La Revolución Cubana murió podrida
…. La obra de la Revolución, destrucción, basura, inercia, incapacidad, impunidad, robo...mentiras, prensa esclava, abusos de poder, malversación, intrigas,...
La presencia de España en el nuevo mundo, una obra civilizadora
Por: Alberto Roteta Dorado y Manuel Alejandro Saeta Quintana
Santa Cruz de Tenerife. España. El 1492 marca un antes y un...
La historia absuelve al primer presidente de Cuba
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Por Roland Armando Alum*
HAVANA TIMES – Este 10 de octubre de 2024, los cubanos de todas partes conmemoran el 156º aniversario...
Ponencia del Dr. Rafael Marrero en el Simposio Elementos de la república constitucional americana
Título: “La libertad económica en el modelo de autogobierno de la república constitucional...
La Iglesia ante el reto castro-comunista
Nota: Artículo basado en la conferencia que pronuncié en Nueva York, en julio del año 2000 bajo el título “Reflexiones sobre la Iglesia en Cuba”, a...
Armando de Armas ¡Siempre te recordaremos!
Armando de Armas: Una voz cubana
Armando de Armas siempre será recordado. Seguirá presente en nuestras páginas de Patria de Martí, donde su gran talento...
CLAUSURA DE ACTO DE INVESTIDURA DE LA AHCE
Museo Americano de la Diáspora Cubana
Miami, 27 de septiembre de 2024
Comienzo diciendo algo que no me canso de repetir una y otra vez: que un hecho...
NOTA DE PRENSA
NUEVO ACTO DE INVESTIDURA DE LA
ACADEMIA DE LA HISTORIA DE CUBA EN EL EXILIO, CORP.
El pasado 27 de septiembre tuvo lugar el más reciente Acto de Investidura de nuestra...
Operación Pedro Pan y Martí anticomunista este viernes en el Museo de la Diáspora
“Las cortesanas intelectuales del régimen castro-comunista han trabajado duro para imponer la imagen distorsionada...
Natural de Cuba, es poeta, articulista, Asesor Financiero y Gerente de Axa-Equitable y cofundador del Partido Nacionalista Democrático. Formó filas en la Brigada 2506 y el ejército de EE. UU. Ha sido corresponsal, escritor y Jefe de Redacción de Idioma Español en La Voz de los EE. UU. Y Director de noticias del Canal 23 (Miami).
Los cubanos nos hemos quejado con frecuencia de que lo que hemos calificado como “exceso de protagonismo” ha conducido a una proliferación desmedida de organizaciones cívicas y políticas tanto dentro de Cuba como en el exilio. Lo cierto es que sin protagonismo el hombre estaría viviendo en las cavernas y que son los protagonistas quienes mueven las ruedas del progreso. Pueden ustedes imaginar que habría sido de la humanidad sin el protagonismo genial de Leonardo Da Vinci, Cristobal Colón, Alexander Graham Bell, Thomas Alba Edison y Bill Gates. Podemos concebir el documento visionario y contundente de la constitución que sirvió de base a la independencia de los Estados Unidos sin el pragmatismo de Benjamin Franklin y la redacción iluminada de Thomas Jefferson. Y que decir del protagonismo estoico y tenaz de Winston Churchill dando esperanza y orgullo a la nación británica ante la embestida brutal de la Alemania nazi. Y, ya cerca de nosotros, quién sino José Martí, con su espíritu de perdón y su decisión de inmolarse para liberar a Cuba, hubiera sido capaz de reunir recursos y voluntades para iniciar la guerra de independencia en 1895.
Pero, como todos sabemos, toda moneda tiene dos caras y el protagonismo es como el colesterol que puede haberlo bueno y puede haberlo malo. Mientras el primero construye el segundo destruye. Mientras los primeros cumplen su misión de servicio colectivo superando obstáculos e ignorando agravios, los segundos desatan sobre los primeros la envidia y la diatriba como recursos extremos de quienes no son capaces de brillar con luz propia. Y, siguiendo con las metáforas, estos buscadores de notoriedad sin méritos crecen como la mala yerba, sin necesidad de abono ni de elaborados procedimientos de cultivo. Y, por desgracia, como la mala yerba se multiplican con mayor facilidad que los protagonistas útiles y edificantes.
