Patria de Martí Artículos y Ensayos
Israel: La Esparta moderna
- Jorge Luis León
“Si los árabes bajan las armas esta noche, mañana habría paz. Si Israel bajara las armas esta noche, mañana no habría Israel”- Golda Meir
La historia de Israel no es una crónica aislada en el mapa de Oriente Medio, sino un relato marcado por la tenacidad de un pueblo que, a pesar de la dispersión, la persecución y la amenaza de aniquilación, sigue defendiendo con valor su legítimo derecho a existir en la tierra que la tradición y la fe han considerado su hogar milenario.
Del exilio al renacimiento de una nación
Los primeros registros históricos del pueblo judío en la tierra de Israel datan de la Antigüedad. Ya en el año 597 A.C., durante la invasión babilónica, Jerusalén y el Reino de Judá fueron arrasados, y gran parte de la población judía fue llevada al exilio en Babilonia. Más tarde, en el año 70 d.C., tras la destrucción del Segundo Templo por los romanos, el pueblo judío enfrentó un exilio masivo, dispersándose por Europa, el Norte de África y Oriente Medio.
Pocos pueblos han enfrentado tanto sufrimiento a través de la historia como el pueblo judío: expulsiones, persecuciones, pogromos e, incluso, el genocidio industrializado durante la Shoá (Holocausto), donde alrededor de 6 millones de judíos fueron asesinados en Europa a manos de la Alemania nazi.
A pesar de ello, la aspiración de regresar a Eretz Israel —la “Tierra Prometida”— y reencontrarse con Jerusalén, la ciudad santa, nunca desapareció. Esta esperanza espiritual y nacional alcanzó un punto clave en el siglo XIX, durante el Imperio Otomano, cuando judíos de diferentes partes del mundo iniciaron una migración hacia Palestina para convivir junto a comunidades árabes musulmanas y cristianas.
Aquí es importante destacar que una de las razones principales del odio musulmán contra Israel reside en la percepción de que la llegada de judíos para establecerse en Palestina representaba una amenaza para la predominante identidad musulmana de la región. Tras el fin del Imperio Otomano y con la intensificación de la migración judía, muchos líderes árabes interpretaron esta realidad como un proyecto extranjero que socavaba su soberanía e imponía una ruptura religiosa y política en un territorio considerado sagrado para el Islam. Esto sembró un sentimiento de hostilidad que perdura hasta la actualidad, alimentado por la convicción de que Israel representa una presencia invasora en el corazón de Oriente Medio.
El nacimiento del Estado judío
El movimiento sionista moderno alcanzó un hito en 1897, en el Primer Congreso Sionista en Basilea, donde Theodor Herzl y otros líderes judíos proclamaron la necesidad de crear un Estado para el pueblo judío en Palestina. Dos décadas después, en 1917, la Declaración Balfour, emitida por el gobierno británico, respaldó esta aspiración al establecer que “el Gobierno de Su Majestad ve favorablemente el establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina”.
Esta declaración sentó las bases para el nacimiento de Israel, garantizando que otras comunidades (árabes y cristianas) que habitaban Palestina continuarían teniendo todos sus derechos civiles y religiosos protegidos.
La independencia y las agresiones árabes
El 14 de mayo de 1948, al expirar el Mandato Británico para Palestina, David Ben Gurion proclamó la independencia del Estado de Israel. Al día siguiente, cinco ejércitos árabes —Egipto, Siria, Transjordania, Irak y Líbano— invadieron el naciente país para aniquilarlo antes de que alcanzara a consolidarse. Sin embargo, Israel no solo logró defenderse, sino que alcanzó una victoria milagrosa en la Guerra de Independencia (1948–1949), ganando territorio y fortaleciendo su posición.
El armisticio alcanzado en Rodas (1949), auspiciado por Naciones Unidas, permitió a Israel garantizar su existencia y ampliarse en un ambiente hostil. Un año después, en 1950, la Ley del Retorno abrió la puerta para que judíos de todas partes del mundo, dispersos por la diáspora, regresaran a su hogar ancestral.
Otros enfrentamientos clave
En 1967, Israel enfrentó otra agresión masiva por parte de Egipto, Jordania y Siria en la llamada Guerra de los Seis Días, donde alcanzó una victoria decisiva que le permitió controlar Jerusalén oriental, el Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania y los Altos del Golán. Una vez más, Israel demostró que, como Esparta en la Antigüedad, podía enfrentarse y derrotar a fuerzas superiores para garantizar su existencia.
A través de las últimas décadas, la amenaza no ha cesado. Irán, junto a organizaciones terroristas como Hezbolá y Hamás, mantiene como propósito central la destrucción de Israel, promoviendo una agenda de terror y violencia. Pero Israel sigue de pie, con una democracia sólida y un pueblo cuya determinación es tan antigua como su historia.
La batalla por la legitimidad y la paz
Resulta paradójico que, mientras Israel extiende su mano en búsqueda de la paz, enfrente una negación sistemática de su derecho a existir. El Estado judío no busca destruir a nadie, solo garantizar para su pueblo un lugar donde vivir y prosperar en paz. El sueño de retornar a la Tierra Prometida sigue intacto y sigue marcado por la promesa espiritual de que la presencia judía en la tierra de Israel no es simplemente un hecho político, sino un hecho histórico y moral.
Como dijera el ex primer ministro israelí Golda Meir:
“Si los árabes bajan las armas esta noche, mañana habría paz. Si Israel bajara las armas esta noche, mañana no habría Israel”.
Así las cosas
A lo largo de los milenios, Israel se ha enfrentado a desafíos existenciales, pero siempre los ha superado. Porque Israel no es solo un país: es un símbolo de resistencia, de retorno y de fidelidad a una promesa histórica y espiritual. El pueblo judío, marcado por la persecución y la dispersión, logró convertir un desierto en vergel y darle al mundo un país democrático y vibrante en una de las regiones más conflictivas del planeta.
Así, en este siglo XXI, Israel sigue demostrando que es, en espíritu y acción, la Esparta Moderna: un pueblo que no solo existe para defenderse, sino para construir, para sembrar y para vivir en paz, pero siempre con la guardia en alto para garantizar que la historia y la verdad no vuelvan a ser borradas.
🖋️Jorge Luis León
Jorge Luis León. Graduado de Lic. en Historia y Ciencias Sociales en el Instituto Superior pedagógico Enrique Jose Varona, es ensayista y escritor y autor de varias publicaciones en Periódico Cubano, 14Ymedio y Patria de Martí. Trabajó como profesor de historia en nivel medio-superior por 30 años. Al romper sus relaciones, con el Ministerio de Educación fue a dirigir una Academia de Ajedrez en Guanabacoa, donde residía, participó en múltiples torneos y escribió su libro Breviario Ajedrecístico, publicado en Cuba en el 2002. En 2002 viajó a Estados Unidos, fundó una Academia... dio clases en varias escuelas hasta que se trasladó a Houston donde reside actualmente.