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Fidel Castro: Ni un gramo de verdad
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La economía venezolana en manos del Estado por Carlos Sabino
Sociólogo y economista argentino. Ha sido investigador académico, autor y articulista. Recibió un Doctorado en ciencias sociales de la Universidad Central de Venezuela. Ejerce como profesor en la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala).
El socialismo del siglo XXI que ha comenzado a poner en práctica el presidente venezolano Hugo Chávez está mostrando ya algunos resultados concretos. Tanto la Electricidad de Caracas como la principal empresa de telecomunicaciones del país, la CANTV, están ahora nacionalizadas, o para decirlo con más exactitud, han pasado al control directo del estado. En ambos casos el gobierno venezolano ha procedido a comprar –a precio de mercado- varios paquetes accionarios que estaban en manos privadas, de modo de obtener un control absoluto sobre dichas empresas. El gasto en que se ha incurrido no ha sido poco, pues supera con creces la cifra de los 2.000 millones de dólares. Sólo en la CANTV, que estuvo durante 16 años en manos privadas, se han gastado unos 1.600 millones. Es muy probable que pronto corra el mismo destino SIDOR, la Siderúrgica del Orinoco, y varias otras empresas que el gobierno considera "estratégicas" para la economía del país; se ha decidido, además, revocar las concesiones petroleras que tenían desde hace diez años varias corporaciones internacionales para extraer los petróleos pesados y las arenas bituminosas que existen en el sureste de Venezuela, lo cual requiere de una tecnología realmente muy avanzada. Más grave aún desde el punto de vista político es que el gobierno ha decidido no renovar la concesión de la televisora venezolana de mayor cobertura, RCTV, la única de señal abierta que todavía no estaba bajo el control de los partidarios de Chávez. Se mantiene, entretanto, un control de cambios sumamente estricto, que dificulta seriamente las importaciones privadas y, por supuesto, la llegada de inversiones extranjeras al país, ahora prácticamente nulas. Caracas sufre ahora la escasez y el desabastecimiento de muchos productos, desde alimentos a medicinas, que no se importan en la cantidad requerida o con la velocidad necesaria para satisfacer las necesidades del consumo. Las operaciones de compra de empresas privadas no tienen ninguna justificación económica o social, pues se trata de compañías que estaban funcionando normalmente, arrojando razonables ganancias y prestando un buen servicio a los consumidores. La CANTV, por ejemplo, había sido privatizada en 1991 por cuanto, bajo control estatal, se había mostrado incapaz de satisfacer las necesidades de la población. Hasta esa época era prácticamente imposible conseguir nuevas líneas telefónicas, las instalaciones se habían vuelto obsoletas y la empresa producía constantes pérdidas, mientras no eran pocos los casos de corrupción. Desde su privatización, por otra parte, la CANTV había cambiado por completo: con casi cuatro millones de líneas fijas y ocho de móviles o celulares, en un país de 26 millones de habitantes, la CANTV resultaba la principal empresa de telecomunicaciones de Venezuela, prestaba un excelente servicio y, de paso, lo hacía a un precio completamente accesible para el consumidor, como lo muestran claramente las cifras que acabamos de señalar. ¿Por qué, entonces, volverla a comprar, por qué pasarla nuevamente al control del estado? Las razones, obviamente, son de tipo político. Chávez y sus seguidores quieren consolidar el control que ya tienen sobre el país extendiendo su dominio al plano de la economía. Adueñándose de las comunicaciones y la televisión podrán asegurar su completo control sobre todo lo que ocurre en Venezuela, ya que la actividad petrolera se encuentra estatizada hace más de tres décadas y el estado es poderoso gracias a sus enormes ingresos. Tendrán también en sus manos la mayoría de las grandes industrias y, a través del control de cambios, podrán ejercer toda la presión que deseen sobre las restantes empresas privadas que queden luego de esta oleada estatizadora. Venezuela será entonces completamente socialista, aunque se mantendrá cierta ilusoria apariencia de libertad: existirá propiedad privada, es cierto, pero toda empresa tendrá que someterse a los dictados del gobierno o, de lo contrario, tendrá que desaparecer; habrá elecciones, claro está, pero con un dispositivo