Nike y las empresas que utilizan esclavos del Partido Comunista chino

nike empresas esclavos del partido comunista chinoNike y las empresas que utilizan esclavos del Partido Comunista chino.

Pensaríamos que no es verdad, que no puede ser, que en pleno siglo XXI, alguien se opondría a la mano de obra esclava. Sobran las críticas que juzgan esa práctica. Los modelos de la esclavitud del Antiguo Egipto, Grecia, África, el Medio Oriente o la Confederación del Sur en Estados Unidos, para nombrar algunos ejemplos históricos, nos causan repugnancia hoy. Es escalofriante, en el sentido moral y ético, comprobar que en nuestros tiempos puede funcionar un modelo de producción esclavista operando a la luz del día. Tan abominable como nos puede parecer la esclavitud moderna (o postmoderna), como es la realidad vergonzosa de precisar que existen cortesanos comerciales que buscan justificar esa ejercitación infame. 

Recientemente la “Ley de Prevención del Trabajo Forzoso” de los Uigures (“HR 6210” 116º Congreso) fue aprobada en la Cámara Baja con un consenso bipartidista amplio reflejando una votación de 406 a favor y 3 en contra. Esto representa un rechazo categórico de los diputados estadounidenses sin distinción de partidos. El Senado (Cámara Alta) está gestando su propia versión y con toda probabilidad encontrará con el mismo apoyo mayoritario (Ley de Divulgación de los Trabajos Forzados de los Uigures “HR 6270”). El presidente Trump, con sumo gusto, la firmará y la convertiría en ley. Este proyecto busca prohibir la entrada a los Estados Unidos de todas las importaciones de productos que vengan de la provincia occidental de Xinjiang en China comunista.  

 

El régimen comunista chino, imitando su política genocida contra el Tíbet, está llevando a cabo una campaña sucia de limpieza étnica contra los uigures, grupo de mayoría musulmán. Desde hace tiempo dejó de ser un secreto el gran número de campos de concentración que China comunista mantiene en esta hazaña de genocidio contra los uigures. Tampoco ha sido desconocida la utilización sistemática de presos políticos como mano de obra esclava a través de todo el país, por parte de Pekín, para elaborar productos de consumo que el mundo libre les compra, gracias al globalismo, la noción fallida de la coexistencia y políticos occidentales miopes.

Es escalofriante, en el sentido moral y ético, comprobar que en nuestros tiempos puede funcionar un modelo de producción esclavista operando a la luz del día. (Flickr)

Pese a los esfuerzos anteriores del comunismo chino de relocalizar a los presos políticos cada vez que hay un escrutinio con el propósito de tratar de limpiar su imagen ante semejante inmundicia, en esta ocasión el vínculo entre los campos de concentración, el traslado de presos uigures a factorías de producción de empresas del mundo libre y la práctica consumida de éstos como piezas laborales esclavas ha sido bien documentado.

Nike y otras 83 empresas usufructúan con empleomanía esclava

Pese a que existe un nutrido grupo de estudios que ha confirmado el empleo de miles de personas como mano de obra esclava, recientemente el Instituto Australiano de Política Estratégica (IAPE) ha hecho público un reporte muy revelador.  Con nombre y apellido, el IAPE ha citado a más de 83 empresas internacionales de marcas conocidas como Nike, Apple, BMW, Gap, Huawei, Samsung, Sony, Volkswagen, Adidas, Patagonia y Fila que, en contubernio con el Partido Comunista chino (PCCh), usufructúan con una empleomanía esclava.

Dicho informe que detalla, no sólo la mecanización de los traslados de los uigures en los campos de concentración a las fábricas de estas empresas, sino dan los pormenores de la monstruosidad exhibida por la tiranía comunista china como es la cosecha de órganos vivos, la esterilización forzosa, las violaciones en masa, las torturas con electroshock y los abortos obligados.

Ante esta maldad ciclópica, el único espanto que iguala (o supera) esta realidad brutal, es contemplar la reacción de empresas que están implicadas en esta trama inhumana. En vez de romper lazos con los verdugos comunistas e iniciar un proceso de retracción, desinversión y buscar distanciarse de su papel en el cometimiento de crímenes de lesa humanidad con el PCCh, lo que vemos es un esfuerzo robusto de cabildeo a favor de la neutralización o el desmantelamiento del mencionado proyecto de ley que intenta impedir este ejercicio de esclavismo.

