La nueva era política en USA con Trump: libertad y el fin del progresismo neomarxista
- Jose Tarano
La era del wokismo, la DEI, la cultura de la cancelación, la teoría crítica de la raza y el resto de las teorías neomarxistas impulsadas por el progresismo de izquierda finalmente están llegando a su fin con la victoria de Trump. Los Estados Unidos volverá a ser grande de nuevo y los países del mundo se sentirán más apoyados que nunca para obtener su libertad o conservarla.
La victoria de Trump: un nuevo comienzo para los Estados Unidos
La libertad está de vuelta para MAGA
¡Guau! ¡Increíble! ¡Gracias a Dios! Trump ganó las elecciones (🙋♂️¡Carajo! como diría Milei) a pesar de la sucia guerra legal y política desatada por la izquierda, el estado profundo y el globalismo neomarxista. La mayoría de la gente está súper feliz porque ganó tanto en el voto electoral como en el popular. Esto significa que los Estados Unidos están entrando en una nueva etapa en la política, donde la libertad está de vuelta para volver a hacer a América grande de nuevo y todas esas ideas raras de la izquierda globalista que intentaban tomar el control de la sociedad con la ideología neomarxista finalmente serán erradicadas ya que estas tendencias representan un ataque a la libertad individual y a la pluralidad de ideas, creando un ambiente donde el disenso es silenciado y las posturas conservadoras son marginadas.
Entonces podremos decirles a los enemigos de los Estados Unidos ¡You👉🔥are fired!
El fin del progresismo de izquierda: una victoria para la libertad con el triunfo de Trump
¡Noticias geniales para todos! La era del wokismo, la DEI, la cultura de la cancelación, la teoría crítica de la raza y las teorías neomarxistas impulsadas por el progresismo de izquierda finalmente están llegando a su fin con la victoria de Trump.
¿Qué significa esto?
Básicamente, todas esas ideas y movimientos que promueven las ideas neomarxistas de la diversidad, la equidad y la inclusividad están sustentadas en la teoría crítica y la manipulación del lenguaje pretendiendo la aceptación universal de sus preceptos y doctrinas sin admitir opiniones diferentes imponiendo un pensamiento único restringiendo la libertad de expresión y pensamiento, a tal punto de extremismo que han desarrollado la:
“cultura de la cancelación”. Según su definición de Wikipedia "es el fenómeno extendido de retirar el apoyo moral, financiero, digital y social a personas o entidades mediáticas consideradas inaceptables, generalmente como consecuencia de determinados comentarios o acciones, o por transgredir ciertas expectativas". Que en muchos casos genera "una llamada a boicotear a alguien -usualmente una celebridad, un profesional de cualquier ámbito, un investigador y/o científico- que ha compartido una opinión diferente cuestionable o impopular en los medios sociales o en cualquier medio público de debate".
¡Gracias a Dios! Trump ganó las elecciones y todas esas ideas y movimientos que promueven estas ideas neomarxistas de extrema izquierda están perdiendo su poder y muchas compañías e intituciones que abrazaron estas ideas han comenzado a abandonar esta dictadura represiva del pensamiento humano. Esto es una victoria para aquellos que creen en la libertad individual y el derecho a expresar diferentes opiniones sin miedo a ser cancelados.
Wokismo
El wokismo trata de fingir ser un movimiento políticamente correcto y sensible a los problemas sociales iniciado y promocionado por Barack Obama como parte de su guerra cultural neomarxista con enfoque al socialismo fabiano que continuó desarrollando el régimen de Biden-Kamala o tercer mandato de Obama bajo la sombra. Si bien es importante ser respetuoso e inclusivo, el wokismo ha manipulado los términos del lenguaje relativos a la igualdad y la inclusividad para integrarlos en su ideología ha ido demasiado lejos silenciando los puntos de vista opuestos y creando una cultura del miedo y persecución política donde los oponentes han perdido sus trabajos, licencias y posiciones prestigiosas por el solo hecho de expresar la más mínima diferencia a la ideología de una izquierda que se manifiesta cada día más radical en sus disparates ideológicos y/o seudocientíficos.