electrónico tan bien montado que asegure la continua victoria del gobierno y la reelección perpetua de Hugo Chávez; habrá libertades para circular dentro y fuera del país, al menos por un tiempo, pero el gobierno se asegurará el control absoluto de la educación y de los tribunales. Este socialismo del siglo XXI se parecerá enormemente, entonces, al régimen que establecieron Mussolini en Italia y Hitler en Alemania, a la Cuba de Fidel Castro y a otros países que, fascistas o comunistas, ahogaron por completo la libertad de los individuos durante las nefastas dictaduras que fueron tan características del siglo XX. La única diferencia de importancia es que Chávez habrá logrado todo esto sin recurrir a la violencia, manteniendo ciertas apariencias democráticas que quiere preservar para que se lo siga aceptando aún dentro del mundo civilizado. ¿Hasta cuando durará esta situación? No lo podemos saber, por supuesto, aunque sí sabemos que los pobres seguirán siendo pobres y que el dinero petrolero se acabará tarde o temprano. Pero, es triste decirlo, la dictadura implacable de quien controla todos los resortes políticos y económicos del poder durará, posiblemente, un largo y angustioso tiempo.
Constitución, Muerte y Transfiguración por Armando Ribas
Es abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, escritor e investigador cubano que reside en la Argentina. Se graduó en Derecho en la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana y en 1960 obtuvo un master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University (Dallas, Texas, EE.UU.). Es columnista para el Diario de las Américas y otras publicaciones.
En esa oportunidad Argentina se .adelantó a Europa en su proyecto político, ya que en el siglo XIX, la amante de Zeus gestaba las doctrinas totalitarias que asolaron al mundo en el siglo XX. Así Europa fue salvada de los europeos por los americanos en tres oportunidades durante este siglo, como bien señalara Francois Revel en su ¨La obsesión antiamericana¨.
Envuelta en dicha Constitución, Argentina, pasó de ser uno de los países más pobres del continente, a ser el octavo país del mundo. La inmigración, el sistema de votación mas elocuente, pobló al país, que pasó de un millón de habitantes y un ochenta por ciento de analfabetos, a siete millones y veinticinco por ciento respectivamente, a principios del siglo XX.
La revisión del texto constitucional muestra el carácter liberal de la misma. Es decir el predominio de los derechos individuales por sobre las mayorías y límite del poder político mediante. Los principios que trasunta la declaración de derechos y garantías , son la prueba manifiesta del carácter liberal y, por consiguiente, antisocialista de dicha Constitución. En ese sentido, es importante recordar que no existe el llamado "centro" como una síntesis del liberalismo y el socialismo. Ésa es la patraña en la cual hemos caído y por la cual la izquierda, a todo el que defiende la Constitución de 1853-60, lo acusa de ser de derecha, fascista o nazi. EÉsa es la patraña conforme a la cual se ha definido como tal al denominado neoliberalismo.
El socialismo es una doctrina antitética al liberalismo por mas que Bernstein, el autor de la social democracia haya sostenido en sus ¨Precondiciones del Socialismo¨ que aquél era la.superación histórica del segundo, y así dice: ¨el socialismo es el heredero legitimo del liberalismo. No hay ningún pensamiento realmente liberal que no pertenezca a los elementos de las ideas del socialismo¨. A ésta conclusión sólo puede arribarse si se adopta como liberal el pensamiento surgido del iluminismo, que diera lugar a la Revolución Francesa. La realidad es que el socialismo parte de principios antropomorficos, antitéticos al liberalismo. Así en el orden antropológico el liberalismo se funda en la falibilidad de la naturaleza humana y por consiguiente en que ésta es inmodificable. Por el contrario el socialismo cree en la modificación de la naturaleza humana y busca la creación del hombre nuevo, que ame al prójimo más que a si mismo. En el orden de la ética el socialismo parte, tal como lo señalara Rousseau, de la incompatibilidad a priori de los intereses particulares y los intereses generales. El liberalismo por el contrario cree en la compatibilidad de los mismos y por tanto defiende y protege los derechos individuales. En el orden político por tanto el socialismo sostiene el prevalecimiento de los derechos sociales sobre los derechos individuales (justicia social).
