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Petición e-3274: Canadienses exigen defensa de los derechos humanos en Cuba. Hablar sobre los abusos de los derechos humanos en Cuba.
El silencio de la mayoría de los medios de comunicación canadienses sobre los abusos de los derechos humanos en Cuba no es sorprendente, sino espantoso. Para la mayoría de los medios de comunicación, Cuba es como el exótico "paraíso" turístico que tanto gusta a los canadienses, es sólo playas, mojitos, salsa, y para algunos, "jineteras" (prostitutas en la jerga cubana) y otros "negocios" sexuales. Nada sobre las recientes detenciones arbitrarias, intimidaciones y encarcelamientos de artistas independientes, periodistas y miembros de la oposición política, tal y como ha denunciado "Amnesty International".
Últimamente hemos asistido a un movimiento nacional de Artistas Cubanos, intelectuales y activistas de derechos humanos cubanos que están alzando la voz en apoyo de las libertades individuales en Cuba y han hecho llamamientos urgentes a la comunidad internacional en busca de solidaridad y apoyo. Pero los medios de comunicación canadienses prefieren ignorar este movimiento. Silencio, nada.
Luis Manuel Otero Alcántara, "Libre" a un mes de su secuestro, casi un mes recluido e incomunicado en un centro hospitalario de Cuba.
Santa Cruz de Tenerife. España.- Hace un mes que la dictadura comunista de Cuba secuestró a Luis Manuel Otero Alcántara, un joven lleno de inquietudes y aspiraciones, y también, como la gran mayoría de los cubanos, de necesidades y penurias. Luisma, como se le conoce, es el alma del Movimiento San Isidro, MSI, grupo que, a diferencia de lo se dice en los medios oficialistas de la isla, si existe, y si no está más activo se debe a la represión desmedida que el régimen castrista ejerce sobre sus miembros.
Además de sus inquietudes de naturaleza artística, y de trascender las limitaciones que impone la marginalidad forzada por el efecto del daño antropológico generalizado que presupone vivir en Cuba, Luisma tiene una postura muy bien definida y con firmeza: denunciar desde cualquier perspectiva posible las injusticias continuas que ejerce la dictadura comunista de Cuba; motivo más que suficiente como para pretender silenciarlo para siempre, hacerlo desaparecer, encarcelarlo, marginarlo aún más, o cualquier otra acción que presuponga la supresión de su merecido protagonismo. La historia del secuestro es ya conocida, al menos de manera parcial, toda vez que el secretismo en torno a todo el acontecer del líder del MSI ha originado disímiles interpretaciones, amén de las escasas fuentes precisas a partir del infausto momento de aquella madrugada en que las fuerzas policiales del régimen lo tomaron por la fuerza, y tras un simulacro pleno de incoherencias lo trasladaron al Hospital Calixto García, en la capital cubana.
Federación de béisbol castrista protesta por carteles contestatarios.
El choque inaugural del Torneo Preolímpico de Béisbol entre Cuba y Venezuela será recordado en la historia de estos eventos no solo por lo disputado que fue dentro del terreno, sino por la inédita cantidad de personas que presenciaron el choque para protestar y visibilizar su postura en contra del régimen cubano.
Varios de los asistentes mostraron carteles con consignas donde se leían “¡Libertad!”, “¡Patria y Vida!”, los cuales se trataron de colocar en lugares estratégicos para que fuesen captados por las cámaras de la transmisión y, por ende, visibles para todos los cubanos en la Isla disfrutaban del juego.
Igualmente, otros de los asistentes llevaron camisetas con textos e incluso fotografías del artista Luis Manuel Otero Alcántara, quien fue liberado de su cautiverio en el hospital “Calixto García” mientras transcurría el choque.
Ante estas acciones, la Federación Cubana de Béisbol mostró su irritación y envío una misiva a la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC, por sus siglas en inglés) para exigirle la toma de acciones contra este tipo de “provocaciones”.
El comunicado comenzó enunciando que la FCB “considera inaceptable que personajes contrarios al espíritu propio de un evento deportivo atenten contra la concentración del equipo que nos representa en el torneo preolímpico con sede en Florida, Estados Unidos”.
Los mandamases del béisbol en la Isla mostraron su mayor inconformidad con la persona que irrumpió en el terreno durante la cuarta entrada. Criticaron la actitud de las autoridades, “las cuales no respondieron con al agilidad necesaria” y calificaron esto como “un claro ejemplo de lo que no debe suceder si las autoridades locales actúan como establecen los protocolos de seguridad que merecen los protagonistas de esta cita”.