No cederé, sin embargo, a la tentación de elaborar una lista de quienes considero los protagonistas buenos en este momento de nuestra convulsionada historia nacional. Es muy posible que incurra en omisiones que no solamente serían injustas sino que podrían desatar el tipo de confrontaciones infructuosas que, después de casi medio siglo de errores, me he prometido evitar a toda costa. Por otra parte, no ofreceré una lista de quienes considero protagonistas obstruccionistas porque, primero, no estoy dispuestos a dedicarles el tiempo que no merecen y, segundo, jamás les haría el favor de darles la publicidad gratuíta que tanto buscan y que tanto perjudica la causa de nuestra libertad.
Surge, en conclusión, la pregunta de ¿qué han de hacer “los que aman y construyen” de José Martí frente al reto de quienes “odian y destruyen”?.La respuesta no es tan difícil cuando la pregunta es contestada poniendo por delante el bienestar y la libertad del pueblo de Cuba. Trabajar ignorando agravios y con la mirada fija en la meta añorada de una nueva alborada de soberanía, libertad y justicia para la nación cubana. Trabajar sin prisa pero sin descanso como si tuviéramos la eternidad por delante. Trabajar con la generosidad de quien siembra un árbol para que dé sombra a sus hijos, nietos y bisnietos. Confiar en que, despues de tanto dolor y sacrificio, nuestro pueblo—como en la parábola bíblica—sabrá separar la buena de la mala yerba a la hora de emitir su voto en nuestra reivindicadora fiesta de democracia. Los sembradores quizás no disfrutemos de la sombra del arbol pero tendremos la satisfacción indescriptible del deber cumplido.
Cómo los empresarios cambiaron el mundo por Johan Norberg
Nacido en Suecia. Pertenece a Timbro, un centro de analisis intelectual sueco. Es autor, articulista, conferencista y director de documentales. Tiene una Maestria de la Universidad de Estocolmo (Suecia).
Me acuerdo de un párrafo en el libro de Ludwig von Mises Acción humana en el que él dice que la economía de mercado libre no necesita defensores o propagandistas. El mejor argumento a favor de la economía de mercado libre está en el epitafio de Sir Christopher Wren, el arquitecto que construyó y está enterrado en la catedral de San Pablo: "si monumentum requiris, circumspice" (si está buscando un monumento, mire a su alrededor). Observe lo que el construyó. Observe su misión. Está parado en ella en este momento. Esa, creo yo, es la mejor defensa de la economía de mercado libre que uno pueda concebir —que las personas miren a su alrededor y consideren las impresionantes cosas y oportunidades que los empresarios y los negocios le han dado al mundo durante los últimos 200 años. Solo observe la salud, la riqueza, las tecnologías, las oportunidades, y la comida en sus platos. ¿Podrían haber sido posibles cualquiera de esas cosas para un rey o una reina hace 200 años? Solo observe la salud, la riqueza, las tecnologías, las oportunidades y la comida en su plato. ¿Podrían haber estados a la disposición de un rey o reina hace 200 años cualquiera de esas cosas? El impresionante hecho es que los empresarios y los innovadores y los negocios han convertido lujos que ni siquiera los reyes podían costear en ítems ordinarios de bajo costo a su disposición en su tienda local. Esa es la mejor defensa del capitalismo. En muy poco tiempo, el mundo ha experimentado un cambio extremo. Y ese es el tema de mi reciente libro, Cuando el hombre creó al mundo (When Man Created the World). La cuestión interesante es que la historia nos muestra que la libertad funciona. Durante 1.000 años de monarquía absoluta, feudalismo, y esclavitud, el ingreso promedio de la humanidad aumentó por alrededor de un 50 por ciento. En los 180 años desde 1820, el ingreso promedio de la humanidad aumentó por aproximadamente 1.000 por ciento. Durante los últimos 100 años, hemos creado más riqueza, reducido más pobreza, y aumentado la expectación de vida más que en los anteriores 100.000 años. Y aquello ocurrió gracias a personas como usted —empresarios, pensadores, creadores, innovadores— quienes tenían ideas nuevas, quienes viajaron distancias geográficas y, particularmente, distancias mentales para crear cosas nuevas y quienes se encargaron de que las tradiciones de antaño, las cuales hubiesen detenido las creaciones nuevas, no puedan detenerlas por mucho tiempo. Por eso es que tenemos toda esta riqueza. Por eso es que nuestro hijo, el que nacerá en enero, tiene más probabilidades de llegar a la edad de jubilación que las probabilidades que tenían todos los niños de todas las épocas anteriores de llegar a experimentar su primer cumpleaños.
