- Jorge Luis León
El único gran traidor: Fidel Castro
Fidel Castro, el hombre que prometió una revolución “por los humildes, con los humildes y para los humildes”, pasó a la historia como el gran traidor de esas mismas palabras. En abril de 1961, con la ilusión de millones de cubanos en sus manos, proclamó esta frase que resonó como un eco de esperanza. Sin embargo, el tiempo demostró que esta revolución fue un proyecto marcado por el engaño, la destrucción y el desprecio hacia los valores y logros del pueblo cubano.
Antes de 1959, Cuba era una de las naciones más prósperas de América Latina. Su industria azucarera, su producción de tabaco y su clase media pujante eran un ejemplo para la región. Pero Fidel, en su afán de imponer un modelo colectivista, destruyó esta base económica. Las expropiaciones masivas, la nacionalización de empresas y fincas, y la subordinación de la economía a los dictados de la Unión Soviética convirtieron a Cuba en una sombra de lo que fue.
Un ejemplo claro de este desastre fue la famosa “Zafra de los 10 Millones” en 1970, un proyecto tan mal planificado que no solo no logró su objetivo, sino que llevó al país a una crisis alimentaria sin precedentes. Mientras tanto, los humildes —los mismos a quienes se les prometió prosperidad— enfrentaban el racionamiento de alimentos, el desabastecimiento crónico y un futuro sin esperanza.