El presidente Donald Trump vendrá a Miami el viernes próximo para anunciar los cambios de su administración a la política de Estados Unidos hacia Cuba, dijo al Miami Herald una fuente con conocimiento de los planes del Presidente.
La ubicación del evento no ha sido fijada todavía. Pero el hecho de que ya se ha planeado el viaje indica que la política hacia Cuba, la cual ha estado siendo estudiada durante varias semanas, será finalizada pronto. Y la decisión de revelar dicha política en Miami sugiere que complacerá a los exiliados cubanos de línea dura cuyo apoyo Trump consideró significativo para ganarse a la Florida, así como para obtener la presidencia.
Varias instituciones locales tienen un valor simbólico para los cubanoamericanos, incluyendo el Museo de Bahía de Cochinos en La Pequeña Habana y la Torre de la Libertad en el downtown de Miami.
Ha habido rumores de que habría una visita de Trump a mediados de junio desde el Día de Recordación, cuando partidarios alarmados de la reanudación de relaciones hecha por el ex presidente Barack Obama empezaron a filtrar que se estaba reescribiendo la política hacia la isla comunista. Trump se está preparando para, al menos, hacer más difíciles algunos de los cambios de Obama, incluyendo la restricción de negocios con las fuerzas armadas de Cuba y de todo viaje de ciudadanos estadounidenses que parezca turismo de algún modo.
Revisiones de este tipo han sido respaldadas por el senador de la Florida Marco Rubio y el representante de Miami Mario Diaz-Balart, los únicos dos miembros locales del Congreso federal que respaldaron a Trump, y que como resultado han ejercido presiones acerca del tema sobre su administración. Rubio en particular ha estado trabajando muy de cerca de la Casa Blanca y el Consejo Nacional de Seguridad con relación a los próximos cambios.
“Tengo absoluta confianza en que el Presidente cumplirá su palabra con respecto a su compromiso”, dijo Diaz-Balart al Miami Herald y al Nuevo Herald en una entrevista reciente. “El puso muy en claro que según su opinión el presidente Obama en esencia no recibió nada a cambio de las concesiones que hizo al régimen de Castro”.
Dos semanas después del Día de las Elecciones, Trump recibió la celebración de los veteranos de la Brigada 2506 en el Museo de Bahía de Cochinos, una muestra de apoyo hecha luego de que Trump se comprometiera en una manifestación local a “revertir” la política de Obama hacia Cuba. Como presidente, Trump ha citado en privado el evento en el Museo de Bahía de Cochinos a los republicanos de la Florida como un momento clave para su campana, aun cuando sus críticos hayan puesto en tela de juicio que el voto de los cubanoamericanos haya ganado la presidencia a Trump.
La muerte de Fidel Castro, menos de tres semanas después de la victoria de Trump, fue recibida con fuertes palabras de parte del presidente electo y su equipo de transición, lo cual dio a los partidarios de la línea dura esperanza de que se acercaba un cambio de política hacia Cuba.
“El legado de Fidel Castro es un legado de pelotones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la denegación de los derechos humanos más fundamentales”, dijo Trump en una declaración hecha a la muerte de Castro. “Yo me sumo a los muchos cubanoamericanos que me dieron un apoyo tan magnifico en mi campaña presidencial, incluyendo a la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506 que me dio su apoyo, con la esperanza de ver pronto una Cuba libre”.
La Casa Blanca, que no ha tenido grandes victorias legislativas hasta el momento, ha tratado de cumplir sus promesas a su base de apoyo político por medio de medidas ejecutivas. Las órdenes ejecutivas y directivas políticas de Trump le han dado la oportunidad de abandonar los confines de Washington para sentir de cerca el apoyo de sus partidarios.
Su viaje a Miami sería el primero de Trump como presidente; a pesar de sus repetidas visitas a su propiedad de Mar-a-Lago en Palm Beach antes del verano, él nunca vino al sur a visitar su club de golf Trump National Doral.