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Bahía de Cochinos sin mitos ni leyendas

Diego Trinidad

bayofpigs

Erneido Oliva, segundo al mando, entrega la bandera de la Brigada 2506 al presidente Kennedy. Orange Bowl, Miami, 29 de diciembre de 1962. (AARP.ORG)

Han pasado 52 años desde la heroica pero fracasada invasión de Bahía de Cochinos y todavía prevalecen mitos sobre este controversial tema. Muchos se aferran, en contra de todas las evidencias históricas, a teorías de conspiración para explicar el fracaso. Vale la pena, pues, volver sobre los hechos y sobre los detalles.

La CIA había preparado dos planes para invadir Cuba con una fuerza militar compuesta de patriotas anticastristas en marzo-abril de 1961. El plan original, el Plan Trinidad, fue elaborado por la CIA desde, por lo menos, marzo de 1960, durante la administración de Eisenhower. El agente a cargo de este plan era Richard Bissell, subdirector de Planes, asistido por Jacob Esterline, director ejecutivo de la operación, y el coronel Jack Hawkins como asesor militar. En general, el Plan Trinidad contemplaba el desembarco por Casilda, puerto adyacente a la ciudad de Trinidad (con aproximadamente 26.000 habitantes en 1961), de la mayor parte de la Brigada 2506, aproximadamente 1.200 hombres.

Otro grupo de 160 hombres desembarcaría al sur de la provincia de Oriente para distraer al régimen castrista y hacer creer que ese era el desembarco principal. Finalmente, otra distracción se crearía en la costa noroeste, en la provincia de Pinar del Río. Se trataba de un espectáculo de ruido y luces cerca de la costa, con varias embarcaciones, para simular un gran desembarco.

El desembarco por Casilda estaba planeado para establecer una cabeza de playa y un perímetro defensivo que permitiera trasladar a los miembros del Consejo Revolucionario presidido por José Miró Cardona a ese enclave y, después de algunos días, constituir un gobierno de Cuba en armas.

Este gobierno en armas pediría reconocimiento internacional, que sería rápidamente otorgado por Estados Unidos y la OEA. El final llegaría —y esto es algo que tiene que ser enfatizado— con el desembarco en Casilda de una fuerza militar compuesta por estadounidenses y soldados de otros países de la OEA. Esta fuerza vencería fácilmente al Ejército Rebelde y las milicias castristas y provocaría el derrocamiento del régimen.

Mientras todo esto sucediera, suministros, incluyendo tropas (entre 500 y 1.000 soldados en reserva) desembarcarían por Casilda. Además, los 16 bombarderos B-26 de la Brigada operarían desde la pista de aterrizaje cercana a Trinidad (que habría que alargar en varios cientos de pies) como elementos de apoyo a la brigada invasora. Pues para garantizar el éxito del plan, era esencial una condición: la destrucción total de la fuerza aérea castrista.

El Plan Trinidad fue evolucionando durante casi un año. Al principio solamente se planeaba introducir pequeños grupos de 50 hombres por distintos puntos, principalmente en el área del Escambray, para fortalecer la oposición interna. Puesto que, desde mediados de 1960, existían en el Escambray más de 2.000 alzados. La idea era contribuir a un levantamiento popular eventualmente. Pero los dirigentes de la CIA pronto decidieron que esto sería muy improbable: en Cuba no había suficiente oposición al régimen como para provocar su derrocamiento en 1960. Además, el tiempo apremiaba. El régimen se fortalecía y en unos meses (se estimaba que en abril-mayo de 1961) llegarían a Cuba aviones Mig rusos y pilotos cubanos entrenados en Checoslovaquia. Y, una vez esto sucediera, sería imposible derrocar al régimen por la fuerza y Estados Unidos no estaba dispuesto a permitir la presencia de un país comunista a 90 millas de sus costas.

Por todo lo anterior se decidió adoptar el Plan Trinidad, o sea, una invasión desde afuera. La idea era que tal invasión provocaría el deseado levantamiento interno y esa combinación terminara con el castrismo. Cabía incluso la posibilidad de que no fuera necesario desembarcar tropas estadounidenses, aunque ese plan siempre incluyó ese desenlace.

El Plan Trinidad fue elaborado bajo la administración de Eisenhower, quien apoyaba y promovía este tipo de operaciones encubiertas de la CIA, que ya habían sido exitosas en Irán y Guatemala. Los mismos que planearon la operación de Guatemala dirigieron el Plan Trinidad, pero esa mentalidad (y lo ocurrido en Guatemala) no valían para el caso de Cuba. La CIA nunca aceptó este hecho cierto y, concluidos los ocho años de gobierno del Partido Republicano, la administración demócrata de John F. Kennedy no ofrecería el apoyo que el Plan Trinidad necesitaba.