La difusión global
En las últimas décadas de globalización, en las que nuevas oportunidades, tecnologías y medios de comunicación y de producir se han difundido alrededor del mundo, hemos presenciado un fenómeno impresionante: los países en vías de desarrollo están creciendo más rápido que los países más ricos del planeta. Nos tomó a nosotros alrededor de 40 años para duplicar nuestro ingreso promedio. A China, India, Bangladesh y Vietnam les toma entre 10 y 15 años. Ellos pueden usar las ideas y las tecnologías que nosotros nos demoramos generaciones en desarrollar de la manera correcta. Por eso es que la pobreza en el mundo se ha reducido por la mitad en los últimos 20 años. Cada minuto que hablo, 13 niños pasan del trabajo, las tareas pesadas y el sudor en las haciendas o en las fábricas a las escuelas para obtener una educación, para tener una mejor vida después y para aumentar sus oportunidades. Y cada minuto que hablo, su expectación de vida está aumentando por alrededor de 15 segundos gracias al aumento de riqueza y de nuevas tecnologías para la medicina. Todo esto depende de innovadores y empresarios. El empresario es el explorador que viaja al territorio desconocido y abre nuevas rutas en su camino las cuales todos estaremos utilizando pronto. Nada ha existido "desde el principio". Ni siquiera los recursos naturales son naturales en cualquier sentido estricto —algo de lo que muchos gobiernos se han dado cuenta cuando han nacionalizado los recursos petroleros y de gas entre otras cosas. Ellos no habían comprendido que también necesitamos al espíritu emprendedor —la habilidad de descifrar cómo utilizar un recurso y cómo invertir en este de una manera positiva para asegurar que este sea utilizado de manera eficiente. Los países de la OPEP crecieron aproximadamente en un 4 por ciento cada año gracias a sus recursos petroleros hasta 1973, cuando casi todos ellos nacionalizaron sus industrias petroleras. Desde ese entonces, ellos se han empobrecido en 1 por ciento anual. Hace cincuenta años un camionero de Carolina del Norte, Malcolm McLean, pensó que debía haber una forma más sencilla de transportar los productos y los componentes alrededor de todo el mundo. Hasta ese entones, la gente llevaba sus camiones hasta el puerto. El barco se sentaría ahí por una semana más o menos mientras que una fuerza laboral sindicalizada lentamente y constantemente cargaba cada una de las piezas de la carga al barco. Lo opuesto sucedería en el puerto de destinación. McLean pensó, "¿Que tal si usamos cajas sin ruedas y solo ponemos todos los productos en las cajas y así solo tenemos que cargar las cajas y ponerlas en el camión luego conducirlas al puerto y ahí solamente poner las cajas sin abrirlas en el barco?" En una noche, McLean creó un tráfico moderno de contenedores. El redujo el costo de enviar productos y componentes a través de los océanos por algo cercano a un 97 por ciento. Para nosotros es posible tener una computadora particular con componentes de todos los continentes más importantes del planeta, las ropas que nos ponemos y la comida en nuestras mesas gracias a un hombre, su sueño y una cultura que no trató de detenerlo sino que apoyó sus sueños y sus visiones. Y los países en vías de desarrollo de repente tienen en qué utilizar su talento y arduo trabajo —para producir lo que ellos pueden producir mejor que nadie, ponerlo en contenedores, y enviarlo a otro lugar. Pero la tecnología no es suficiente. También necesitamos libertad para la tecnología nueva. A menos de que los gobiernos se aparten del camino y permitan que los empresarios hagan lo suyo, nada de esto sucederá. Esto lo sabemos porque hay lugares en los que las tecnologías modernas no son utilizadas debido a la existencia de regulaciones, corrupción y la intervención gubernamental. Si está enviando un camión lleno de frutas de Sudáfrica a Zimbabwe, le cuesta más a usted en tiempo, sobornos, pagos al gobierno por trámites e impuestos que lo que le costaría enviar el mismo camión a EE.UU.