Como expresé más arriba, la Constitución de 1853-60 era una Constitución liberal y, por tanto, las ideas socialistas al desconocer los derechos individuales, eran inconstitucionales. La adición del articulo 14 bis introdujo ya una caja de pandora en el carácter de la Constitución. No me voy a detener el en análisis del mismo, pues mi propósito en la actualidad es analizar lo que considero la socialización de la Constitución de 1853-60, que surgió de la reforma, a través del pacto de Olivos, entre el demoníaco Menen y e hiperdemocratico Alfonsín. Dicha reforma de hecho es más bien una transformación.
Antes de adentrarme en el susodicho análisis quiero recordar las palabras de Alberdi en su ¨Sistema económico y rentístico de la Constitución Argentina¨. Allí el gran ausente dice: ¨Ella puede ser respetada en su principio, y desconocida y atacada en lo que tiene de mas precioso, - en el uso y disponibilidad de sus ventajas. Los tiranos más de una vez han empleado esta distinción sofistica para embargar la propiedad, que no se atrevían a desconocer. El socialismo hipócrita y tímido, que no ha osado desconocer el derecho de propiedad, ha empleado el mismo sofisma, atacando el uso y disponibilidad de la propiedad en nombre de la organización del trabajo. Teniendo esto en mira y que la propiedad sin el uso limitado es un derecho niminal, la Constitución argentina ha consagrado por su articulo 14 el derecho amplísimo de usar y disponer de su propiedad , con lo cual he echado un cerrojo de fierro a los avances del socialismo¨.
Pues bien el cerrojo fue abierto por la reforma de 1994. Como puede apreciarse de esas palabras es evidente el pensamiento liberal y antisocialista del creador de la Constitución Nacional. La reforma de 1994 incluyó en el articulo 75, donde se explicitan las facultades del Congreso, el inciso 19 que expresa: ¨Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento. Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen¨.
Como puede apreciarse de la redacción de este inciso, el mismo capacita al Congreso a todo. Es decir de hecho y de derecho los derechos garantizados en la denominada parte dogmática quedan a merced de la voluntad del Congreso. Pero, como si fuera poco, se introduce el articulo 76 que capacita al Congreso a delegar esas facultades el poder ejecutivo en determinadas circunstancias. Así dice el susodicho articulo: ¨se prohíbe la delegación del Poder Legislativo en el Poder Ejecutivo, salvo en materias determinadas de administración o de emergencia publica, con plazo fijado para su ejecución y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca. La caducidad resultante del transcurso del plazo previsto en el párrafo anterior no importara revisión de las relaciones jurídicas nacidas al amparo de las normas dictadas en consecuencia de la delegación legislativa."
A partir de estas dos disposiciones y aun sin considerar otras que podrían inscribirse en la misma tendencia, la reforma significa la conversión de una Constitución liberal en socialista. De hecho y de derecho prácticamente se elimina el rol fundamental de la Corte Suprema, cuya función por antonomasia es la defensa de los derechos individuales garantizados por la Constitución. Ante facultades tan amplias ¿qué puede hacer en el orden jurídico la Corte Suprema para declarar una ley o un decreto de necesidad y urgencia, inconstitucional?.
Podemos decir entonces que la reforma significa la socialización de la Constitución. Insisto no fue una reforma sino una transformación. El resultado es la contradicción y la dictadura jurídica que hoy nos gobierna en nombre del pueblo. Y de la dictadura a la tiranía no hay mas que un paso, y ese paso es el control del poder para lo cual se requiere la sumisión de las fuerzas armadas.