Kennedy entra en escena

El nuevo presidente conocía los planes de las actividades contra Cuba desde por lo menos el verano de 1960. El mismo director de la CIA, Allen Dulles, se lo había informado, aunque no en detalle. Kennedy utilizó ese conocimiento contra Nixon en la campaña electoral. Hizo de Cuba uno de sus principales temas contra Nixon, criticando duramente a la administración Eisenhower-Nixon por permitir que Cuba cayera en manos de una dictadura comunista y, peor aún, que no hiciera nada por ayudar a la oposición anticastrista, lo cual bien sabía que no era cierto.

Otro tema muy utilizado por Kennedy —y también falso— fue la llamada "brecha" en cohetería nuclear entre Estados Unidos y la URSS (missile gap) a favor de esta última. La idea era enfatizar la supuesta debilidad de Eisenhower-Nixon ante las fuerzas del comunismo internacional.

Todo lo que dijo y prometió en referencia a Cuba durante la campaña, su oferta de apoyar a la oposición castrista, le explotaría en la cara a Kennedy una vez instalado en la Casa Blanca. A pocos días de la elección, Kennedy preguntó a Dean Acheson, exsecretario de Estado bajo Truman, qué le parecían los ataques que hacía a Nixon por su supuesta debilidad hacia Cuba. Acheson le contestó entonces que no los celebrara mucho, pues si ganaba la presidencia se vería obligado a cumplir esas promesas sobre Cuba y sería un prisionero de ellas. Y así fue.

El Plan Trinidad se le presentó oficialmente a Kennedy en Palm Beach a fines de noviembre de 1960, a los pocos días de su victoria presidencial. Se encargaron de ello Dulles y Bissell, quien era buen amigo de Kennedy y se mencionaba como el sucesor de Dulles cuando este se retirara. Kennedy escuchó en silencio, y los planes prosiguieron con su aparente apoyo.

No pronunció una palabra en esa reunión que pusiera en duda tal apoyo. Pero una revisión de los documentos internos de la Casa Blanca desde la toma de posesión en enero hasta el 17 de abril indican claramente que el nuevo presidente nunca apoyó los planes para derrocar el régimen castrista mediante una invasión.

Kennedy fue informado sobre la versión final del Plan Trinidad el sábado 28 de enero. En esa reunión en la Casa Blanca estaban presentes el vicepresidente Lyndon Johnson, el secretario de Defensa Robert McNamara, el secretario de Estado Dean Rusk, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Lyman Lemnitzer, el asesor de Seguridad Nacional McGeorge Bundy y varios otros subsecretarios y asesores. El director de la CIA Allen Dulles, asistido por Tracy Barnes, hizo la presentación usando notas preparadas por Richard Bissell.

Tres puntos cruciales resaltan en esa presentación. Primero, el Plan necesitaba activarse para marzo, a más tardar abril, debido a la llegada de los pilotos y los Mig ese mes y debido a las lluvias de abril, que dificultarían las actividades militares no solo en Cuba, sino también en Guatemala y Nicaragua, desde donde partirían la Brigada y su fuerza aérea.

segundo, la eliminación total de la fuerza aérea revolucionaria y el control del aire eran absolutamente imprescindibles para asegurar el éxito.

Y tercero —algo que ha sido ignorado por casi todos los que han escrito sobre el tema— se le informó explícitamente a los presentes cuál debía ser el final de la operación, lo único que podía garantizar el éxito. Dulles les dijo que "el plan puede establecer una cabeza de playa en suelo cubano y mantenerla por dos semanas, quizás un mes. Una vez que esto se consiguiera, habría una base para una iniciativa abierta de Estados Unidos de instituir una ocupación militar de la Isla. Hay una oportunidad razonable de que esto ponga en marcha fuerzas que provoquen la caída del régimen".

Nadie hizo comentarios al respecto, excepto el general Lemnitzer, quien expresó sus dudas de que tan pocos hombres pudieran defender la cabeza de playa. Kennedy ordenó entonces una evaluación del plan a los jefes militares y que se le reportara sobre ello en unos días. Lo cual se hizo y se le presentó el informe al secretario McNamara el 3 de febrero, firmado por Lemnitzer, pero preparado por el general del Ejército David Gray.

La evaluación del informe fue favorable y el sumario concluía: "Los jefes [del Estado Mayor] consideran que la ejecución oportuna (timely) de este plan tiene una oportunidad regular (fair chance) de éxito final, y aunque no consiga inmediatamente todos los resultados deseados, pudiera contribuir al eventual derrocamiento del régimen de Castro".