Nuestros héroes
Hay una obra clásica de Joseph Campbell, un libro acerca de historia cultural titulado El héroe de las mil caras (The Hero with a Thousand Faces) acerca de los héroes en las distintas culturas. Puesto que Campbell viajó alrededor del mundo leyendo libros de otros continentes, pudo ver que hay héroes en todas las culturas, en todos los libros, y en todas las eras. Necesitamos héroes, porque ellos dicen algo acerca de cuáles son nuestros valores, de lo que es bueno, de lo que es grandioso, de lo que es malo, y de lo que deberíamos tratar de evitar. Él vio un patrón común. Pensó que en la mayoría de las culturas y en la mayoría de las eras los mismos tipos de cosas eran vistas como heroicas. Algo importante ocurre y nuestro héroe es forzado a embarcarse en un viaje para luchar contra enemigos hostiles, con todas las de perder y con una falta de conocimiento acerca de qué hacer, de cuándo y cómo. Pero a lo largo del camino, adquiere algunos amigos que lo ayudan y le dan el conocimiento y la inspiración para hacer lo correcto. Piensen en el viaje heroico una vez más, y ahora piensen en las personas de las que acabé de hablar hace un rato —personas como usted, pensadores, innovadores, emprendedores. ¿Qué nos permite que sea posible comprar equipos y productos de otras partes del mundo? Los empresarios se enfrentan a tradiciones antiguas, obstáculos políticos, impuestos y regulaciones, pero también tienen amigos —gente con acceso al capital, con sabiduría, con otras empresas. Si tienen suerte, los empresarios triunfan. Si no, aprenden algo nuevo, luego lo mejoran para la próxima y traen a la comunidad algo nuevo que cambia las vidas para siempre. Esa es la épica heroica. El empresario es el héroe de nuestro mundo. De verdad no necesitamos los Frodos, los Luke Skywalkers o las Buffys que cazan vampiros. Tenemos a los Malcolm McLeans del mundo. Pero como todos ustedes saben, eso no es lo que la cultura popular piensa de los capitalistas y empresarios hoy. Si usted va a la típica película de Hollywood, el héroe es alguien un tanto distinto. Los científicos y los capitalistas son los malos en gran parte de las producciones de Hollywood. Eso es un poco irónico, puesto que no tendríamos la tecnología para realizar filmes si no hubiera científicos así como tampoco tendríamos una industria de películas si no fuese por los capitalistas. Pero ellos son presentados como los villanos. Algunos de los que se oponen a la globalización y de las personas que se oponen al libre comercio ahora son consultores bien pagados que se sientan en las juntas directivas de las grandes empresas y les dicen que lo que están haciendo es realmente algo malo y que deberían aceptar más responsabilidad corporativa social. En sus términos, la responsabilidad corporativa social significa que lo que usted ha hecho hasta ahora no es social. No es suficiente crear productos, servicios, y tecnologías que aumentan nuestra expectación de vida y salvan las vidas de nuestros niños. No, usted necesita hacer algo más. Luego de lograr sus ganancias, usted necesita devolverle algo a la sociedad. ¿Devolverle algo a la sociedad? ¡Cómo que si el empresario le hubiese robado algo que le pertenecía a la sociedad, lo cual ahora tiene que devolver! Las ganancias no son algo por lo cual nos tenemos que disculpar. Las ganancias son una muestra de que el capitalista le ha dado algo a la sociedad que esta aprecia más que la riqueza material que el empresario ha recibido. Debo recalcar que los empresarios nunca deberían estar agradecidos con una sociedad que les da licencia para actuar, soñar, innovar y crear. Pienso que nosotros, como una sociedad, deberíamos estar agradecidos con el empresario y con los hombres de negocios por lo que ellos hacen. Los empresarios son los héroes de nuestro mundo —a pesar de los riesgos, el trabajo duro, la hostilidad por parte de la sociedad, la envidia de sus vecinos, y las regulaciones estatales, ellos continúan creando, produciendo y comerciando. Sin ellos, nada estaría ahí.
