Patria de Martí Artículos y Ensayos
El castrismo y su lectura sesgada del Manifiesto de Montecristi
- Orlando Freire Santana
Para nadie es un secreto el afán de los gobernantes cubanos por apropiarse del legado martiano. El discurso castrista toma lo que le conviene de la prédica del Apóstol, y tergiversa u omite las ideas de Martí que rechazan un tipo de gobierno como el que sojuzga al pueblo cubano.
Entre las falacias empleadas por el régimen para su insano propósito tenemos el intento de acreditar para el actual gobernante Partido Comunista de Cuba el carácter de heredero del Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí para llevar a cabo la guerra necesaria contra el colonialismo español, y también ese disparatado pronunciamiento de Fidel Castro de que el Apóstol había sido el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada.
En días pasados se ha puesto de manifiesto el tipo de lectura sesgada que las autoridades cubanas han hecho del Manifiesto de Montecristi, ese documento trascendental elaborado por nuestro Héroe Nacional apenas unos días antes de que partiera de tierra dominicana en unión de Máximo Gómez y otros patriotas para incorporarse a la guerra de independencia que él mismo había organizado.
Los jerarcas del castrismo acuden a la idea del equilibrio del mundo contenida en dicho documento. Idea que se vincula con la repercusión internacional que Martí le otorgaba a la independencia de Cuba, y que incluye el párrafo siguiente: “La guerra de independencia de Cuba es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo”.
Rememorando ese hipotético equilibrio del mundo, la tiranía castrista acaba de organizar un evento internacional denominado “Por el equilibrio del mundo”--- al estilo de los circos mediáticos que organiza Nicolás Maduro en Venezuela--- , en el que más que estudiar y enaltecer la obra martiana, se le da cabida a la más rancia izquierda internacional, cuyos representantes, aliados de un régimen totalitario como el cubano, nada tienen que ver con las ideas de libertad y democracia contenidas en el discurso del Héroe de Dos Ríos.
Por otra parte, la propaganda castrista ha ignorado la advertencia martiana aparecida en el propio Manifiesto de Montecristi, donde Martí aboga por evitar que la independencia de nuestra patria derivara en un régimen tiránico como había acontecido en varias de las repúblicas latinoamericanas. En ese sentido en el Manifiesto se establece que “Desde sus raíces se ha constituir la patria con formas viables, y de sí propias nacidas, de modo que un gobierno sin realidad ni sanción no lo conduzca a las parcialidades o a la tiranía”.
Hay otro elemento en el Manifiesto de Montecristi que para algunos pudiera ser un detalle de escasa importancia, pero que un análisis pormenorizado le otorga una gran significación.
En los últimos renglones del importante documento, aparecen las firmas de sus autores: el Delegado del Partido Revolucionario Cubano (Martí), creado para ordenar y auxiliar la guerra actual, y el General en Jefe electo por todos los miembros activos del Ejército Libertador (Máximo Gómez).
Es decir, que aquí Martí deja sentado que el Partido por él fundado no tenía por objetivo gobernar la isla una vez alcanzada la independencia, sino únicamente servir de vehículo para llevar a cabo la gesta independentista. Ello es un mentís categórico al deseo castrista de identificar el Partido martiano con el actual Partido Comunista de Cuba, que incluso por decreto constitucional, se yergue como amo y señor de la sociedad cubana.
Resulta evidente que si los actuales gobernantes de la isla hubiesen llevado a la práctica el auténtico mensaje contenido en el Manifiesto de Montecristi, hoy los cubanos no tendríamos que lamentar el sombrío panorama que se cierne sobre nuestra tierra.