El wokismo se centra en promover la teoria neomarxista la diversidad la equidad y luchar por la inclusión de los grupos minoritarios que pretenden mostrar como víctimas marginados o discriminados en la sociedad por el color de su piel, como las personas colonizadas, los inmigrantes, las mujeres y la comunidad LGBTQ+.
Los peligros del wokismo
La fachada del wokismo aparenta buenas intenciones sociales para ganar adeptos y poder esconder sus intenciones de manipular y controlar la dependencia de la sociedad de los gobiernos progresistas de izquierda de tendencias neomarxistas. Uno de los peligros es presentar el victimismo de las minorías, donde la víctima siempre es vista como la que tiene la razón, censurando cualquier espacio para la crítica. El wokismo también tiende a censurar los planteamientos científicos y de los puntos de vista objetivos, que contradicen su ideología lo que conduce al silenciamiento de debates importantes, la condena y persecución de los que se oponen a sus ideas neomarxistas acudiendo a la cultura de la cancelación, donde se silencian las opiniones opuestas y no se permite que se escuchen a los que disienten.
Los promotores e ideólogos del wokismo pretenden ganar los nichos electorales con activismo de base, como las feministas y los defensores de los derechos LGBTQ, las minorías étnicas y raciales cuyo apoyo ya no descansa en las expectativas e intereses colectivos de una clase social —que aspiraría a organizar el trabajo y distribuir sus riquezas, como sería lo propio de un partido de izquierda, por lo que ahora se apoyan en la teoría crítica para garantizar la indignación de quienes se sienten víctimas o los han adoctrinados como víctimas del sistema de dominación (el patriarcado por ejemplo o al conservadurismo) a los que pretenden resistir y que posiblemente desean destruir.
“Go woke, go broke”
El wokismo es una imposición de una agenda social que promueve la censura y el ostracismo de sus oponentes ignorando las consecuencias. Empresas han intentado alinearse con este fenómeno a través de políticas de inclusión y diversidad, pero no siempre obtienen beneficios financieros. El lema "go woke, go broke" ilustra cómo marcas como Disney han perdido ingresos significativos al introducir cambios, como la inclusión de personajes LGBTQ y adaptaciones de sus clásicos, lo que ha llevado a descontento de los consumidores y caída en sus acciones.Disney ha tenido conflictos políticos y decisiones controvertidas que han distanciado a la compañía de su base de clientes tradicional, reflejado en despidos y una considerable caída en el precio de sus acciones. Victoria's Secret, al alejarse de su imagen de supermodelos para diversificarse, ha enfrentado problemas financieros, lo que no ha resonado con sus consumidores habituales. Ben & Jerry's y Bud Light también sufrieron pérdidas tras decisiones polémicas; el primero por su postura sobre Israel y el segundo por colaborar con una influencer trans. Estos ejemplos muestran que alejarse demasiado de la base de consumidores en favor de las falsas causas sociales neomaxistas puede ocasionar pérdida de lealtad. Las marcas que no respetan los valores que las hicieron populares corren el riesgo de sufrir consecuencias financieras serias al intentar modernizarse con una ideología sin autenticidad ni coherencia.
DEI
Para el politólogo y director de Patria de Martí Julio M. Shiling: DEI significa Diversidad, Equidad e Inclusión. Estos son valores importantes, pero cuando se llevan al extremo manipulando el lenguaje y los conceptos, conducen a la discriminación contra ciertos grupos o individuos que no encajan en la narrativa prescrita por su ideología neomarxista progresista de izquierda.
