La guerra de la izquierda contra Dios, la ciencia y la razón
- Julio M. Shiling
Por un margen de 224 votos a favor y 206 en oposición, delineados según las demarcaciones de los partidos, la Cámara baja de Estados Unidos aprobó el jueves 25 de febrero, la H. R. 5, también conocida como la inexacta “Ley de Igualdad de 2021”. La apariencia retórica de esta propuesta de ley es la de extender el estatus de protección de los “derechos civiles” a los grupos que reclaman la legitimidad legal de la identificación de género convencional y autopercibida, y una descomposición integral y la subsiguiente reinvención del significado del sexo biológico.
La verdad es que la sustancia que subyace en la fachada periférica de este nuevo frente para deconstruir Estados Unidos no tiene nada que ver con la protección de los derechos civiles de la población transgénero y todo que ver con el avance de la Teoría Crítica del neo-marxismo (o marxismo cultural) que expone la Ideología de Género y la Teoría Crítica Queer.
La metodología para consagrar este intento de hazaña es mediante la modificación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 (CRA). Al abolir las comprensiones y clasificaciones antropológicas, científicas, históricas, religiosas, biológicas y naturales del “sexo” y sustituirlo fundamentalmente por una fabricación ideológicamente artificiosa y espuria que se postula cultural y psicoanalíticamente a partir de la readaptación del marxismo, cortesía de la Escuela de Frankfurt y de los filósofos postmodernos, una de las armas más eficaces del socialismo del siglo XXI en su intento de destruir la familia, la religión, la libertad de expresión y la igualdad ante la ley, ha realizado un asalto de cabeza de playa a la democracia americana con la H. R. 5.
La amplia autoridad concedida en los Títulos III, IV, VII y IX de la CRA, si se reinventa la definición de “sexo” y se inserta la “identidad de género” de la manera que les gustaría a sus promotores, con su categorización de primacía y elevada, una cosmovisión de un estilo de vida particular sería introducida en la vida americana y aplicada con rigor autoritario. Esto desnaturalizaría totalmente el propósito de la CRA. En lugar de salvaguardar la igualdad bajo la ley, lo que haría es ordenar legalmente y coser en el tejido legal de la nación, la imposición de los preceptos de la Teoría Crítica.
En otras palabras, la CRA, que en su día fue un baluarte de la protección de los derechos civiles en consonancia con los valores fundacionales de Estados Unidos, sería desmontada y subvertida para incluir la Ideología de Género y la Teoría Crítica Queer del marxismo cultural.
La propuesta de ley errónea o “Ley de Igualdad”, reconstruiría el “sexo” para incluir el “estereotipo sexual”, las “características sexuales”, la “orientación sexual” y la “identidad de género”. En efecto, esto circunscribe la naturaleza, la ciencia, la religión, la ética y la biología, y las reinventa en el molde del neo-marxismo. Esto es coherente con la percepción delirante del posmodernismo de que el conocimiento objetivo no existe y que todo es social y culturalmente construido.
“Identidad de género” significaría, según la H. R. 5, “la identidad relacionada con el género, la apariencia, los manierismos u otras características relacionadas con el género de un individuo, independientemente del sexo designado del individuo al nacer”.
El conjunto de la legislación propuesta pretende imponer a la mayoría de la sociedad, que resulta compartir una cosmovisión común y que es coherente con los valores fundacionales de la nación, un apuntalamiento ideológico que pretende explicar el comportamiento, las preferencias y las visiones convencionales de sí mismos de una minúscula fracción de la población. La Constitución y la CRA ofrecen libertades y protección de los derechos civiles a todos los americanos. No hay necesidad de esta enmienda de interés especial.
Lo que busca la “Ley de Igualdad” es la desigualdad ante la ley, imponiendo un tratamiento especial para las opciones de estilo de vida de unos pocos. De este modo, la legislación propuesta intenta infligir estas ideologías izquierdistas al grueso de los americanos que no se adhieren de forma innata a la transexualidad. Además, la CRA haría que cualquier objeción moral, médica o religiosa a estas postulaciones marxistas culturales fuera castigada penalmente.
El amplio alcance de la CRA en los ámbitos de las instalaciones públicas (Título III), la educación pública (Título IV) y la educación privada que recibe dinero federal (Título IX), los programas asistidos por el gobierno federal (Título VI), el empleo (privado y público), así como la vivienda (Ley de Vivienda Justa), y el crédito (Ley de Igualdad de Oportunidades de Crédito) (Título VII) aseguraría que la Ideología de Género y la Teoría Crítica Queer se perpetre en todos los aspectos de la vida americana.
Esto es muy peligroso. Ambas premisas ideológicas salen del laboratorio marxista de la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, que inyectó extrañas simplificaciones “represivas” freudianas en su hipótesis de conflicto comunista. El resultado es un claro entendimiento, sin ninguna duda, de que destruir el sistema “opresivo” existente es fundamental para sus posibilidades de “liberación”. En términos más claros, la inclusión de los paradigmas del pensamiento marxista subversivos en las leyes de derechos civiles americanas existentes, tendría consecuencias horribles.
La “Ley de Igualdad”, un oxímoron por excelencia, es un frente agresivo y beligerante contra la familia, Dios, la ciencia y todas las cosas positivas que surgieron de la Ilustración, como la democracia. La H. R. 5 es una de las píldoras suicidas que la izquierda ha dosificado para la República Americana. Esperemos que el Senado rechace este intento marxista absurdo y peligroso de fulminar la sociedad.
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🖋️Autor Julio M. Shiling
Julio M. Shiling es politólogo, escritor, conferenciante, comentarista y director de los foros políticos y las publicaciones digitales, Patria de Martí y The CubanAmerican Voice y columnista. Tiene una Maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) de Miami, Florida. Es miembro de The American Political Science Association (“La Asociación Estadounidense de Ciencias Políticas”), el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y la Academia de Historia de Cuba en el Exilio. Sigue a Julio en:
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