La magia vive
Max Weber, el sociólogo alemán, pensaba que el mundo moderno estaba experimentando una desmitificación que era muy problemática. No quedaba magia ya en el mundo, la ciencia estaba explicándolo todo —la vida, la naturaleza, las enfermedades. Discúlpeme, ¿no hay magia? Eso no tiene sentido. Yo llegué aquí volando. En 1901 oímos de un comentador muy incisivo quien dijo que eso era imposible. No podíamos volar. No ibamos a poder hacer algo similar dentro de por lo menos los próximos 50 años. Ese comentador era Wilbur Wright, uno de los dos hermanos Wright, quienes dos años más tarde tomaron el primer vuelo, porque el quería explorar. Se tomó el riesgo y logró que todo sucediera. Aquello es magia. Tengo en mi computadora más poder de calculación que lo que existía en gran parte de los países hace 40 años. Mis pensamientos están siendo transformados a '1' y '0' que luego son transmitidos vía fibra óptica, cables ópticos de vidrio, tan delgados como un pelo, y luego vienen del otro lado del planeta en un décimo de un segundo. Y al clic de un mouse, puedo ordenar cualquier clase de conocimiento que exista en cualquier parte del mundo. Encima de nosotros hay satélites que pueden guiar nuestra navegación. Y por debajo de nosotros hay robots que extraen metales de las rocas. Hemos viajado al espacio, y hemos leído el código genético dentro de nosotros. Hemos conquistado el hambre y enfermedades. Entonces yo le diré esto: vivimos en un mundo encantado, en un mundo mágico y es cada vez más encantado porque los creadores y los innovadores lo hacen así. Hay visión. Están la inteligencia, la ingeniosidad, el trabajo duro en cada producto, en cada servicio, y en cada tecnología que utilizamos todos los días. Y ahora solo estamos comenzando. Tenemos más científicos vivos hoy que los que han existido en todas las épocas anteriores combinadas. Imagínese lo que los individuos libres y los creadores pueden hacer con el nuevo descubrimiento en nanotecnología, biotecnología, y la robótica. Estoy seguro de que nos sorprenderá igual que la habilidad de volar y las computadoras han sorprendido a nuestros antecesores. Si las personas dan por hecho estas cosas, es solamente porque nuestros días ordinarios se han vuelto fantásticos.
El pozo de la libertad
Usted conoce el viejo proverbio, "Aquel que ha satisfecho le da la espalda al pozo". Bueno, por eso es que nos reunimos y por eso es que estamos almorzando. Por eso es que trabajamos y por eso es que peleamos —para recordarle a la gente de aquel pozo de libertad y de individualismo, para evitar que el pozo se seque, y para recordarle a las personas las razones por las cuáles más personas viven más tiempo y con más riqueza que nunca antes en países que son más libres que nunca. Es de costumbre al final de un discurso dar las gracias como indicación de que es el fin de la charla. Yo lo hago cuando hablo con personas que se oponen a la globalización y con marxistas y demás grupos. Pero realmente lo siento. Debo darles las gracias por crear este mundo fantástico. Y muchas gracias sobre todo por su apoyo a las ideas que lo hacen posible. www.atlas.org.ar
Nacida en Barcelona, España es Doctora en Filología Hispánica y Catalana por la Universidad de Barcelona. Ha sido autora, conferencista y periodista de televisión, radioy prensa escrita. Fue ex-diputada en el Parlamento español por la Izquierda Republicana Catalana y ex-vicealcaldesa de la ciudad de Barcelona. En la actualidad, en el terreno periodístico, escribe en tres periódicos españoles, diario Avui (en catalán), El País y El Periódico.
