¿La clientela que le queda a Kirchner es invulnerable al Gran Cuñado?, por Nicolás Márquez
Nativo de Argentina. Es periodista, escritor y abogado.
Adelantos electorales intempestivos, farandulización de candidaturas, teleteatro de un Néstor amable, candidaturas desembozadamente truchas, una Eva que no es Eva, el respaldo del dictador Hugo Chávez y todo un sinfín de atropellos a las instituciones y al sentido común acabaron por espantar del todo al grueso de la mansa población argentina (lo que es muchísimo decir), fuga irreparable de votantes que el estrábico caudillo ya advirtió y sabe que es inútil buscar votos en los sectores poblacionales que van de la clase media-baja para arriba.
Pues de toda esa extensa franja social lo único que puede recibir el gobierno son legítimos insultos. Luego, el régimen decadente ya no presenta batalla seria en ningún lugar del país, excepto en los bolsones de pobreza del conurbano bonaerense (los cuales son cada vez más numerosos en votantes gracias a los 22 años de gestión peronista).
El peronismo ama a los pobres y amándolos los multiplica. El peronismo vive de la pobreza (no sólo material sino cultural) de sus adherentes. A estos últimos los usa, los adula, los ensalza, los embauca y sin que éstos lo perciban, los denigra. El demagogo predica doctrinas que sabe falsas a hombres que sabe que son idiotas y el santacruceño, que en materia de demagogias descolla, despilfarra dineros que sabe ajenos en nombre de aquellos a quienes se los expropia.
Pero por más indigentes que haya y clientelismo que se practique, nada le garantiza al matrimonio presidencial siquiera un modesto triunfo en la única Provincia importante en la que le queda la chance de alzarse con un módico tercio de los sufragios.
En efecto, en el Sillón de Rivadavia (sea que este se halle en la Casa Rosada o en Puerto Maderos) se teme que los clientes habituales del peronismo se "aviven" y no voten por sus verdugos de siempre. El boom televisivo de Marcelo Tinelli y su sátira "El gran cuñado" tiene televidentes por doquier en los sectores poblaciones sobre los que el kirchnerismo apela a recostarse.
¿En cuánto influye la ridiculización de los personajes del oficialismo en el programa en cuestión?. Aun no podemos medirlo, pero sí sabemos que Néstor y sus mucamos están preocupados sobremanera. Tanto es así que el amostachado Aníbal Fernández salió a la palestra a sugerir quitar del programa la mofa que se cierne sobre Cristina e incluso propuso "regular" la tira televisiva.
¿Cómo evolucionarán los sondeos de opinión faltando 40 días para los comicios?. Es imposible obrar de futurólogo, sabe más que nadie don Néstor que cada día que pasa el oficialismo pierde votos, caso contrario no hubiese adelantado la contienda de octubre a junio en un santiamén.
Pero por destartalado y desesperado que esté el régimen, siempre hay ases bajo la manga para los reyes de la trampa y la picardía. La proscripción y posterior detención de Luis Patti ha sido un gravísimo atropello ideológico impregnado de sugestivas irregularidades. Tan sugestiva fue la proscripción y detención del citado dirigente como la no menos extraña maniobra consistente en que ahora sea candidato pero desde la cárcel (¿?¿?).
El encuestador Julio Aurelio sostuvo que Patti mide entre 4 y 5 puntos en la Provincian de Buenos Aires: ¿acaso se pretende promover a Patti para quitarle votos a Francisco de Narváez a cambio de que el dirigente proscripto y detenido recupere su libertad a posteriori?. Por supuesto que descartamos esta hipótesis porque en la argentina (país signado por el estado de derecho y la división de poderes) estas cosas no pasan, pero siempre hay malpensados que sugieren lo contrario.
Por lo pronto, veremos como se reparten las preferencias de los indecisos a medida que los días avanzan y cuan fuerte es la influencia de Tinelli y su tropa de cómicos, como para que la parodia del famoso reality incida en el caudal de votos que desde siempre tuvo el kirchnerismo como una suerte de clientela ad perpetuam.
¿Podrá el avezado conductor romper con el único bastión que le queda a la camarilla gobernante?. La respuesta a ese enigma probablemente será la que determine la suerte política del matrimonio presidencial.