Como resulta evidente, este informe no se puede considerar como "favorable". Por el contrario, es un documento puramente burocrático digno de los militares, que solo sirve para asegurar que los jefes se queden protegidos y "se laven las manos" de toda responsabilidad. Todavía peor, semanas después del fracaso, el general Gray dijo que el término fair fue incluido a sugerencia del general Earle Wheeler, jefe del Ejército, para "facilitar" el mejor entendimiento del informe. Según Gray, él no le había dado más de un 30% de probabilidades de éxito al plan tal como estaba concebido por la CIA.

Por supuesto, un plan de esta envergadura con solo un 30% de probabilidades de éxito resultaba inaceptable y nunca debió ser adoptado. De todos modos, la reunión final para decidir proceder con la operación se celebró el 15 de marzo en la Casa Blanca (la CIA quería que la invasión comenzara el 10 de marzo). Y, puesto que las dudas de Kennedy habían aumentado considerablemente durante esas semanas, en esa reunión se decidió no aprobar el Plan Trinidad.

A sugerencia de Rusk y sus asesores del Departamento de Estado, Kennedy ordenó la elaboración de otro plan alternativo, uno que no fuera tan "aparatoso" y estuviera emplazado en un lugar menos prominente que Trinidad.

El Plan Zapata

En tres días, la CIA produjo el Plan Zapata. El lugar del desembarco se cambió a Bahía de Cochinos, a 90 millas al oeste de Trinidad. Según la CIA, este era el único otro lugar posible en la costa sur para el desembarco. (Oriente y la Sierra Maestra se excluyeron por estar muy lejos de los campamentos de Centroamérica desde donde partiría la Brigada 2506). Pero, aparte de la geografía, el Plan Zapata tenía una serie de diferencias cruciales con el Plan Trinidad.

Estaban la Ciénaga de Zapata y sus pantanos, por supuesto. Pero también los arrecifes (que los analistas de la CIA insistieron, contra la opinión de brigadistas que conocían la zona, en considerar como "algas") en lugar de playas de arena. Era, por otro lado, un lugar completamente aislado, tal como pidió Kennedy. Aunque existía una pista de aviación lista para usarse y solo un terraplén de acceso, lo cual facilitaría la conservación de la cabeza de playa.

Otra diferencia clave era que, por órdenes de Kennedy, el desembarco ocurriría de noche. Por primera vez en la historia militar estadounidense se intentaría un desembarco nocturno. Aunque la mayor diferencia con el Plan Trinidad, diferencia que luego cobró una importancia vital, era que las montañas del Escambray estaban muy lejos para que, en caso de un fracaso, la Brigada pudiera retirarse a ellas.

Esto era algo que siempre había distinguido al Plan Trinidad: una válvula de escape en caso de fracaso. En Bahía de Cochinos, sin embargo, no existía escape alguno. O ganaban o morían en el intento: cualquiera que supiera leer un mapa lo sabría. Y Kennedy como teniente de la marina en la segunda Guerra Mundial bien sabía leer un mapa. Sin embargo, sus apologistas han creado luego el mito, que todavía prevalece, de que la Brigada no tenía escape si la invasión fracasaba, y que el presidente lo ignoraba.

Todo ocurrió, pues, por culpa de la CIA, por no enfatizar al presidente este factor: la distancia entre Bahía de Cochinos y el Escambray.

Bombardeos planificados y luego desestimados

Tanto el Plan Zapata como el desechado Plan Trinidad incluían cinco bombardeos por los 16 B-26 durante los dos días antes, más un bombardeo final la madrugada del desembarco con el fin de destruir la aviación rebelde en su totalidad. Cuba contaba entonces con 17 B-26, 13 aviones británicos de ataque Sea Furies de hélice, un F-51 Mustang de hélice, y cinco jets T-33 armados con cañones y cohetes. Toda esta fuerza aérea había sido heredada del gobierno de Batista y, al menos la mitad, según la CIA, estaba fuera de acción por falta de piezas o problemas mecánicos.

Sin embargo, hubo otro gran cambio en el Plan Zapata. No se contaba ya con una insurrección interna para acompañar la invasión y, por consiguiente, se decidió no informar a las organizaciones clandestinas en el interior de Cuba de cuándo se produciría el desembarco. Según la CIA, los cubanos hablaban demasiado y no querían arriesgarse a que se descubriera la fecha debido a una indiscreción.

Con toda razón, los cubanos anticastristas han pensado desde entonces que la operación fue traicionada porque miles de opositores no solo ignoraban el momento del desembarco, sino que fueron arrestados antes de que ocurriera, sin previo aviso. Todavía peor, muchos aún están convencidos de que hubo traidores dentro de la CIA y de que las autoridades cubanas conocían la operación en detalle antes del desembarco. No obstante, esto nunca se ha probado y no existe documentación alguna que lo respalde.

