió con Trump

Pero esta situación cambió con la llegada de Donald Trump al poder. Estados Unidos dejó de ser cómplice de una de las amenazas globales más peligrosas del mundo, como lo es la organización del régimen iraní, Hezbolá; y también se olvidó de la apertura con regímenes comunistas-socialistas violadores de derechos humanos.

De hecho, además de cortar con el acuerdo nuclear de Irán, una de las investigaciones que se reactivó con Trump en el poder fueron las tramas financieras de altos dirigentes chavistas con Hezbolá. Uno de los primeros miembros del régimen chavista sancionado fue Tareck El Aissami, quien es el principal nexo entre Venezuela y Hezbolá.

Otra investigación, mucho más reciente, fue la que determinó que Nicolás Maduro, con el cartel de los soles, capitanea una organización narcoterrorista que tiene como objetivo «inundar a los Estados Unidos con cocaína», tal y como espetó el fiscal general Barr el pasado 26 de marzo. Esta investigación ya de por sí era una tarea difícil, por eso duró tantos años. Pero, además, tuvo que verse perjudicada por la burocracia de la administración Obama que no quería ver afectada sus agendas con Cuba e Irán.

Así que se puede decir más fuerte, pero no más claro: si Trump no fuese presidente de los Estados Unidos, esta imputación por narcoterrorismo al régimen de Maduro, jamás iba a llegar. Venezuela y el mundo le deben mucho.

El daño que le hizo la agenda pro iraní del ex presidente estadounidense Obama es incalculable. Cassandra fue un proyecto exitoso pero frustrado, valga la contradicción. Si hubiese sido apoyado como debió serlo durante la administración Obama, el panorama geopolítico mundial fuera muy diferente en el presente. Hezbolá jamás hubiera progresado en esos años de complicidad y, por el contrario, hubiera recibido un impacto tal que hasta pudo provocar su desmantelamiento. Ahora, es una amenaza global y una organización criminal de alto riesgo, que tiene operaciones directas en América Latina y el mundo entero.

El perjuicio también fue para Venezuela, que quedó a merced por completo de una organización criminal sin escrúpulos y con pista abierta para hacer lo que quisiese sin que nadie le diera un freno. Esto también cambió con la llegada de Donald Trump.

Artículo de EMMANUEL ALEJANDRO RONDÓN

EMMANUEL ALEJANDRO RONDONPeriodista en formación. Énfasis en el área política y deportiva. Miembro del staff del PanAm Post, columnista y redactor de artículos especiales deportivos en VAVEL España, radio y tv en Paraguay.

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