La publicación británica, Comercio Internacional Hoy (International Trade Today), nos reporta que asociaciones comerciales y compañías internacionales como la Federación Nacional de Minoristas, la Asociación de Líderes de la Industria Minorista, la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la Internacional de Fabricantes de Fontanería, y empresas que incluyen a Nike, Apple, Engie North America, Kraft Heinz, Campbell Soup y VF Corporation han estado descendiendo al Congreso en una estampida para cabildear en contra de este proyecto de ley que busca impedir el genocidio de un pueblo y que defendería los derechos humanos, civiles y laborales básicos.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos (CCEU), fundada en 1912, es la organización de cabildeo más grande en la nación estadounidense. Según OpenSecrets.org, una organización que monitorea las contribuciones políticas de entidades de cabildeo, la CCEU es la que más dinero invierte en el proceso político de Estados Unidos. Entre el periodo de 1998-2020 ha invertido $1,642,670,680. En 2019 aportó $77,245,000 a políticos estadounidense. Esto coloca a la CCEU como el principal aportador de dinero a campañas y causas políticas en el país.

La CCEU nunca conoció una dictadura con quien no haría negocio. Ha sido un apologista histórico, atacando todos los embargos a regímenes criminales y defendiendo, indiscriminadamente, el comercio con cualquiera. Era de suponer que esta organización importante se opondría a HR 6210 y HR 6270 (proyectos de ley anti-genocidio uigures). Lo más increíble y descarado de la posición de la CCEU es que ha justificado la abolición y/o el debilitamiento severo de ambos proyectos de ley, basándose en nada menos que en la “defensa” de los DD.HH. (¿de los productores-consumidores será?).

La Ley de Aranceles de 1930, conocida también como la Ley Smoot-Hawley, contenía una provisión que impedía la entrada de importaciones a Estados Unidos de productos hechos con mano de obra esclava. Dicha sustentación moral estuvo activa hasta 2016, cuando Barack Obama firmó en febrero de 2016, la Ley de Facilitación y Aplicación del Comercio de 2015. Este acto federal anuló la prohibición de artículos producido con una fuerza laboral esclava.

De todas las fuerzas comerciales que están en guerra con estos proyectos nobles y virtuosos que buscan convertirse en ley y rescatar valores elementales de decencia y el respeto por los derechos naturales, la empresa Nike se resalta por ser ésta, de facto, la voz comercial del grupo marxista “Black Lives Matter”. Pese a haber caído en la trampa y dejarse engatusar, confundiendo ideología por raza, su “inquietud” y “sensibilidad” por las vidas de sectores de la sociedad estadounidense parece ser racistas y con apego a ideologías liberticidas. Los uigures, tibetanos, chinos y otras vidas, para Nike, parece que no valen nada.

Esto representa una crisis de valores que tiene una implicación seria para la democracia y su modelo económico complementario, el capitalismo. Un modelo socioeconómico, cualquier sistema, desligado de raíces éticas que dan primacía a derechos preeminentes, no puede durar mucho, ni se diferencia de los modelos abominables de antaño que tan lejanos nos parece, sin embargo, tan cerca y presente están. Nike no está sola en su pecado, de eso estamos claro. Su preponderancia en querer dar lecciones de superioridad “moral” cuando son cómplices en crímenes universales crasos, los distingue en ser la antítesis de toda moralidad digna. Son un emblema de lo inmoral.

© Patria de Martí. Publicado originalmente en © El American. Todos los derechos reservados.

🖋️Autor Julio M. Shiling

J M Shiling autor circle white🖋️Autor Julio M. Shiling 
Julio M. Shiling es politólogo, escritor, conferenciante, comentarista y director de los foros políticos y las publicaciones digitales, Patria de Martí y The CubanAmerican Voice y columnista. Tiene una Maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) de Miami, Florida. Es miembro de The American Political Science Association (“La Asociación Estadounidense de Ciencias Políticas”), el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y la Academia de Historia de Cuba en el ExilioSigue a Julio en:

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