Por otra parte es evidente que la aparente limitación a la delegación de facultades que surge de su supeditación al estado de emergencia queda jurídicamente superada. Ello se debe a que la primera condición que se refiere a determinadas materias de administración es lo suficientemente amplia como para legalizar dicha delegación en cualquier caso. Máxime cuando no se especifican cuáles son las materias de administración a las que se refiere dicha norma.
Es significativo que esta muerte y transfiguración de la Constitución liberal pueda haber sido calificado como obra del neoliberalismo. La realidad fue muy otra, como hemos visto, pues el socialismo que impregna la reforma es la antitesis de los constituyentes de 1853 y resulta en la concentración de poder que estamos viendo, y que había sido prevista por Tocqueville.
Esta distorsión de la realidad es una característica universal de la izquierda, que como bien la define Thomas Sowell resulta de la Visión de los Ungidos¨. Ya esta visión colaboró de manera manifiesta al producirse la colusión entre el socialismo fiscal (aumento del gasto publico, y regulaciones), y la ortodoxia monetaria (control monetario y fijación del tipo de cambio nominal). La consecuencia fue la destrucción del sector productivo (agrícola e industrial), que sirvió de excusa para el golpe de estado civil del 2001.
Ahora, como complemento de esta ¨Vision de los Ungidos¨ tenemos un nuevo estudio del Banco Mundial según el cual la estadística muestra que la igualdad económica determina un mayor crecimiento. Así a partir de la idea ¨políticamente correcta¨ de la igualdad económica, se invierte la relación de causalidad. Consecuentemente se ignora que es la libertad la que determina un mayor crecimiento y la mayor igualdad es una consecuencia no un presupuesto. La mayor desigualdad surge por el contrario de la pretensión de igualdad que determina la mayor desigualdad política que es el despotismo electivo. Ahora legalmente avalado por la muerte y transfiguración de la Constitución, Pacto de Olivos mediante, se ha creado el neosocialismo con los presupuestos de siempre: mayor desigualdad política y mayor pobreza.
Natural de Cuba, es poeta, articulista, Asesor Financiero y Gerente de Axa-Equitable y cofundador del Partido Nacionalista Democrático. Formó filas en la Brigada 2506 y el ejército de EE. UU. Ha sido corresponsal, escritor y Jefe de Redacción de Idioma Español en La Voz de los EE. UU. Y Director de noticias del Canal 23 (Miami).
Los cubanos nos hemos quejado con frecuencia de que lo que hemos calificado como “exceso de protagonismo” ha conducido a una proliferación desmedida de organizaciones cívicas y políticas tanto dentro de Cuba como en el exilio. Lo cierto es que sin protagonismo el hombre estaría viviendo en las cavernas y que son los protagonistas quienes mueven las ruedas del progreso. Pueden ustedes imaginar que habría sido de la humanidad sin el protagonismo genial de Leonardo Da Vinci, Cristobal Colón, Alexander Graham Bell, Thomas Alba Edison y Bill Gates. Podemos concebir el documento visionario y contundente de la constitución que sirvió de base a la independencia de los Estados Unidos sin el pragmatismo de Benjamin Franklin y la redacción iluminada de Thomas Jefferson. Y que decir del protagonismo estoico y tenaz de Winston Churchill dando esperanza y orgullo a la nación británica ante la embestida brutal de la Alemania nazi. Y, ya cerca de nosotros, quién sino José Martí, con su espíritu de perdón y su decisión de inmolarse para liberar a Cuba, hubiera sido capaz de reunir recursos y voluntades para iniciar la guerra de independencia en 1895.
Pero, como todos sabemos, toda moneda tiene dos caras y el protagonismo es como el colesterol que puede haberlo bueno y puede haberlo malo. Mientras el primero construye el segundo destruye. Mientras los primeros cumplen su misión de servicio colectivo superando obstáculos e ignorando agravios, los segundos desatan sobre los primeros la envidia y la diatriba como recursos extremos de quienes no son capaces de brillar con luz propia. Y, siguiendo con las metáforas, estos buscadores de notoriedad sin méritos crecen como la mala yerba, sin necesidad de abono ni de elaborados procedimientos de cultivo. Y, por desgracia, como la mala yerba se multiplican con mayor facilidad que los protagonistas útiles y edificantes.