La persona que se lanzó al terreno se trató de la joven Kiele Alessandra Cabrera, una cubanoamericana descendiente de una familia de exiliados y activistas que paralizó por al menos dos minutos el partido.
“Pensé unos días atrás que algo así pasó en el juego del 99 de los Orioles contra Cuba, y siento que esa fue la única manera para coger la atención que necesitamos para hablar de todas las cosas que están pasando en Cuba, todas las injusticias que se cometen”, explicó la chica al periodista Javier Díaz del canal Univision 23.
La FCB calificó como “inadmisibles la portación de carteles y las ofensas verbales, particularmente orquestadas en las zonas de palcos detrás de home y sobre el banco ocupado por nuestro equipo”.
Además amenazó a la WBSC con que fue advertida oportunamente sobre las acciones de protestas que se iban a desarrollar y con las cuales no están dispuestas a lidiar.
“No frenar esa situación resultaría tributar a la generación de un clima desestabilizador para atletas, entrenadores y demás miembros de nuestra delegación, que reitera su compromiso con la misión de entregarse a fondo en cada presentación y contribuir al espectáculo desde el respeto a la ética y al juego limpio”, manifestaron.
Por último, pidieron al gobierno de los Estados Unidos, en su condición de país anfitrión, y al Comité Organizador velar por la seguridad de todos los asistentes a este certamen.
The communiqué began by stating that the FCB "considers it unacceptable that characters contrary to the spirit of a sporting event attack the concentration of the team that represents us in the pre-Olympic tournament in Florida, United States".
The baseball leaders on the island showed their disagreement with the person who broke into the field during the fourth inning. They criticized the attitude of the authorities, "who did not respond with the necessary agility" and described this as "a clear example of what should not happen if the local authorities act as established by the security protocols that the protagonists of this event deserve".
The person who rushed onto the field was young Kiele Alessandra Cabrera, a Cuban-American descendant of a family of exiles and activists who paralyzed the game for at least two minutes.
"I thought a few days ago that something like that happened in the '99 Orioles game against Cuba, and I feel that was the only way to get the attention we need to talk about all the things that are happening in Cuba, all the injustices that are being committed," the girl explained to journalist Javier Diaz of Univision 23.
The FCB described as "inadmissible the carrying of posters and verbal offenses, particularly orchestrated in the box areas behind home plate and on the bench occupied by our team".
It further threatened the WBSC that it was warned in a timely manner about the protest actions that were going to develop and with which they are not willing to deal.
"Not stopping this situation would result in generating a destabilizing climate for athletes, coaches and other members of our delegation, which reiterates its commitment to the mission of giving its all in each presentation and contributing to the show with respect for ethics and fair play," they said.
Finally, they asked the government of the United States, in its capacity as host country, and the Organizing Committee to ensure the safety of all those attending the event.
Modelo económico castrista insiste en el fracaso. Exportaciones e importaciones en Cuba: el fracaso del modelo Malmierca.
LA HABANA, Cuba. ─ Desde agosto de 2020 ha venido funcionando en Cuba el denominado modelo Malmierca de fomento de la exportación para los agentes privados. Hasta la fecha, no se han facilitado datos oficiales del impacto de este en el sector exterior. Tan solo aparecen informaciones fragmentarias relativas a contratos y ventas.
Conviene recordar que el modelo surgió por dos motivos. En primer lugar, para paliar la escasez de divisas en la economía como consecuencia de la parálisis del turismo. En segundo, situar al Estado como agente de control de las actividades del comercio exterior de los agentes privados, una vía para limitar el enriquecimiento.
El modelo Malmierca establece unos procedimientos para la exportación e importación por parte de las denominadas “formas de gestión no estatal”, a partir de la obligatoria prestación de servicios de comercio exterior por medio de empresas especializadas dependientes del Estado.
Este método tiene como referentes una serie de resoluciones, entre ellas la 315 del Ministerio de Comercio Exterior, que publicó el reglamento de las relaciones comerciales entre las entidades autorizadas a ejecutar actividades de comercio exterior y las formas de gestión no estatal, así como la resolución 112 del Banco Central de Cuba, que estableció el procedimiento para la apertura y operatoria de las cuentas corrientes en moneda libremente convertible (MLC).
