La unción socialista de AMLO

La unción socialista de AMLO.

Los festejos del 211º Día de la Independencia de México y la VI Cumbre de la CELAC, sirvieron para elevar a AMLO dentro de las filas socialistas.

El pasado jueves 16 de septiembre se cumplió el 211 aniversario de la declaración de independencia de México. Se preparó un desfile cívico-militar multitudinario para la ocasión. El evento, sin embargo, estuvo dedicado al socialismo a solicitud de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). No se honró a México sino al comunismo cubano. Se trató de una fiesta religiosa pagana y política, donde el centro de mando del imperialismo socialista continental, La Habana, ungió oficialmente a AMLO. Fue una afrenta a México y al mundo libre.

El dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, fue el invitado de honor. AMLO siguió meticulosamente el guion que el gobierno marxista-leninista le dio. Denigrándose totalmente a sí mismo, el jefe de Estado mexicano hizo declaraciones vergonzosas y bizarras durante todo el día. Cuba comunista fue catalogada, por él, como una “nueva Numancia” (un asentamiento celtíbero en la actual España que combatió a la antigua Roma). AMLO añadió: “Creo que debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la misma razón”. El principal objetivo de supervivencia del régimen castrista, que Estados Unidos ponga fin al embargo, era una tarea previsible que el presidente de México asumiría por la dictadura castrocomunista.   

 

Funcionando como un lacayo habitual, AMLO dirigió el mensaje del régimen castrista tanto al gobierno americano como a la comunidad cubana en el exilio. La comunicación para la administración Biden-Harris era predecible: “levanten el bloqueo (un término equivocado: en realidad es un embargo)”. A los cubanos que viven libres en Estados Unidos, el presidente mexicano les pidió que, en efecto, terminaran la lucha por la libertad, que renunciaran a los derechos naturales de sus hermanos en la Isla a vivir libremente y que aceptaran la dictadura comunista como un hecho inmutable. 

El castrocomunismo, desde que tomó el poder en 1959, comenzó inmediatamente su guerra para imponer el socialismo en las Américas. Durante treinta años, la Unión Soviética pagó la factura y Cuba fue el agente material de la subversión. Desde el colapso de la URSS, el dictador Fidel Castro ideó el Foro de Sao Paulo (FSP) en 1990 para continuar el asedio marxista-leninista, pero con una metodología reformulada, ya que las subvenciones soviéticas se habían agotado. Venezuela fue el primer país en adoptar este nuevo prototipo dictatorial. Con La Habana dando las órdenes y el régimen títere de Chávez drenando la riqueza de Venezuela para financiar esta guerra, el socialismo avanzó más en los treinta años siguientes a la estrategia de reconfiguración comunista del PSF, que en el mismo lapso de tiempo anterior.

Cuba comunista está ansiosa por darle a AMLO un mayor papel en esta campaña hegemónica socialista. El presidente mexicano es natural para este trabajo por muchas razones. Como verdadero creyente en el socialismo, este ideólogo, que ha pasado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y finalmente, en 2018, al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) siempre ha contado con el apoyo de La Habana y es un radical de confianza. Algunos en los círculos de inteligencia, han sugerido que la fundación de Morena por parte de AMLO fue elaborada con el asesoramiento del régimen cubano. Hay muchas razones por las que el presidente mexicano es muy venerado por el castrismo.

La aquiescencia tácita que tiene AMLO con los cárteles de la droga de su país, dada la importancia de los fondos del narcotráfico para promover y sostener el socialismo continental, es una clara ventaja. México tiene la segunda economía más grande de América Latina (después de Brasil), donde Estados Unidos es su mayor socio comercial. La enorme frontera que comparte con USA y su función de guardia fronteriza de facto para Washington, le da a México una gran ventaja. El castrocomunismo conoce muy bien todo esto y siente que ha llegado el momento de hacer un mayor uso de AMLO.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es otro invento del FSP castrista, que Hugo Chávez dio a conocer en 2010. Su propósito es demeritar la Organización de Estados Americanos y desafiar la influencia de Estados Unidos en la región. La reunión reciente de la CELAC, su sexta cumbre, fue alojada por AMLO en México el sábado 18 de septiembre y a ella asistieron más de una docena de presidentes y primeros ministros. “Debemos construir en el continente americano”, dijo el presidente mexicano, “algo parecido a lo que fue la comunidad económica que fue el inicio de la actual Unión Europea”. AMLO hablando por el izquierdismo, no tiene intención de abrir espacios democráticos. Al contrario.

El proyecto continental socialista no pretende limitar el activismo político a los actores latinoamericanos. Esta VI Cumbre de la CELAC dio pruebas de con quién quiere asociarse la izquierda. A petición de AMLO, el dictador chino, Xi Jinping, por vía de un video se dirigió a la misma. El tirano de China dijo que “las relaciones entre China y América Latina han entrado en una nueva era con igualdad, beneficio mutuo, innovación, apertura y beneficios tangibles para los pueblos”.

A pesar de los pronunciamientos valientes contra los regímenes comunistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua de los presidentes de Uruguay y Paraguay, Luis Lacalle Pou y Mario Abdo Benítez, respectivamente, la CELAC es estructural y moralmente irreformable. Todos los líderes democráticos deberían seguir el ejemplo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que retiró a su país de la organización alegando, muy acertadamente, su sesgo hacia las dictaduras de izquierda. Durante la cumbre, Nicolás Maduro pidió que se erigiera una sede permanente de la CELAC en México. El dictador venezolano sabe de la intención de La Habana de hacer de AMLO una figura más destacada en esta embestida hemisférica socialista.    

Los festejos del 211º Día de la Independencia de México y la VI Cumbre de la CELAC, sirvieron para elevar a AMLO dentro de las filas socialistas. Por ello, Cuba comunista, el gran maestro de la subversión marxista-leninista en el hemisferio occidental, fue el invitado de honor privilegiado. Irónicamente, ese mismo jueves 16 de septiembre, el Parlamento Europeo votó abrumadoramente para condenar al régimen castrista por su conducta crasa tras el levantamiento cubano del 11 de julio. Además, el organismo político de la UE sancionó a individuos e instituciones responsables de los atroces actos, bajo la “Ley Magnitsky”. Esta fue una derrota brutal para el comunismo cubano y sus apologistas como AMLO. Ahora es obvio que México está claramente en el plan de la ofensiva socialista del régimen castrista. No se puede contar con Biden-Harris para nada que tenga que ver con el combate al socialismo. La Habana, Pekín y Teherán también lo saben.

© Patria de Martí. Todos los derechos reservados. Publicado originalmente en © El American.

🖋️Autor Julio M. Shiling

J M Shiling autor circle white🖋️Autor Julio M. Shiling 
Julio M. Shiling es politólogo, escritor, conferenciante, comentarista y director de los foros políticos y las publicaciones digitales, Patria de Martí y The CubanAmerican Voice y columnista. Tiene una Maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) de Miami, Florida. Es miembro de The American Political Science Association (“La Asociación Estadounidense de Ciencias Políticas”), el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y la Academia de Historia de Cuba en el ExilioSigue a Julio en:

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