No cederé, sin embargo, a la tentación de elaborar una lista de quienes considero los protagonistas buenos en este momento de nuestra convulsionada historia nacional. Es muy posible que incurra en omisiones que no solamente serían injustas sino que podrían desatar el tipo de confrontaciones infructuosas que, después de casi medio siglo de errores, me he prometido evitar a toda costa. Por otra parte, no ofreceré una lista de quienes considero protagonistas obstruccionistas porque, primero, no estoy dispuestos a dedicarles el tiempo que no merecen y, segundo, jamás les haría el favor de darles la publicidad gratuíta que tanto buscan y que tanto perjudica la causa de nuestra libertad.
Surge, en conclusión, la pregunta de ¿qué han de hacer “los que aman y construyen” de José Martí frente al reto de quienes “odian y destruyen”?.La respuesta no es tan difícil cuando la pregunta es contestada poniendo por delante el bienestar y la libertad del pueblo de Cuba. Trabajar ignorando agravios y con la mirada fija en la meta añorada de una nueva alborada de soberanía, libertad y justicia para la nación cubana. Trabajar sin prisa pero sin descanso como si tuviéramos la eternidad por delante. Trabajar con la generosidad de quien siembra un árbol para que dé sombra a sus hijos, nietos y bisnietos. Confiar en que, despues de tanto dolor y sacrificio, nuestro pueblo—como en la parábola bíblica—sabrá separar la buena de la mala yerba a la hora de emitir su voto en nuestra reivindicadora fiesta de democracia. Los sembradores quizás no disfrutemos de la sombra del arbol pero tendremos la satisfacción indescriptible del deber cumplido.
Cómo los empresarios cambiaron el mundo por Johan Norberg
Nacido en Suecia. Pertenece a Timbro, un centro de analisis intelectual sueco. Es autor, articulista, conferencista y director de documentales. Tiene una Maestria de la Universidad de Estocolmo (Suecia).
Me acuerdo de un párrafo en el libro de Ludwig von Mises Acción humana en el que él dice que la economía de mercado libre no necesita defensores o propagandistas. El mejor argumento a favor de la economía de mercado libre está en el epitafio de Sir Christopher Wren, el arquitecto que construyó y está enterrado en la catedral de San Pablo: "si monumentum requiris, circumspice" (si está buscando un monumento, mire a su alrededor). Observe lo que el construyó. Observe su misión. Está parado en ella en este momento. Esa, creo yo, es la mejor defensa de la economía de mercado libre que uno pueda concebir —que las personas miren a su alrededor y consideren las impresionantes cosas y oportunidades que los empresarios y los negocios le han dado al mundo durante los últimos 200 años. Solo observe la salud, la riqueza, las tecnologías, las oportunidades, y la comida en sus platos. ¿Podrían haber sido posibles cualquiera de esas cosas para un rey o una reina hace 200 años? Solo observe la salud, la riqueza, las tecnologías, las oportunidades y la comida en su plato. ¿Podrían haber estados a la disposición de un rey o reina hace 200 años cualquiera de esas cosas? El impresionante hecho es que los empresarios y los innovadores y los negocios han convertido lujos que ni siquiera los reyes podían costear en ítems ordinarios de bajo costo a su disposición en su tienda local. Esa es la mejor defensa del capitalismo. En muy poco tiempo, el mundo ha experimentado un cambio extremo. Y ese es el tema de mi reciente libro, Cuando el hombre creó al mundo (When Man Created the World). La cuestión interesante es que la historia nos muestra que la libertad funciona. Durante 1.000 años de monarquía absoluta, feudalismo, y esclavitud, el ingreso promedio de la humanidad aumentó por alrededor de un 50 por ciento. En los 180 años desde 1820, el ingreso promedio de la humanidad aumentó por aproximadamente 1.000 por ciento. Durante los últimos 100 años, hemos creado más riqueza, reducido más pobreza, y aumentado la expectación de vida más que en los anteriores 100.000 años. Y aquello ocurrió gracias a personas como usted —empresarios, pensadores, creadores, innovadores— quienes tenían ideas nuevas, quienes viajaron distancias geográficas y, particularmente, distancias mentales para crear cosas nuevas y quienes se encargaron de que las tradiciones de antaño, las cuales hubiesen detenido las creaciones nuevas, no puedan detenerlas por mucho tiempo. Por eso es que tenemos toda esta riqueza. Por eso es que nuestro hijo, el que nacerá en enero, tiene más probabilidades de llegar a la edad de jubilación que las probabilidades que tenían todos los niños de todas las épocas anteriores de llegar a experimentar su primer cumpleaños.