El modelo establece una distribución en el negocio del comercio exterior donde el 80% del ingreso en divisas pase a manos del exportador, mientras el 20% restante el Estado lo entrega en moneda nacional. El mismo se abrió desde el primer momento a todo tipo de entidades privadas, cooperativas y trabajadores por cuenta propia; también para todas las formas de gestión no estatal, en sentido amplio, como pequeños agricultores que no son cooperativistas o usufructuarios de tierras estatales, artesanos o creadores. Cualquiera puede exportar con este modelo siempre que se respete la mediación estatal y el reparto de los beneficios del negocio.
La experiencia transcurrida desde entonces, en ausencia de datos oficiales, no permite constatar que se haya incrementado el comercio exterior del sector no estatal, y mucho menos que se diversifiquen los servicios y bienes a exportar. Y ello, a pesar de la sustanciosa devaluación de la moneda (en un 2 300%) como consecuencia de la Tarea Ordenamiento.
El modelo Malmierca fue rápidamente integrado en lo que se denomina plan de desarrollo nacional 2030 y en la estrategia económica para la recuperación post COVID-19. Sin embargo, al igual que las tiendas en MLC, parece el tipo de medida que desaparecerá tan pronto se normalice la captación de divisas en la economía.
No obstante, el régimen trata de hacer ver las cosas de forma distinta. Así, por ejemplo, Granma destaca las 42 las empresas estatales que han surgido (empezaron siendo 36) para mediar en los negocios de exportación e importación en Cuba. Según la versión oficial, estas agencias estatales ayudan a “no dejar desamparados a los agentes privados, y menos en cuando al apoyo para su conexión con contratos en el exterior”, cuando es justo lo contrario que estos demandan.
Para justificar el supuesto éxito citan los 2 457 contratos firmados con las empresas estatales destinadas a facilitar la exportación e importación de sus bienes y servicios, una cifra que, a todas luces, parece ridícula si se compara con el número de trabajadores por cuenta propia que existen en el país, más de 600 000 según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). De hecho, son muchos más los que acuden a informarse de las condiciones del modelo para exportar, y cuando son conocidas, más de la mitad se retira y aparca su deseo de abrirse al comercio exterior.
En cambio, lo que sí ha funcionado en el conjunto de contratos antes citado han sido las importaciones, ya que el 95% de los contratos han sido firmados para traer productos a Cuba del exterior. Justo lo que no quieren las autoridades, pero, al menos, reciben la comisión por la intermediación y las divisas correspondientes.
El control de las exportaciones e importaciones de los agentes privados del modelo Malmierca ha ido acompañado de sucesivas normas cuyo objetivo era facilitar el acceso al comercio exterior al sector no estatal, viendo que el plan no daba los resultados previstos en materia de promoción y diversificación de las exportaciones, sustitución efectiva de importaciones y obtención de recursos a través de créditos comerciales. Un buen ejemplo de la escasa atención del sector privado al modelo Malmierca se encuentra en el frente de las cooperativas no agropecuarias, que apenas se ha interesado por esta fórmula a fecha de hoy.
Una de las normas que más han llamado la atención por su voluntad de control ha sido el denominado “mapa territorial de las formas de gestión no estatal” identificadas con potencial para las exportaciones, en el que han ido trabajando los funcionarios del ministerio, y sobre el que existen dudas técnicas, pero, sobre todo, políticas, a la hora de constatar quien puede entrar a formar parte de ese mapa de oferta exportable. Observando los resultados del mapa en provincias como Pinar del Río, Granma y Las Tunas se ve que no están todos los que son, ni son todos los que están.
Sin embargo, existen evidencias del fracaso del modelo que van más allá de las consideraciones políticas. No se difunden datos oficiales, pero parece evidente que el objetivo de promover desde el Estado servicios con calidad exportable ─y que el proceso se haga rápido y se implemente con eficiencia─ no se ha cumplido, como tampoco que las importaciones sean más racionales y que se logren los encadenamientos con el tejido productivo.
La obligatoriedad en la firma de contratos para la prestación de los servicios ha sido otro factor que no ha funcionado por los costes asociados a las operaciones y los retrasos burocráticos. Y otro tanto se puede afirmar de la exigencia de que los agentes privados dispongan de cuentas corrientes en moneda libremente convertible, así como de cuentas en pesos cubanos. A ello hay que añadir el reducido número de bancos que ofrecen estos servicios.