La DEI encarna una contradicción, que refleja conceptos orwellianos de “1984” y “Rebelión en la granja”. Los defensores de la DEI buscan implementar programas en el lugar de trabajo que mejoren la representación y la participación entre diversos grupos categorizados por raza, etnia, género y otros marcadores de identidad. Sin embargo, hacer cumplir la DEI a menudo requiere censura y discriminación, basándose en quejas derivadas de la política de identidad. El aspecto de “diversidad” de la DEI implica una integración armoniosa, pero en cambio promueve la culpa colectiva entre quienes no pertenecen a la percibida “minoría oprimida”, similar a los mecanismos empleados por los regímenes autoritarios. La “equidad” se opone directamente a la igualdad, y requiere de la desigualdad para redistribuir la justicia entre los grupos etiquetados como “privilegiados”, mientras que las políticas de “inclusión” segregan a los individuos en grupos de identidad, lo que resulta en una segregación institucionalizada que contradice la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Cultura de cancelación
La cultura de cancelación es en la práctica la herramienta más poderosa utilizada para silenciar las voces disidentes y boicotear o aislar a las personas que expresan opiniones controvertidas o en contra de lo que quieren imponer a la sociedad en cuestiones políticas, económicas, sociales y hasta científicas. Miles de profesionales, políticos, abogados y científicos han perdido sus puestos de trabajo o han perdido sus licencias por oponerse a los preceptos ideológicos de los régimenes de Biden y Obama y los globalista neomarxistas. Esto ha tenido un efecto paralizante en la libertad de expresión y en desaliento del diálogo abierto.
Un ejemplo notable ocurrió durante la pandemia de COVID-19, cuando varios expertos en salud pública que cuestionaron medidas o tratamientos específicos fueron recibidos con duras críticas, lo que llevó a algunos a perder sus puestos en instituciones académicas. Estas represalias han fomentado una atmósfera en la que el disenso se percibe como una traición, lo que impide el intercambio de ideas cruciales para el progreso científico y social.
El efecto paralizante de la cultura de la cancelación se manifiesta en diversos entornos, en particular el académico, donde los estudiantes y profesores pueden evitar temas controvertidos o teorías críticas debido al miedo. Esto sofoca el pensamiento diverso, esencial para cualquier sociedad democrática. Cuando se silencian las voces disidentes, el debate público se resiente, lo que conduce a una conformidad perjudicial que puede dar lugar a decisiones políticas y científicas erróneas. La cultura de la cancelación ha sido una herramienta poderosa en manos de las administraciones demócratas de Obama y Biden, que censuraron libertad de expresión y persiguieron a sus enemigos políticos conservadores silenciando cualquier intento de oposición a sus doctrinas neomarxistas.
Un ejemplo notable ocurrió durante la pandemia de COVID-19, cuando varios expertos en salud pública que cuestionaron medidas o tratamientos específicos fueron recibidos con duras críticas, lo que llevó a algunos a perder sus puestos en instituciones académicas. Estas represalias han fomentado una atmósfera en la que el disenso se percibe como una traición, lo que impide el intercambio de ideas cruciales para el progreso científico y social.
El efecto paralizante de la cultura de la cancelación se manifiesta en diversos entornos, en particular el académico, donde los estudiantes y profesores pueden evitar temas controvertidos o teorías críticas debido al miedo. Esto sofoca el pensamiento diverso, esencial para cualquier sociedad democrática. Cuando se silencian las voces disidentes, el debate público se resiente, lo que conduce a una conformidad perjudicial que puede dar lugar a decisiones políticas y científicas erróneas. La cultura de la cancelación ha sido una herramienta poderosa en manos de las administraciones demócratas de Obama y Biden, que censuraron libertad de expresión y persiguieron a sus enemigos políticos conservadores silenciando cualquier intento de oposición a sus doctrinas neomarxistas.
Teoría crítica de la raza
La teoría crítica de la raza es la idea de que el racismo está arraigado en la sociedad y las instituciones, lo que conduce a desigualdades sistémicas. Si bien es importante abordar el racismo, esta teoría niega los cambios que se han eliminado el racismo institucional en los Estados Unidos y es completamente divisiva, promoviendo la raza con una mentalidad de víctima.