La difusión global
En las últimas décadas de globalización, en las que nuevas oportunidades, tecnologías y medios de comunicación y de producir se han difundido alrededor del mundo, hemos presenciado un fenómeno impresionante: los países en vías de desarrollo están creciendo más rápido que los países más ricos del planeta. Nos tomó a nosotros alrededor de 40 años para duplicar nuestro ingreso promedio. A China, India, Bangladesh y Vietnam les toma entre 10 y 15 años. Ellos pueden usar las ideas y las tecnologías que nosotros nos demoramos generaciones en desarrollar de la manera correcta. Por eso es que la pobreza en el mundo se ha reducido por la mitad en los últimos 20 años. Cada minuto que hablo, 13 niños pasan del trabajo, las tareas pesadas y el sudor en las haciendas o en las fábricas a las escuelas para obtener una educación, para tener una mejor vida después y para aumentar sus oportunidades. Y cada minuto que hablo, su expectación de vida está aumentando por alrededor de 15 segundos gracias al aumento de riqueza y de nuevas tecnologías para la medicina. Todo esto depende de innovadores y empresarios. El empresario es el explorador que viaja al territorio desconocido y abre nuevas rutas en su camino las cuales todos estaremos utilizando pronto. Nada ha existido "desde el principio". Ni siquiera los recursos naturales son naturales en cualquier sentido estricto —algo de lo que muchos gobiernos se han dado cuenta cuando han nacionalizado los recursos petroleros y de gas entre otras cosas. Ellos no habían comprendido que también necesitamos al espíritu emprendedor —la habilidad de descifrar cómo utilizar un recurso y cómo invertir en este de una manera positiva para asegurar que este sea utilizado de manera eficiente. Los países de la OPEP crecieron aproximadamente en un 4 por ciento cada año gracias a sus recursos petroleros hasta 1973, cuando casi todos ellos nacionalizaron sus industrias petroleras. Desde ese entonces, ellos se han empobrecido en 1 por ciento anual. Hace cincuenta años un camionero de Carolina del Norte, Malcolm McLean, pensó que debía haber una forma más sencilla de transportar los productos y los componentes alrededor de todo el mundo. Hasta ese entones, la gente llevaba sus camiones hasta el puerto. El barco se sentaría ahí por una semana más o menos mientras que una fuerza laboral sindicalizada lentamente y constantemente cargaba cada una de las piezas de la carga al barco. Lo opuesto sucedería en el puerto de destinación. McLean pensó, "¿Que tal si usamos cajas sin ruedas y solo ponemos todos los productos en las cajas y así solo tenemos que cargar las cajas y ponerlas en el camión luego conducirlas al puerto y ahí solamente poner las cajas sin abrirlas en el barco?" En una noche, McLean creó un tráfico moderno de contenedores. El redujo el costo de enviar productos y componentes a través de los océanos por algo cercano a un 97 por ciento. Para nosotros es posible tener una computadora particular con componentes de todos los continentes más importantes del planeta, las ropas que nos ponemos y la comida en nuestras mesas gracias a un hombre, su sueño y una cultura que no trató de detenerlo sino que apoyó sus sueños y sus visiones. Y los países en vías de desarrollo de repente tienen en qué utilizar su talento y arduo trabajo —para producir lo que ellos pueden producir mejor que nadie, ponerlo en contenedores, y enviarlo a otro lugar. Pero la tecnología no es suficiente. También necesitamos libertad para la tecnología nueva. A menos de que los gobiernos se aparten del camino y permitan que los empresarios hagan lo suyo, nada de esto sucederá. Esto lo sabemos porque hay lugares en los que las tecnologías modernas no son utilizadas debido a la existencia de regulaciones, corrupción y la intervención gubernamental. Si está enviando un camión lleno de frutas de Sudáfrica a Zimbabwe, le cuesta más a usted en tiempo, sobornos, pagos al gobierno por trámites e impuestos que lo que le costaría enviar el mismo camión a EE.UU.