Hubo traidores, es cierto. Existió por lo menos un agente de Castro infiltrado en los campamentos de Guatemala. Pero aunque Cuba sabía que la Brigada se entrenaba en Guatemala (lo había publicado The New York Times en primera plana), el régimen nunca se enteró de cuándo (y mucho menos de dónde) sería el desembarco.

Entre el 18 de marzo, en que el presidente aprobó condicionalmente el nuevo Plan Zapata (pues se reservó el derecho de cancelar la operación hasta 48 horas antes de comenzar), y el 17 de abril en que desembarcó la Brigada en Bahía de Cochinos, Kennedy, principalmente instado por Rusk y sus asesores en el Departamento de Estado, ordenó una serie de cambios adicionales que garantizaron el fracaso de la invasión antes de comenzar.

Inexplicablemente, se ordenó que solamente ocho B-26 participaran en el bombardeo inicial de las bases aéreas en Cuba. Luego, a pocas horas de ese primer bombardeo del 15 de abril que destruyó menos de la mitad de la aviación castrista, Rusk convenció a Kennedy de cancelar un segundo bombardeo esa tarde, así como los dos bombardeos planeados para el 16 de abril. Esta medida provocó que Esterline y Hawkins visitaran a Bisell en la noche del 15 para presentar su renuncia: los dos sabían que este nuevo cambio condenaba la operación al fracaso. Bissell, sin embargo, apeló al patriotismo de ambos y no hubo renuncia. Además, les aseguró que no habría ningún otro cambio.

Pero sí que lo hubo, y fue el peor de todos. Sabiendo que la aviación castrista no había sido eliminada completamente, fue eliminado también el último bombardeo, que debería haber ocurrido en la madrugada del 17 de abril. Tomada tal decisión, la Brigada no contaba con ninguna protección para desembarcar, estaba condenada a muerte.

Por cierto, los bombardeos del 16 casi se producen, aún después de ser prohibidos por Kennedy. Los aviones estaban en la pista listos para despegar cuando apareció en el cuartel general en Virginia (War Room) el general Cabell, segundo jefe de la CIA (el director Dulles estaba en Puerto Rico) después de jugar golf. Cuando se enteró de que los B-26 estaban a punto de partir rumbo a Cuba, decidió confirmar con Rusk la cancelación de esa operación (el oficial a cargo sí lo sabía, pero decidió ignorar la orden, lo cual pudo haber cambiado la historia) y Rusk así lo hizo. Cabell ordenó entonces que los B-26 no salieran de Puerto Cabezas.

Es preciso destacar dos puntos acerca de estas decisiones, y aclarar bien la responsabilidad por la cancelación de los cuatro bombardeos finales. Primero, los apologistas de Kennedy han culpado al embajador estadounidense ante la ONU, Adlai Stevenson, de presionar al presidente y de amenazarlo con su renuncia pública, en caso de no ser cancelados esos bombardeos. Falso: Stevenson ni siquiera conocía los detalles del Plan Zapata. Nunca fue informado porque algunos ayudantes de Kennedy (incluído su hermano Robert) pensaban que Stevenson era un cobarde y un pusilánime. (Algunos creían que era homosexual. Miró Cardona lo llamaba burlonamente "Adelaida". Stevenson, sin embargo, tenía reputación de mujeriego.)

Más importante aún, existe evidencia sólida de que fue Rusk quien recomendó a Kennedy la cancelación, y Stevenson solamente protestó por no ser informado y pidió que, para mantener su eficacia en la ONU, se le mantuviera al tanto de la situación.

El otro punto a aclarar es lo que en definitiva condenó la operación al fracaso. Se trata del concepto de negación plausible (plausible deniability). Desde la formación de la CIA en 1948, se utilizó este concepto para proteger, sobre todo al presidente, de cualquier responsabilidad por problemas causados por actividades encubiertas, muchas de las cuales eran ilegales. La negación plausible constituía parte de los dos planes de invasión a Cuba, pero bajo Kennedy y en el Plan Zapata, se llevó hasta un punto que, lejos de hacer creíble que no había ninguna participación estadounidense en la operación, lo que lograron fue hacer parecer increíble que Estados Unidos no estuviera involucrado.

La obsesión de negar cualquier participación estadounidense en la invasión aseguró el fracaso cuando el 10 de abril el asesor especial de Kennedy, el conocido historiador liberal Arthur Schlesinger, sugirió al presidente, minutos antes de una conferencia de prensa, que declarara que bajo ninguna circunstancia Estados Unidos intervendría militarmente en Cuba. Después de esto, ya no había ni la más remota posibilidad de que el presidente salvara la invasión. Aun así, permitió que la Brigada partiera de Guatemala a su destrucción asegurada.

Kennedy, ¿traidor?

