Informe Truslow: estudio económico de la década del 50 que transformó a Cuba

Informe Truslow: estudio economico de la decada del 50 que transformo a CubaInforme Truslow: El estudio económico de la década de 1950 que transformó a Cuba

Descubre cómo el Informe Truslow de 1951 impulsó el desarrollo económico de Cuba bajo el gobierno de Batista, con recomendaciones técnicas que transformaron la infraestructura y economía del país entre 1952 y 1958.

En mis años de estudiante universitario, presenté como tesis de graduación un proyecto basado en un estudio formidable: El Informe Truslow. Tuve el privilegio de contar con la colaboración de un gran investigador cubano, el profesor Mejuto, quien puso en mis manos los cuatro tomos originales de este valioso diagnóstico sobre la economía cubana y sus proyecciones. El texto original, redactado en inglés, descansaba en el Banco Nacional de Cuba. Y digo descansaba porque los encargados del destino del país tras 1959 jamás mostraron el menor interés en lo que allí se planteaba.

Sin embargo, sobre la base de ese informe, el gobierno de Fulgencio Batista impulsó un programa de desarrollo que colocó a Cuba en posiciones envidiables dentro del continente, con un crecimiento económico sostenido, modernización urbana y avances sociales de gran impacto. Veamos los antecedentes y resultados de este estudio.

El Informe Truslow: un diagnóstico sin ideología

Encargado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (hoy parte del Banco Mundial), el informe fue elaborado entre agosto y octubre de 1950 por una misión técnica encabezada por Gardner Patterson y Raymond Truslow, este último presidente de la National City Bank of New York. La misión entregó el estudio al entonces presidente Carlos Prío Socarrás en julio de 1951, cuando ya su mandato estaba por concluir.

Aunque la administración de Prío no lo ejecutó, el informe fue retomado con decisión por Fulgencio Batista tras su llegada al poder en marzo de 1952, y su contenido se convirtió en guía económica del régimen hasta 1958.

¿Qué decía el informe?

La misión Truslow identificó varios cuellos de botella en la economía cubana de entonces y propuso una serie de medidas prácticas, no ideológicas, orientadas a promover el desarrollo estructural del país. Entre sus principales recomendaciones destacan:

  • Diversificar la economía: reducir la dependencia casi absoluta del azúcar, desarrollando industrias conexas y nuevos sectores como el turismo, el transporte, la manufactura ligera y los servicios.
  • Atraer inversión extranjera directa, especialmente en infraestructura y energía.
  • Reformar la administración pública, señalando la necesidad de mejorar la planificación fiscal, eliminar el clientelismo y elevar la eficiencia del gasto.
  • Impulsar obras públicas, con una visión moderna del desarrollo urbano y regional.
  • Fortalecer la educación, como base del crecimiento a largo plazo.

En palabras del propio informe: "El progreso económico sostenible en Cuba requiere una estrategia concertada que fomente la inversión, la diversificación productiva y la estabilidad financiera".

Estas recomendaciones fueron, sorprendentemente, seguidas al pie de la letra por el régimen de Batista.

Aplicación y resultados (1952–1958)

El salto fue notable. La economía creció a tasas anuales elevadas, gracias a una política de desarrollo que no desdeñó el capital extranjero pero apostó también por el dinamismo interno.

Entre las obras construidas en ese período destacan:

  • Más de 5,000 edificios por año.
  • Hoteles de categoría mundial como el Habana Riviera, el Capri y el Habana Hilton (hoy Habana Libre).
  • El edificio FOCSA, una de las torres más modernas de su tiempo en América Latina.
  • La Plaza Cívica, hoy Plaza de la Revolución.
  • La Quinta Avenida de Miramar y la Vía Monumental.
  • Ampliación de aeropuertos, refinerías, plantas eléctricas y vías férreas.

Pero uno de los mayores logros fue en el campo social. La educación llegó a representar el 23% del Producto Interno Bruto, cifra sin precedentes en América Latina. Cuba se posicionó como uno de los países con menor analfabetismo y con mayor proporción de estudiantes universitarios de la región.

En 1958, el país tenía una de las mejores infraestructuras del continente, y era líder en indicadores de consumo per cápita, número de automóviles, radios, televisores, electricidad y telefonía, comparables incluso con naciones europeas.

El silencio posterior

Todo esto ha sido borrado deliberadamente por la narrativa oficial que se impuso tras 1959. El Informe Truslow desapareció de bibliotecas y archivos, y su contenido fue ignorado o tachado de "imperialista", cuando en realidad fue un estudio técnico, objetivo y útil, cuya implementación cambió la realidad cubana.

Queda como enseñanza que una economía bien diagnosticada, dirigida con visión y sin prejuicios, puede lograr transformaciones profundas en pocos años. El caso cubano lo demostró entre 1952 y 1958, antes de que la utopía ideológica destruyera la base de ese progreso.

Hoy, más que nunca, rescatar esa memoria histórica es un deber con la verdad.

🖋️Jorge Luis León

Autor Jorge L. León📰 Artículos por Jorge L. León  
Jorge Luis León. Graduado de Lic. en Historia y Ciencias Sociales en el Instituto Superior pedagógico Enrique Jose Varona, es ensayista y escritor y autor de varias publicaciones en Periódico Cubano, 14Ymedio y Patria de Martí. Trabajó como profesor de historia en nivel medio-superior por 30 años. Al romper sus relaciones, con el Ministerio de Educación fue a dirigir una Academia de Ajedrez en Guanabacoa, donde residía, participó en múltiples torneos y escribió su libro Breviario Ajedrecístico, publicado en Cuba en el 2002.  En 2002 viajó a Estados Unidos, fundó una Academia... dio clases en varias escuelas hasta que se trasladó a Houston donde reside actualmente.

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