Nuestros héroes
Hay una obra clásica de Joseph Campbell, un libro acerca de historia cultural titulado El héroe de las mil caras (The Hero with a Thousand Faces) acerca de los héroes en las distintas culturas. Puesto que Campbell viajó alrededor del mundo leyendo libros de otros continentes, pudo ver que hay héroes en todas las culturas, en todos los libros, y en todas las eras. Necesitamos héroes, porque ellos dicen algo acerca de cuáles son nuestros valores, de lo que es bueno, de lo que es grandioso, de lo que es malo, y de lo que deberíamos tratar de evitar. Él vio un patrón común. Pensó que en la mayoría de las culturas y en la mayoría de las eras los mismos tipos de cosas eran vistas como heroicas. Algo importante ocurre y nuestro héroe es forzado a embarcarse en un viaje para luchar contra enemigos hostiles, con todas las de perder y con una falta de conocimiento acerca de qué hacer, de cuándo y cómo. Pero a lo largo del camino, adquiere algunos amigos que lo ayudan y le dan el conocimiento y la inspiración para hacer lo correcto. Piensen en el viaje heroico una vez más, y ahora piensen en las personas de las que acabé de hablar hace un rato —personas como usted, pensadores, innovadores, emprendedores. ¿Qué nos permite que sea posible comprar equipos y productos de otras partes del mundo? Los empresarios se enfrentan a tradiciones antiguas, obstáculos políticos, impuestos y regulaciones, pero también tienen amigos —gente con acceso al capital, con sabiduría, con otras empresas. Si tienen suerte, los empresarios triunfan. Si no, aprenden algo nuevo, luego lo mejoran para la próxima y traen a la comunidad algo nuevo que cambia las vidas para siempre. Esa es la épica heroica. El empresario es el héroe de nuestro mundo. De verdad no necesitamos los Frodos, los Luke Skywalkers o las Buffys que cazan vampiros. Tenemos a los Malcolm McLeans del mundo. Pero como todos ustedes saben, eso no es lo que la cultura popular piensa de los capitalistas y empresarios hoy. Si usted va a la típica película de Hollywood, el héroe es alguien un tanto distinto. Los científicos y los capitalistas son los malos en gran parte de las producciones de Hollywood. Eso es un poco irónico, puesto que no tendríamos la tecnología para realizar filmes si no hubiera científicos así como tampoco tendríamos una industria de películas si no fuese por los capitalistas. Pero ellos son presentados como los villanos. Algunos de los que se oponen a la globalización y de las personas que se oponen al libre comercio ahora son consultores bien pagados que se sientan en las juntas directivas de las grandes empresas y les dicen que lo que están haciendo es realmente algo malo y que deberían aceptar más responsabilidad corporativa social. En sus términos, la responsabilidad corporativa social significa que lo que usted ha hecho hasta ahora no es social. No es suficiente crear productos, servicios, y tecnologías que aumentan nuestra expectación de vida y salvan las vidas de nuestros niños. No, usted necesita hacer algo más. Luego de lograr sus ganancias, usted necesita devolverle algo a la sociedad. ¿Devolverle algo a la sociedad? ¡Cómo que si el empresario le hubiese robado algo que le pertenecía a la sociedad, lo cual ahora tiene que devolver! Las ganancias no son algo por lo cual nos tenemos que disculpar. Las ganancias son una muestra de que el capitalista le ha dado algo a la sociedad que esta aprecia más que la riqueza material que el empresario ha recibido. Debo recalcar que los empresarios nunca deberían estar agradecidos con una sociedad que les da licencia para actuar, soñar, innovar y crear. Pienso que nosotros, como una sociedad, deberíamos estar agradecidos con el empresario y con los hombres de negocios por lo que ellos hacen. Los empresarios son los héroes de nuestro mundo —a pesar de los riesgos, el trabajo duro, la hostilidad por parte de la sociedad, la envidia de sus vecinos, y las regulaciones estatales, ellos continúan creando, produciendo y comerciando. Sin ellos, nada estaría ahí.
