Black Lives Matter: nominación al Premio Nobel del “Terror” 2021.
El Instituto Noruego del Nobel se ha equivocado muchas veces en la concesión de sus premios Nobel. Es inconcebible que escritores como Jorge Luís Borges, León Tolstoi, Franz Kafka y George Orwell nunca hayan recibido la distinción codiciada en literatura. Dada la embestida de la desnaturalización total a la que asistimos en los campos del lenguaje, los conceptos, la ética y la moral, quizá sea el momento de que Orwell reciba un Premio Nobel, a título póstumo, por sus obras Rebelión en la granja (1945) y 1984 (1949).
Después de todo, las nociones de “La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza” (1984) y esa idea de que todos son “…iguales, pero algunos son más iguales que otros” (Rebelión en la granja), está siendo institucionalizada culturalmente por los intrigantes marxianos del mundo. Por lo tanto, en buena posición postmodernista, si un miembro socialista del Parlamento noruego tiene la audacia de nominar a Black Lives Matter (BLM) para el premio de la “paz” 2021, el sarcasmo de Orwell le ha valido al novelista inglés una nominación en el campo de la literatura por su contribución escrita y en el de la ciencia, por predecir con precisión el futuro.
Petter Eide, miembro del Partido Socialista de Izquierda de Noruega, citó como motivo por la nominación, las demandas de BLM hacia un cambio sistémico en la aplicación de la ley en todo el mundo, así como que el grupo se ha convertido en “un movimiento mundial muy importante para luchar contra la injusticia racial“. Toda la premisa en la que se basa el diputado socialista noruego en su nominación de BLM es fundamentalmente errónea y solo aumenta la banalidad a la que ha sucumbido el Premio Nobel.
BLM es una organización auto declarada marxista. El marxismo está intrínsecamente basado en la teoría del conflicto. Este es el caso, tanto del marxismo clásico, como del marxismo cultural (neomarxismo). BLM y sus cofundadores, Alicia Garza, Patrisse Cullors y Opal Tometi, son marxistas comprometidas, con especial adhesión a los principios del marxismo cultural, en particular a la Teoría Crítica de Raza, la Teoría Crítica Queer, la Teoría Crítica Feminista y la Ideología de Género. Para BLM, la “liberación” requiere la destrucción, el desgarro total del orden democrático existente. La “liberación” solo es alcanzable, según admiten, tras el desmantelamiento de otras cuestiones totalmente no raciales, como el privilegio del cisgénero, la estructura familiar nuclear prescrita por Occidente, etc. BLM trabaja para fomentar un régimen totalmente ajeno al precepto de lo que hoy conocemos como una sociedad libre.
La noción de que BLM busca, como su misión principal, el alivio de una percibida “injusticia racial” es falsa. La igualdad social no les interesa. Su desinterés por la “igualdad” y su lugar, introduciendo conjeturas de “equidad” se traduce en la práctica en la promoción efectiva de la supremacía negra para mejorar las percepciones falsas de un sistema hegemónico blanco opresivo existente. Esencialmente, los movimientos de “liberación” negra, como BLM, son inherentemente racistas. La pretensión de merecer un reconocimiento por aliviar la “injusticia” racial promoviendo el racismo (negro contra blanco) es atroz.
La creencia de Eide de que BLM se preocupa por la armonía racial es una locura y carece de cualquier examen serio de los objetivos del movimiento y de la cosmovisión en la que se basa. Es igualmente inquietante la premisa de que se considere para la nominación un premio de “paz”, para un grupo violento y de odio, que ha causado mucho daño a Estados Unidos.
Las protestas de BLM que tuvieron lugar en 140 ciudades de Estados Unidos esta última primavera y verano de 2020, a causa del vandalismo generalizado, los incendios provocados y los saqueos, tuvieron reclamaciones de seguros por daños entre 1,000 y 2,000 millones de dólares, según el Instituto de Información de Seguros, que recopila información de Property Claim Services, una empresa de reclamaciones de seguros que opera desde 1950. Axios informó de que se trata de la peor catástrofe de este tipo en la historia de Estados Unidos, medida por las pérdidas financieras. La metodología o la naturaleza “pacífica” de BLM en su guerra por la “liberación” o la “justicia social” es una patética interpretación mala de la verdad.
El Instituto Noruego del Nobel haría bien en descalificar a BLM para recibir o incluso ser nominado para su Premio de la Paz, basándose en la trayectoria violenta del movimiento y en su abierta aquiescencia con ideologías revolucionarias basándose de una teoría de conflicto. Sin embargo, si hay un Premio Nobel para el terror, entonces sí habría una categoría adecuada en la que BLM podría calificar con mayor precisión. Ya es hora de que las democracias dejen de ser engañadas por los enemigos de la libertad.
© Patria de Martí. Todos los derechos reservados. Publicado originalmente en © El American.
🖋️Autor Julio M. Shiling
🖋️Autor Julio M. Shiling
Julio M. Shiling es politólogo, escritor, conferenciante, comentarista y director de los foros políticos y las publicaciones digitales, Patria de Martí y The CubanAmerican Voice y columnista. Tiene una Maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) de Miami, Florida. Es miembro de The American Political Science Association (“La Asociación Estadounidense de Ciencias Políticas”), el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y la Academia de Historia de Cuba en el Exilio. Sigue a Julio en:
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