El Plan Zapata incluía también, al final, una intervención militar estadounidense. No se conoce cuándo Kennedy decidió prohibirla terminantemente. No hay evidencia documental acerca de esto en los archivos abiertos a lo largo de estos años. Y como nadie menciona esa intervención militar como culminación de la invasión (salvo Jim Rasenberger el año pasado y yo hace varios años), tampoco suele repararse en cuándo y cómo Kennedy la prohibió. Tal parece que, tratando de ignorar algo tan importante, se piensa que todo el mundo lo pasará por alto y que la historia no recogerá que tales consideraciones existieron y no fueron producto de la imaginación de ciertos historiadores.

Como he escrito antes en varias ocasiones, Kennedy sí que prometió apoyo de tropas estadounidenses a la invasión. No lo hizo personalmente, pero a Miró Cardona se lo prometió dos veces uno de los principales asesores presidenciales, Adolph Berle, subsecretario de Estado en 1961.

El historiador José Manuel Hernández estaba presente en Nueva York cuando Arturo Mañas, abogado cubano experto en asuntos azucareros y gran conocedor de la política estadounidense, le señaló a José Miró Cardona que, después de que Kennedy declarara que bajo ninguna circunstancia Estados Unidos intervendría en Cuba, estas palabras en público le harían imposible al presidente intervenir en Cuba.

Miró Cardona pidió entonces una entrevista a Kennedy, y la Casa Blanca envió a Berle y a Schlesinger a conversar con él. Se citaron el 12 de abril en un restaurante de Nueva York. Cuando Miró expresó su alarma por las palabras de Kennedy, Berle le contestó, textualmente: "Lo que te dije, va". Se refería a lo que le había comunicado a Miró semanas antes: que habían 30.000 soldados estadounidenses listos para intervenir. (Y en verdad los había —quizás no esa cantidad, pero fue esa la que Merle le mencionó a Miró. Tal como se había planeado, por lo menos dos brigadas de marines esperaban a bordo de varios destroyers y de los portaviones Essex y Boxer, a pocas millas de Bahía de Cochinos.)

Años después, de visita como conferencista en la Universidad de Miami, Schlesinger le confirmó la versión anterior a José Manuel Hernández. Schlesinger no entendía español, pero sabía bien lo que Berle le había asegurado a Miró en aquel restaurante de Nueva York. Y agregó Schlesinger este comentario: "no sé por qué Adolph [Berle] le dijo eso a Miró". Es decir, reconoció, aunque después lo negara en uno de sus libros, que Berle le había prometido a Miró que la Brigada podía contar con apoyo militar estadounidense.

Por supuesto, no puede demostrarse que Kennedy aprobara lo que Berle le dijera a Miró —yo personalmente no lo creo—, pero puede entenderse entonces por qué tantos cubanos creen todavía que fueron traicionados por Kennedy.

¿Era posible la victoria?

¿Es posible que los cubanos solos, sin intervención militar estadounidense pero con el control del aire, como estaba planeado, hubieran ganado? Posiblemente sí, probablemente no.

¿Por qué no? Sé que muchos cubanos, incluyendo quizás la mayoría de los combatientes de la Brigada, piensan que, con cobertura aérea, podrían haber mantenido la cabeza de playa indefinidamente. Y como las tropas castristas fueron derrotadas en varias acciones el primer día, y cientos de milicianos se rindieron pensando que detrás venían los americanos, los brigadistas pensaron que podían derrotar a las fuerzas castristas si hubieran contado con municiones y suministros.

Sin embargo, contra esta opinión se alza un hecho poco conocido o ignorado: desde el 18 de abril venían desde Pinar del Río 30.000 soldados bien entrenados y bien armados (no como los milicianos del área de Bahía de Cochinos, que no pelearon y se rindieron a los invasores), al mando del comandante Derminio Escalona. De manera que, aun con el control del aire, hubiera sido muy difícil para 1.200 brigadistas resistir los ataques de 30.000 soldados, quienes además contaban con una superioridad abrumadora en artillería.

Puede aceptarse que los B-26 de la Brigada causaron estragos a muchas de las tropas que los atacaron el 18 de abril y que, ya impuestos en la cabeza de playa, habrían causado estragos similares a esas tropas que venían de Pinar del Río. Pero ya aquí caemos en especulaciones que son imposibles de probar por nadie. Debe mencionarse, sin embargo, que, aun con el control del aire, el Plan Zapata no consideraba posible mantener la cabeza de playa indefinidamente, no por más de 30 días.