Consultados algunos agentes privados que se han interesado por operar con este modelo, señalan como principal obstáculo la necesidad de llegar a acuerdos entre las partes; es decir, de un lado el Estado comunista con su agente intermediario, de otro, el operador privado interesado en comerciar con el exterior. La diferencia de poder entre ambos es tan grande que condiciona el resultado del acuerdo entre las partes, de antemano, con un lo tomas o lo dejas. La referencia que se exige para fijar el valor con respecto a los precios de la competencia internacional tampoco sirve por cuanto es ajena a la realidad de la economía cubana.
Cierto que Malmierca dijo allá por el mes de agosto del año pasado, cuando lanzó su modelo, que del ingreso percibido por la exportación solamente se descontaría “un pequeño margen comercial por la empresa estatal” y que habría que restar los gastos asociados a la operación. Según algunos informantes, en determinados casos esta “pequeño margen” se acerca al 40% de la operación, lo que deja al operador privado sin interés por el negocio. Cabe señalar que tras la deducción de comisiones y gastos, además, solo se permite retener un 80% en divisas, siendo obligatorio el depósito en la cuenta de la forma no estatal (quedado sometido a la situación de escasez de divisas y los certificados de depósito que inmovilizan los fondos), mientras que el resto iría a las cuentas en CUP. Con las importaciones viene a suceder algo parecido.
De modo que los ingresos en divisas de la operación que pasan al agente privado para su financiación o desarrollo son tan reducidos que no vale la pena el negocio. De hecho, para adquirir divisas el modelo indica que solo se pueden obtener con la propia exportación y el porcentaje que se retiene, mediante transferencias bancarias en moneda libremente convertible desde el exterior o desde bancos cubanos, donde haya cuentas con liquidez, incluidas Visa y MasterCard. A lo largo del tiempo se han reducido también los márgenes de aranceles para las mercancías importadas, pero la medida todavía resulta insuficiente.
Además, las tarjetas magnéticas que se expiden a los operadores privados con referencia a las cuentas en MLC tan solo se pueden utilizar para hacer extracciones de moneda nacional en efectivo, pero no para extraer moneda libremente convertible, pues se quiere bancarizar lo más posible el proceso y que no circule la divisa en efectivo.
Finalmente, otro ejemplo del fracaso del modelo Malmierca tiene que ver con su escasa relación con las inversiones extranjeras en Cuba. Para empezar, hay problemas conceptuales claros a la hora de tratar el comercio exterior como una actividad independiente de la entrada de capital foráneo en la economía nacional. Tratar de afrontar cada proceso yendo por sitios distintos, y con políticas poco coordinadas, es un grave error. Y esto es más o menos lo que sucede en Cuba.
La atracción de capital foráneo para el desarrollo nacional se ha visto frenada por la crisis del COVID-19. Algunas informaciones no oficiales cifran en más de un 40% la caída de las inversiones extranjeras durante 2020. El hecho de que la inversión extranjera que llega a Cuba no pueda formalizar de manera directa operaciones con los agentes privados es un factor que condiciona la relación entre capital extranjero y relaciones comerciales. Basta contemplar la denominada “cartera de oportunidades” que el régimen ofrece a los inversores extranjeros para constatar la ausencia de operaciones con agentes privados. El modelo Malmierca ha fracasado en el estímulo al capital extranjero. Y ello porque las entidades no estatales cubanas, pese a su deseo de involucrarse en la creación o el diseño de proyectos de inversión extranjera, no son autorizadas por el régimen a participar, tratando de drenar cualquier proceso de enriquecimiento privado.
Por otra parte, las empresas de capital extranjero que operan en la Isla desde hace tiempo no se han visto beneficiadas por la Tarea Ordenamiento, ya que su actividad no solo depende de una posible eliminación de las distorsiones presentes en la economía, sino de que se facilite realmente su negocio con la libre contratación de trabajadores cualificados o la repatriación automática de beneficios a las casas matrices. Es el caso de las importaciones que realizan estas empresas extranjeras procedentes de sus sedes centrales, que tendrán que asumir un tipo de cambio mucho más complicado tras la devaluación del peso.
Autor: Elías Amor.
Economista. Autor del blog http://cuba-economia.blogspot.com. Presidente de la Unión Liberal Cubana y del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH). Mi deseo que Cuba sea libre y democrática