La teoría crítica de la raza (TCR) es un marco teórico neomarxista que sostiene que el racismo no es solo un problema individual de prejuicio, sino un fenómeno que está profundamente arraigado en las estructuras sociales e institucionales. Esta perspectiva sostiene que, a lo largo de la historia, la sociedad ha creado y perpetuado desigualdades que afectan a grupos raciales y étnicos, especialmente a las comunidades afroamericanas, latinas y otras minorías especialmente en el contexto de los Estados Unidos. La TCR niega la evidencia de los avances que se han logrado en la eliminación del racismo institucional. Desde la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 hasta la creación de políticas de acción afirmativa, en los Estados Unidos se eliminó la discriminación y no exsite en ninguna de las esferas institucionales, incluyendo el empleo, la educación y el acceso a servicios públicos. Sin embargo, la TCR a menudo minimiza estos logros al centrarse en las experiencias negativas y en el sufrimiento de las comunidades marginadas. Esto crea una narrativa que subraya el victimismo, en lugar de reconocer los avances y resiliencia de estas comunidades. Esta teoría promueve una visión del mundo en blanco y negro, donde las razas están en conflicto perpetuo. Este enfoque intensifica la hostilidad entre grupos raciales, en lugar de fomentar el diálogo y la comprensión. Por ejemplo, el uso de lenguaje que plantea a los blancos como opresores y a las minorías como víctimas dificulta la cooperación entre diferentes comunidades en la búsqueda de soluciones a problemas comunes. Recientemente, el debate sobre la enseñanza de la TCR en las escuelas ha llevado a la creación de leyes en ciertos estados de Estados Unidos para restringir su enseñanza. Los defensores de la educación antirracista argumentan que es crucial reconocer y estudiar las raíces sistémicas del racismo para lograr un cambio real, mientras que los opositores creen que esta instrucción es perjudicial y genera división entre los estudiantes.
Teorías neomarxistas
Las teorías neomarxistas se basan en las ideas de Karl Marx, la Escuela de Frankfurt, y otras variantes del socialismo como el Fabiano que se centran en la lucha de clases, la desigualdad social y el dominio de la sociedad cambiando la cultura justificando la censura y el control y dependencia de la sociedad a los designios de los gobiernos neomarxistas.
¿Por qué importa la victoria de Trump?
Con el triunfo de Trump, volveremos a una sociedad más equilibrada y abierta donde se respeten y valoren los diferentes puntos de vista. Este es un paso en la dirección correcta para quienes creen en la importancia de la libertad individual y la diversidad de pensamiento.
¡👋Adiós al trio neomarxista DEI!
Con la victoria electoral de Donald Trump Estados Unidos comienza a despedirse de la diversidad, la equidad y la inclusión forzada y de la ideología progresista neomarxista. La empresa tecnológica Meta, propietaria de plataformas como WhatsApp, Instagram y Facebook, ha anunciado el desmantelamiento de sus programas de diversidad, citando cambios legales y políticos en el país. La empresa sostiene que dichas políticas pueden ser discriminatorias, sugiriendo que favorecen a ciertos grupos sobre otros.
Siguiendo el ejemplo de Meta, otras corporaciones, incluida Walmart, están implementando cambios similares. Estos ajustes incluyen abandonar el acrónimo DEI, eliminar el término "Latinx", discontinuar un programa de diversidad de proveedores, cerrar un centro de igualdad racial y dejar de compartir datos con una organización sin fines de lucro que califica a las empresas en cuanto a la inclusión LGBTQ. En general, las empresas parecen estar distanciándose de las ideologías progresistas del neomarxismo, que apuntan a eliminar la desigualdad racial, el sexismo y la discriminación anti-LGBTQ.
🖋️Autor Jose Tarano
Jose Tarano es productor técnico, diseñador gráfico, colaborador e investigador de Patria de Martí y The CubanAmerican Voice y columnista. Es licenciado en Ingeniería Eléctrica en Telecomunicaciones por el ISPJAE y es fundador de Electronics JR Computer Design and Service. Es oriundo de Santiago de las Vegas, La Habana, Cuba, pero reside en Estados Unidos.