Podría ser una imagen entrañable. Al fin y al cabo, un abuelito de 80 años, convaleciente de una grave enfermedad, que se enfrenta a las contingencias con voluntad y fuerza, despierta nuestros instintos más maternales. Pero cuando, detrás del inocente pijama con zapatillas se esconde el último dictador de la vieja hornada, amigo, a la vez, de todos los aprendices de dictadores de la actualidad, la cosa ya no resulta tan simpática. Es posible que quede poco de aquel Fidel de voz atronadora que encarnó los sueños ingenuos de todo el izquierdismo reaccionario, pero lo que aún queda continua dominando tiránicamente los destinos de su gente, tanto que da la impresión de que Fidel Castro intentará gobernar Cuba incluso desde la tumba. No se trata, pues, de un abuelito encantador y tierno, sino de un viejo dictador que aún viste, bajo el pijama, el uniforme verde aceituna con el que ha dominado implacablemente el destino de millones de personas. Ejemplar único de una vieja raza de dinosaurios despóticos y demagogos, su decadencia podría ser la esperanza de su pueblo. Dicen los más informados que ya no volverá, y las perspectivas de salud no parecen buenas. Sin embargo, el fin de Castro significará el fin del castrismo? Hace algunos años habría respondido afirmativamente sin demasiadas dudas, no en vano un régimen personalista como éste hace bueno el dicho popular: "muerto el perro, muerta la rabia". Pero, con la aparición en la escena internacional de Hugo Chávez y de algunos de sus buenos amigos, entre ellos Evo Morales y Mahmoud Ahmadinejad, la respuesta es más compleja y más inquietante.
Estos días hemos podido asistir, con luz y taquígrafos, al encuentro de los no alineados, movimiento que nació en plena Guerra Fría y que, desde sus inicios, fue tan "independiente" y tan "credible", que fue presidido inauguralmente por el dictador comunista Josip Broz Tito. Durante décadas este movimiento se significó por un antiamericanismo feroz, por la exaltación permanente de algunas de las dictaduras más impresentables del momento, y por el clásico antioccidentalismo que define a la izquierda antimoderna. Títere de la Unión Soviética, su pretendida no-alineación se convirtió en una forma más digerible y opaca de vender la propaganda estalinista. Después, la caída del Muro los dejó huérfanos de excusas, y durante años parecían un cadáver en busca de epitafio. Pero han resurgido y el último espectáculo en la Habana, con un Chávez paseando el palmito fascista de Ahmadinejad por las televisiones del mundo, nos da la medida del desastre. Incluso hemos tenido nuestros momentos de humor negro, cuando los reunidos han defendido apasionadamente, el derecho de Irán a la energía nuclear por motivos "pacíficos". Y esto lo decían en una reunión donde había revolucionarios violentos, tiranos teocráticos y dictadores de todo pelaje. Lo mejor de cada casa. Sin duda, Chávez es el nuevo Castro de la demagogia, pero, de la mano de un Irán fundamentalista, se ha convertido en payaso peligroso. Antes era gracioso, ahora ya es tétrico. Y, por supuesto, peligroso.
Sin embargo, ¿resulta extraño que se haga tanto caso mediático a una reunión donde se encuentran, en la capital de una dictadura, y en bonita barbacoa, los dirigentes de Corea del Norte o de Siria, con Chávez o Morales, pasando por el totalitario Ahmadinejad? Y, sobretodo, ¿es normal que algunos grupos de izquierda consideren referencial el movimiento? Personalmente no me parece extraño, dada la biografía clínica de muchos de estos movimientos, algunos tan furibundamente antioccidentales que se han convertido en genuinamente reaccionarios. El reciente ejemplo del grupo de extrema izquierda argentino Quebracho, impidiendo la manifestación de un grupo de jóvenes judíos en contra del terrorismo, y blandiendo banderas de Irán, sería la metáfora de esta imbecilidad genética que caracteriza a algunos totalitarios de izquierdas. De hecho, la misma imbecilidad que durante décadas justificó la tiranía de Castro, en nombre de la libertad.