Lo que sucedió después resulta bien conocido. Kennedy negó ayuda a los ya derrotados invasores la noche del 19 de abril, cuando ni siquiera permitió que los aviones estadounidenses volaran sobre las playas para asustar a las tropas castristas. Sin embargo, Kennedy nunca prometió a nadie intervenir en Cuba y, por consiguiente, aunque fue el responsable del desastre, no puede decirse que traicionara a la Brigada. (Los interesados pueden leer el capítulo que escribí sobre este tema en el volumen editado por Efrén Córdova 50 Años de Revolución en Cuba: El Legado de los Castro, Ediciones Universal, Miami, 2009. Así como todo lo que llevo escribiendo sobre el tema desde hace 43 años).

Y, quizás porque es una verdad inconveniente o porque se ha revelado hace unos pocos años, casi todos los cubanos que han escrito sobre el tema han ignorado los planes de la CIA, ideados conjuntamente con los de la invasión y que existían desde tiempos de Eisenhower, de asesinar a Fidel Castro antes del desembarco, en complicidad con la Mafia.

La evidencia de estos planes es sólida y los menciono porque algunos historiadores estadounidense que han escrito en detalle sobre estos sucesos sostienen que posiblemente Kennedy tomó (o dejó de tomar) ciertas decisiones —sobre todo respecto a los bombardeos— porque Bissell lo había convencido de que Castro estaría muerto cuando la Brigada desembarcara en Cuba.

No lo sabremos nunca, pero aunque así fuera, esto no exime a Kennedy de su enorme responsabilidad ante la historia. Nunca creyó en la invasión, ni en ninguno de los dos planes, incluyendo el Plan Zapata, que él mismo emasculó. Sin embargo, permitió que este se llevara a cabo sabiendo que estaba asegurado su fracaso.

No es creíble tampoco lo que han propagado sus apologistas: que permitió la invasión porque cancelarla le resultaba imposible. Nada de eso: permitió la invasión estrictamente por razones y consideraciones políticas, condenando cínicamente a muerte a cientos de patriotas cubanos y a cuatro pilotos estadounidenses. Como él mismo declaró despectivamente al autorizar finalmente la operación (que recuerden siempre esto aquellos que prefieren culpar a la CIA de la "traición" antes que al presidente): "Tenemos que salir de estos hombres. Es mucho mejor arrojarlos en Cuba (dump them in Cuba). Especialmente si es allá donde ellos quieren ir".

Algunos buenos libros sobre el tema

En la actualidad puede leerse mucho acerca de las traiciones y las conspiraciones en torno a este desdichado episodio de nuestra historia. Los que creen fervientemente que hubo una conspiración estadounidense para que la invasión fracasara y que la invasión fue traicionada para asegurar la permanencia de la revolución cubana, lo creen por cuestión de fe. Es decir, no aceptan evidencias que prueben lo contrario, aunque estas pueda ser —como lo son— abrumadoras.

Sin embargo, como mi obligación es con la historia y, como historiador profesional, con la búsqueda de la verdad, recomiendo a quienes prefieran conocer la verdad que busquen la documentación referente a los planes de Trinidad y Zapata, que se encuentra disponible para quien quiera examinarla. No hay nada secreto y los detalles de esos planes están disponibles desde hace años en los archivos del Departamento de Estado (Foreign Relations of the United States [FRUS], Volume X, Cuba, 1961-1962, documents 30 & 31, and 46 through 61).

La opinión de Dean Acheson y los problemas que Kennedy enfrentaría por sus declaraciones y promesas sobre Cuba durante la campaña pueden encontrarse en la Historia Oral de la administración Kennedy, en la Biblioteca Kennedy en Boston, aunque quien me la mencionara a mí fue mi buen amigo el historiador y exagente de la CIA, Brian Latell.

En relación con el episodio contado por José Manuel Hernández se lo debo a una comunicación privada, está en el capítulo que publiqué en el volumen 50 Años de Revolución en Cuba: El Legado de los Castro, y puede encontrarse también en un artículo publicado por él en 1971 en la revista The World and I.

Todos los demás datos que he citado los he recopilado en mis investigaciones sobre la invasión desde 1970.

A quienes quieran leer las mejores obras en inglés sobre el tema (en español lamentablemente no hay ninguno, aunque todavía vale la pena leer Girón, La Verdadera Historia, de Enrique Ros, a pesar de que su información es muy antigua) recomiendo The Bay of Pigs, de Haynes Johnson (1964), sobre todo por sus descripciones de la acciones militares.

La memoria de Howard Hunt, Give Us This Day (1973), es valiosa y en ella se encuentra el dato de cómo se canceló el bombardeo del segundo día gracias a la intervención fortuita de Cabell. 

Más recientemente, son excelentes The Bay of Pigs, de Howard Jones (2008), sobre todo en lo referente a los planes de asesinar a Castro por la CIA, y The Brilliant Disaster (el mejor libro en mi opinión, y el único que menciona los planes de una intervención militar estadounidense) de Jim Rasenberger (2012).

