Patria de Martí Artículos y Ensayos
La esclavitud en la Cuba del siglo XIX
- Jorge Luis León
Los milagros del socialismo: vivir hoy mucho peor que hace 200 años.
Un hecho que espanta y sacude conciencias: en pleno siglo XXI, el cubano promedio sobrevive en condiciones de miseria extrema, atrapado en colas interminables para obtener lo mínimo indispensable. No hay dignidad en la escasez, en la vigilancia constante, en la represión despiadada ni en la imposibilidad de pensar libremente.
Sin embargo, según el discurso oficial, la culpa de esta calamidad no recae en quienes han sumido a la nación en el desastre, sino en el “imperialismo”... ¡el mismo que les vende de todo! Desde el pollo que llega a las mesas hasta los autos de lujo que disfrutan los miembros de la élite gobernante.
Es hora de contrastar el presente con el pasado. En el siglo XIX, los esclavos en las plantaciones cubanas vivían bajo un régimen de explotación brutal, sin derechos ni libertad. Sin embargo, hay un dato que resulta estremecedor: un esclavo de aquella época comía mejor que un cubano de hoy.
La dieta de los esclavos en las plantaciones cubanas
Manuel Moreno Fraginals, en su obra El Ingenio, describe con detalle la alimentación de los esclavos en las plantaciones azucareras. Su dieta, aunque rudimentaria y diseñada para mantener su capacidad de trabajo, era más sustanciosa que la que muchos cubanos pueden permitirse hoy.
1. Base alimenticia:
- Viandas: Boniato, plátano y algo de yuca, fuente principal de carbohidratos.
- Maíz: Se consumía en forma de harina para hacer fufú o funche (similar a la polenta).
- Arroz: Presente en algunas plantaciones, aunque no siempre en grandes cantidades.
- Frijoles: Negros o colorados, en raciones pequeñas y esporádicas.
2. Proteína:
- Carne salada o tasajo: Importado de Argentina y Uruguay, aunque de baja calidad, era una fuente regular de proteínas.
- Pescado seco o bacalao: A veces reemplazaba al tasajo.
- Vísceras y sobras de carne: Lo que los amos desechaban solía ser aprovechado por los esclavos.
3. Grasas y otros alimentos:
- Manteca de cerdo: Usada en pequeñas cantidades para cocinar.
- Pan: En las plantaciones más prósperas, se distribuía pan de maíz o casabe (pan de yuca), aunque no era un alimento cotidiano.
4. Bebidas:
- Agua: No siempre en óptimas condiciones, pero era la bebida principal.
- Guarapo: Jugo de caña de azúcar, ocasionalmente ofrecido como refuerzo energético.
La cantidad de alimentos: un contraste impactante
Según registros citados por Moreno Fraginals, un esclavo recibía diariamente:
- 5 a 2 libras de viandas (boniato, plátano, yuca).
- ¼ a ½ libra de carne salada o tasajo.
- ¼ a ½ libra de harina de maíz.
- Frijoles en pequeñas cantidades, dependiendo de la cosecha.
Si bien esta dieta era monótona y baja en nutrientes esenciales, permitía la supervivencia y la capacidad de realizar trabajos físicos extenuantes. Además, algunos esclavos complementaban su alimentación con pequeños huertos o animales criados en secreto.
¿Qué diría un cubano de hoy ante esta dieta?
Es cierto que los esclavos carecían de dignidad, pues trabajaban sin remuneración y bajo el látigo. Pero surge una pregunta inevitable: ¿qué salario o pensión reciben hoy nuestros compatriotas?
La respuesta es escalofriante: prácticamente ninguno. Y lo más indignante: ni siquiera tienen acceso a la dieta que consumían los esclavos en la Cuba del siglo XIX.
Un esclavo del siglo XIX comía mejor que un cubano de hoy, incluso si este último posee un título universitario.
Así están las cosas en la Cuba de hoy.
Esto es socialismo.
¡¡Y aquí… no hay, no puede haber dignidad!!