Si añadimos a todo ello, el papel que durante estos años ha tenido la ONU, donde todas las dictaduras impresentables, terribles y malvadas del planeta, se han tuteado en igualdad de condiciones con las democracias, la inversión de valores queda completa. Solo hacía falta ver el espectáculo cabaretero de Chávez montando el numerito antiimperialista en Naciones Unidas. Él, que es el defensor number one de todos los terroristas con estado... Inversión de valores, en una sociedad que practica un relativismo moral tan agudo, que ya no conoce ni los límites de la decencia. Y así, en el imaginario de algunos pancartistas, y sus intelectuales orgánicos, Ahmadinejad es un liberador, Chávez un intelectual y las democracias occidentales, el puro infierno. Ahora que se va Kofi Annan (puente de plata...), estaría bien preguntarnos por la herencias que nos deja. Entre otras, el blanqueo de dictaduras que sistemáticamente ha significado la ONU. Y, por supuesto, la larga lista de resoluciones impresentables que ha firmado, en nombre la legalidad internacional. La legalidad de los ilegales. Annan es como el pijama de Castro. Parece entrañable, casi emotivo y, sin embargo, el suyo es el pijama inocente de una biografía culpable.
Abogado. Especialista en temas de Obra Pública e Infraestructura. Miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Atlas1853. Publicó numerosos trabajos en revistas especializadas sobre infraestructura; así como artículos periodísticos sobre temas económicos de actualidad.
Desde la revolución del 30, los argentinos tenemos un sueño absurdo: creer que una sociedad capitalista puede nacer y crecer dejando de lado los presupuestos básicos de la sociedad capitalista. Negamos la libertad política y económica y pretendemos que el capital se acumule por orden del Estado. Creemos que el Estado (gobierno) es más sabio que el mercado (sociedad) y que el gobierno dirigirá cómo y cuándo se invertirá el capital. Y sorprendentemente creemos que el capital obedecerá.
Esta creencia confusa y ruinosa nos ha guiado desde hace décadas. Después de la crisis de 2001, por oposición al supuesto neoliberalismo de los 90, que en realidad fue un populismo más, se ha desarrollado otra vez una idolatría rígida: el «neodirigismo». Este «neodirigismo» se ha instalado con el consenso de toda la clase dirigente, basado en las ganancias que le produce el dólar sobrevaluado. El neodirigismo es un renacimiento del sueño corporativista: empresas que hacen lo que el gobierno indica, centrales de trabajadores que obedecen al gobierno, aislamiento internacional en pos de una soñada autonomía, participación del gobierno en todos los aspectos de la vida regulando, ordenando, arbitrando. Este Estado ingresa directamente en lo macroeconómico, fijando precios, salarios, tipo de cambio, y demás factores de la economía. En lo jurídico, el neodirigismo interviene en los contratos, limitando la autonomía de la voluntad (prohibición de indexación, de exportación, subsidios de precios y tarifas, congelamiento de precios y otras que sobrevendrán). Además, critica a las repúblicas capitalistas occidentales, derivadas de la revolución francesa y norteamericana. Supone, rescatando un viejo dogma estalinista, que son hipocresías, instrumentos de dominio y que estas naciones no serían tan prósperas si no expoliaran al resto de la Comunidad internacional. De allí se deriva nuestra amistad con Chávez y nuestro alejamiento de Estados Unidos y Europa.
También el Estado neodirigista necesita abatir obstáculos que plantea una sociedad cuando está organizada como república occidental: en primer término, el principio de división de poderes. Debe asegurarse que el gobierno pueda legislar, lo cual se ha conseguido definitivamente con la reglamentación de los DNU. También debe asegurarse la coherencia del Poder Judicial, lo cual se obtuvo con el nuevo Consejo de la Magistratura. En el orden federal, la obediencia de provincias y municipios está asegurada por su endémica dependencia económica de la Nación. Teniendo la mayoría del poder, puede poner manos a la obra para desarrollar la economía: se mantiene un «dólar superalto» que ha aumentado la actividad económica, al subsidiar las exportaciones y encarecer las importaciones.