El libro más crítico de Kennedy (lo acusa de traicionar la operación) es Decision for Disaster, del coronel Grayston Lynch (1998), quien participó en la invasión y fue el primero en desembarcar en Playa Larga como hombre rana. Este libro solo cubre los sucesos en que el autor participó y que conoció, pero contiene información que no se encuentra en ningún otro. Relata, por ejemplo, cómo los hermanos Kennedy trataron de revocar las pensiones a los cuatro pilotos americanos que murieron en la invasión, en su afán de ocultar una participación estadounidense que, en definitiva, fue voluntaria. El presidente tuvo que ser amenazado por un influyente abogado de Texas con revelar los detalles a The New York Times si las pensiones no se restauraban, lo cual Kennedy hizo de inmediato.

También cuenta cómo Robert Kennedy los recibió a él y a su compañero Robertson, lleno de furia porque (no hay otra manera de verlo) simplemente habían sobrevivido para contar lo que sucedió. Lynch describe emotivamente los minutos finales en la playa, cuando Pepe San Román se despidió de él y destruyó el radio. Los marinos estadounidenses que escuchaban a Lynch en el destroyer donde este se encontraba, lloraban de rabia y de vergüenza porque su presidente les había prohibido ayudar —y así quizás salvar— a la gloriosa Brigada 2506.

Publicado en Diario de Cuba

Diego Trinidad | Miami | 17 Abr 2013 - 9:14 am. |

 

Panamá decomisa 401 kilos de cocaína procedentes de Cuba con destino Bélgica

LA VANGUARDIA

Panama cocaina de Cuba

Panamá, 14 abr (EFE).- Las autoridades policiales de Panamá informaron hoy de que decomisaron 401 kilos de cocaína procedentes de Cuba y con destino Bélgica en un acción realizada en la ciudad caribeña de Colón, 80 kilómetros al norte de la capital.

La droga fue hallada en un contenedor del puerto de la localidad camuflada entre tanques con miel de caña, agregó la Policía Nacional de Panamá (PN).

La cocaína fue intervenida en el marco del operativo denominado "Caña Brava" por agentes de la zona policial de Colón de servicio en la Dirección de Inteligencia Policial. EFE

La Vanguardia Ediciones

Cuban-Americans Banned from Carnival Cruises Trips to Cuba

Frances Martel

cuban americans banned from carnival

A Carnival Cruises line has announced a “very intensely cultural experience” on their inaugural voyage to Cuba for all interested Americans — except Cuban-Americans, whom the Cuban government has banned from purchasing a ticket.

Carnival’s decision to abide by discriminatory Cuban law could place it in violation of the 1964 Civil Rights Act, though courts have been hesitant to address whether American cruise ships in international waters are still beholden to American civil rights law.

Carnival’s “Fathom” line will be sailing to the cities of Havana, Cienfuegos, and Santiago de Cuba beginning May 1 after coming to an agreement with the communist Cuban regime. Its website promises an authentic experience: “If you’re serious in your desire to see the real Cuba from the inside, through the eyes of the Cuban people themselves.” For those concerned the experience in an impoverished communist country will be too authentic, however, Fathom promises:

Every night, you’ll return to the comforts of the MV Adonia, where are all the details of getting from location to location in Cuba are taken care of. Enjoy the sights, the sounds, tastes and rhythms of everyday life and relax knowing that virtually all the costs, including meals, lodging, and daytime shore excursions, are already planned for you and covered in the price of your Fathom journey.

The cruise line has also published a video advertisement promising guests will experience “the culture, cuisine, and historic sights through its people.”

Journalist Fabiola Santiago of Miami’s El Nuevo Herald, noting that nowhere in Carnival’s advertising is the ban on Cuban-Americans mentioned, attempted to book a trip to Cuba for October. Her ticket was immediately canceled when Carnival required her to show them her passport, which revealed she had been born in Cuba. Her U.S. citizenship did not override her place of birth.

A Carnival spokesman issued Santiago a boilerplate statement: “Current Cuban law prohibits Cuban-born individuals from entering Cuba via ship or other sea vessel, regardless of U.S. citizenship status. For that reason, at the present time, Fathom cannot accommodate Cuban-born individuals.” When challenged, the Carnival representative appeared to suggest that the company would be content to follow any discriminatory international law should negotiating with the country in question prove profitable:

I ask him if Carnival would have been willing to take cruise ships to South Africa during the apartheid era and not carry black people because that was the law.

He repeats that Carnival follows the laws of the countries it travels to. I guess that means the answer is yes.

When Carnival first announced its new trips — shortly after President Barack Obama’s trip to Cuba in March — reports noted that the company was “working closely” with the Cuban government, though executives expressed more concern with “infrastructure” in dilapidated Havana than the many human rights violations the Castro regime has been accused of and the possibility that Cuba would should similar disregard for the rights of its American clients.