La magia vive
Max Weber, el sociólogo alemán, pensaba que el mundo moderno estaba experimentando una desmitificación que era muy problemática. No quedaba magia ya en el mundo, la ciencia estaba explicándolo todo —la vida, la naturaleza, las enfermedades. Discúlpeme, ¿no hay magia? Eso no tiene sentido. Yo llegué aquí volando. En 1901 oímos de un comentador muy incisivo quien dijo que eso era imposible. No podíamos volar. No ibamos a poder hacer algo similar dentro de por lo menos los próximos 50 años. Ese comentador era Wilbur Wright, uno de los dos hermanos Wright, quienes dos años más tarde tomaron el primer vuelo, porque el quería explorar. Se tomó el riesgo y logró que todo sucediera. Aquello es magia. Tengo en mi computadora más poder de calculación que lo que existía en gran parte de los países hace 40 años. Mis pensamientos están siendo transformados a '1' y '0' que luego son transmitidos vía fibra óptica, cables ópticos de vidrio, tan delgados como un pelo, y luego vienen del otro lado del planeta en un décimo de un segundo. Y al clic de un mouse, puedo ordenar cualquier clase de conocimiento que exista en cualquier parte del mundo. Encima de nosotros hay satélites que pueden guiar nuestra navegación. Y por debajo de nosotros hay robots que extraen metales de las rocas. Hemos viajado al espacio, y hemos leído el código genético dentro de nosotros. Hemos conquistado el hambre y enfermedades. Entonces yo le diré esto: vivimos en un mundo encantado, en un mundo mágico y es cada vez más encantado porque los creadores y los innovadores lo hacen así. Hay visión. Están la inteligencia, la ingeniosidad, el trabajo duro en cada producto, en cada servicio, y en cada tecnología que utilizamos todos los días. Y ahora solo estamos comenzando. Tenemos más científicos vivos hoy que los que han existido en todas las épocas anteriores combinadas. Imagínese lo que los individuos libres y los creadores pueden hacer con el nuevo descubrimiento en nanotecnología, biotecnología, y la robótica. Estoy seguro de que nos sorprenderá igual que la habilidad de volar y las computadoras han sorprendido a nuestros antecesores. Si las personas dan por hecho estas cosas, es solamente porque nuestros días ordinarios se han vuelto fantásticos.
El pozo de la libertad
Usted conoce el viejo proverbio, "Aquel que ha satisfecho le da la espalda al pozo". Bueno, por eso es que nos reunimos y por eso es que estamos almorzando. Por eso es que trabajamos y por eso es que peleamos —para recordarle a la gente de aquel pozo de libertad y de individualismo, para evitar que el pozo se seque, y para recordarle a las personas las razones por las cuáles más personas viven más tiempo y con más riqueza que nunca antes en países que son más libres que nunca. Es de costumbre al final de un discurso dar las gracias como indicación de que es el fin de la charla. Yo lo hago cuando hablo con personas que se oponen a la globalización y con marxistas y demás grupos. Pero realmente lo siento. Debo darles las gracias por crear este mundo fantástico. Y muchas gracias sobre todo por su apoyo a las ideas que lo hacen posible. www.atlas.org.ar