A ello se ha sumado el viento a favor de los altos precios internacionales. Esto genera ganancias tanto para quienes exportan, como para los que, al amparo del dólar superalto, operan en el mercado local, sin competencia del exterior.
Asociación
El Estado se asocia en esta rentabilidad por medio de retenciones a las exportaciones y el aumento de la presión tributaria efectiva en el mercado interno. Tenemos así un modelo rentable para el sector privado y superavitario para el sector público. Hasta ahí el modelo económico es virtuoso.
La parte mala (siempre hay una parte mala) es que el dólar superalto arbitra los precios de la economía afectando a los que menos tienen. El dólar superalto aumenta el precio interno de los bienes exportables. Pero esos bienes en la Argentina no son turbinas, aviones o computadoras: son bienes y alimentos de la canasta familiar. El sistema se nutre con el sacrificio y el empobrecimiento de los más pobres. Aun así, el modelo produciría menos rechazo si fuera transitorio. Si durante este período de dólar superalto nuestro país incrementara fuertemente su calidad institucional y la seguridad jurídica, el crecimiento económico sería un imán que atraería inversiones productivas.
A su vez, el superávit fiscal debería invertirse en las grandes obras que necesitamos para dar un salto cualitativo en la productividad. El sacrificio no sería en vano, porque la mayor inversión provocaría un crecimiento permanente de la demanda de trabajo que elevaría los ingresos de toda la sociedad. Crecerían la inversión y la demanda de trabajo, los ingresos de los particulares y el bienestar general.
Pero lamentablemente ésta no es la realidad de la Argentina. Si seguimos por el camino actual, lo que sucederá es que el duro sacrificio de los más pobres se convertirá en pobreza permanente. Pese al importante crecimiento económico, las tasas de inversión están muy lejos de las de países con crecimiento muy inferior, como Chile y Brasil. Es notoria la tendencia a atesorar en inmuebles o en ahorros en el exterior, que son totalmente improductivos para la sociedad y que caracterizan la búsqueda de seguridad antes que el aumento de producción. Es poco lo que se invierte y la capacidad instalada no crece en casi ningún renglón de la economía. Más allá de los elogios que la clase dirigente tributa a quien le hace ganar dinero, debemos entender que el neodirigismo aterra al capital y que el capital jamás se reinvierte por orden de nadie. Un Estado que se mete en todo, que tiene la suma del poder y que cree tener siempre la verdad, es el enemigo más poderoso del capitalismo. El sector privado, que sabe que su capital está hipotecado en manos de un Estado dirigista, jamás pondrá un solo peso más a merced del poder. ¿Existe alguien tan ingenuo para suponer que el plan BONEX, el «corralito» y todas las demás confiscaciones han sido olvidadas? Los países crecen cuando la sociedad está convencida de que va a conservar y multiplicar la propiedad y sobre la base de esa convicción, los privados reinvierten su capital. ¿En un marco de repudio de la deuda pública, inseguridad personal y de los bienes, precios máximos, prohibiciones de exportación, leyes impositivas arbitrarias, legislación laboral destructiva, usurpaciones toleradas y bandas de piqueteros es posible creer en la inversión productiva? Por el rumbo que vamos no habrá inversión ni crecimiento genuino. Tarde o temprano, la inflación que provoca el dólar superalto devorará la ventaja competitiva y nuestra Argentina ingresará definitivamente en el club de la pobreza estructural. De ese club no se sale fácil.
Este gobierno ha expresado su vocación transformadora y su convicción capitalista. No diferimos en los fines, sino en los instrumentos.
La verdadera transformación consiste en cambiar la historia, en abandonar el dirigismo, la «convertibilidad mental, «en la que todo lo manda el Estado, en confiar en la sociedad libre con toda su riqueza, en rescatar esa república capitalista llena de presente y de futuro que alguna vez fuimos. En volver a la tradición de Occidente. No es tan difícil desandar el camino.