Los logros del castrocomunismo han convertido a Holguín en la Ciudad de los Indigentes de Cuba

Ada Iris Miranda Leyva, integrante del Comando Olegario Charlot Spileta, del Movimiento Cubano Reflexión, ex Presa Política y Prisionera de Conciencia denuncia el alarmante aumento de mendigos, indigentes y de personas sin casa en las calles y lugares céntricos de la ciudad de Holguín.

Estas personas, generalmente también alcohólicos y afectados mentalmente, se ven obligadas por su miseria extrema y carencia de hogar a permanecer en el centro de la ciudad y cerca de cafeterías y negocios de comida para suplicar la ayuda y misericordia de cubanos adinerados o de los turistas extranjeros. Estos seres humanos caídos en desgracia, que incluye a mujeres con niños, discapacitados y ancianos, son detenidos y golpeados frecuentemente por la policía; pues como ya sabemos a la dictadura comunista solo le interesa mantener su mentirosa fachada de ´´paraíso terrenal´´, por lo que sus esbirros policiales del MININT no tienen piedad cuando algún cubano desmiente con su doloroso ejemplo dicha farsa.

Lamentablemente, la dictadura comunista cubana depende del turismo extranjero para mantenerse en el poder. La prostitución, el robo de nuestros recursos naturales y humanos servidos a la orden de oportunistas de todos los rincones del mundo (que los compran muy barato) y la completa pérdida de valores humanos y éticos a nivel nacional, para conseguir dólares o euros a cualquier precio, son consecuencias directas e inevitables de esta economía de supervivencia al día que sufrimos los cubanos desde hace 60 años; cuando la dictadura comunista se apoderó por la fuerza del poder político.

Debido a esta dura y chocante realidad económica, los indigentes y mendigos cubanos cada vez encuentran menos compasión humana, pues desde hace mucho tiempo la misericordia y ayuda al prójimo se extinguieron nacionalmente. La salvaje dictadura comunista oscureció y  mutiló el alma de nuestra nación; convirtiendo en animales feroces y egoístas a la gran mayoría de los cubanos. Como puede comprobarse cuando un ciudadano de nuestro país, ya sea que tenga dinero propio o acompañe a algún turista extranjero, le dice con indolencia a un infeliz que le ruega limosna para comer: "Trabaja, que a mí nadie me regala nada". Sin darse cuenta que todos los cubanos somos víctimas de la dictadura comunista  y su sistema económico de saqueo, robo y explotación.

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