- Gerardo E. Martínez-Solanas
La justicia de doble rasero precede a los sistemas totalitarios. Esta es la trágica realidad que estamos viendo actualmente en Estados Unidos.
Cuando un gobierno autoritario es entronizado en el poder como resultado de un proceso centralizador (incluso cuando ocurre a través de un sistema electoral democrático), es muy probable que se desvíe gradualmente hacia una dictadura a través de la aplicación de un doble rasero en el sistema de justicia, así como cuando la gestión legislativa abandone la negociación para imponer decisiones unilaterales por mayoría simple.
Lo peor de la ecuación es caer en una doble moral, aplicando un doble rasero en los procedimientos judiciales, porque esta práctica se convierte en una herramienta ideal para llevar a cabo la venganza política o para sofocar los mecanismos de oposición o protesta. Esto sucede cuando la fiscalía responde a los intereses del partido en el poder y los jueces abandonan su imparcialidad para adoptar posiciones politizadas.