The Cuba trip, the Miami Herald notes, costs “more than twice the price of a cruise on one of the three major cruise lines” to anywhere else in the Caribbean Sea.

Abiding by Cuba’s law banning Cuban-Americans from entering the island by sea may be a violation of the 1964 Civil Rights Act. Title II of the act prohibits American “places of public accommodation” from discriminating on the basis of “race, color, religion, or national origin.” Place of birth, naturally, would fall under “national origin.” A successful lawsuit against Carnival for its discriminatory policy would hinge on proving that a cruise ship is a place of public accommodation.

The Civil Rights Act defines places of public accommodation as “any inn, hotel, motel, or other establishment which provides lodging to transient guests.” It also includes a business that “serves or offers to serve interstate travelers or a substantial portion of the food which it serves” as well as one that “customarily presents films, performances, athletic teams, exhibitions, or other sources of entertainment which move in commerce.” As cruise ships dock, allowing passengers to seek food and entertainment elsewhere, defense attorneys may argue that a cruise ship does not fit the definition.

The highest-profile discrimination cases against cruises have not involved the Civil Rights Act, but the Americans with Disabilities Act (ADA). In 2005, a Norwegian Cruise Lines passenger sued the cruise line alleging he was “treated as a nuisance” and unable to use many of the ship’s functions due to his wheelchair. The court found that the ADA did apply to cruise ships, and in deliberating the case, Justices raised the issue of racial discrimination:

During the argument, the justices voiced concern over the effect of a ruling that limited the reach of U.S. civil rights laws. If cruise ships were found to be free to discriminate against disabled persons, could they also discriminate against blacks? No sooner had the lawyer for the cruise ship industry stepped to the lectern than he was hit with such a question.

“Are they [cruise ships] free to discriminate based on race or to practice racial segregation?” Ginsburg asked.

When the lawyer dodged the question, Justice Sandra Day O’Connor pressed the point.

“Could the ship engage in racial discrimination in selling its tickets?” she asked.

A decade later, Carnival Cruise lines settled a disability discrimination case against them for $350,000 in damages as well as a civil penalty of $55,000, the first time such a penalty was applied in the aftermath of Spector v. Norwegian Cruise Line Ltd.

In a similar, more recent case of common carrier ethnic discrimination, Kuwait Airways chose to cancel flights out of New York rather than abide by anti-discrimination law after it was sued for prohibiting Israeli nationals from purchasing tickets for its flights to London. The airway insisted that not recognizing Israeli passports as legitimate was necessary to abide by Kuwaiti law, an argument the Department of Transportation dismissed. Kuwaiti Airways still flies from New York to Kuwait City, as Israeli nationals are not allowed to enter Kuwait and as such do not pose a legal problem for them in that case.

Frances Martel

www.breitbart.com

Logros de los cubanos en el exilio

Frank Rodríguez

logros de los cubanos en el exilio

“Logros de los cubanos en el exilio” fue el discurso pronunciado por Francisco “Pancho” Rodríguez, en el Simposio “Exilio Cubano: Lucha, logros y legado” el 31 de marzo, 2016 en Miami, Florida. El texto también aparece en su traducción al inglés. (English translation ►)

El Presidente Obama, en su reciente alocución ante la plana mayor del comunismo en Cuba calificó a Miami como un “monumento” erguido por los cubanos. Agregaba que sabía cómo le iría a los cubanos bajo un futuro capitalista en vista de esta evidencia. De hecho la emigración cubana ha sido de las más exitosas en la historia de EE. UU., comparable a la hebrea y la surcoreana en épocas recientes. Obama añadía que dos cubanoamericanos se habían postulado para la presidencia de EE.UU. Indiscutiblemente siendo alrededor del 1% de la población de EE.UU. contar también con tres senadores federales y cinco en el congreso, además de los alcaldes de Hialeah, Miami y Miami Dade, y muchos más, representa un logro que es de los más relevantes. Un paseo casual por Hialeah, Westchester, Kendall y hasta Coral Gables, revela la pujanza económica de gente que llegó despojada de sus posesiones y en un estado de ánimo deplorable al tener que enfrentar una salida no deseada ni bien planificada de su amada Patria.

Interesantemente estos exiliados realmente no pensaban echar raíces en este país, como era el caso de los exiliados del comunismo los coreanos y húngaros. El motivo era que no concebían que a 90 millas se pudiera instaurar una colonia soviética en plena guerra fría. Hasta ese momento EE.UU. no había perdido ninguna guerra en su historia y era la flamante nueva superpotencia mundial. Los exiliados se sentían totalmente respaldados por EE.UU. e incluso se unieron a la Brigada 2506 para regresar fusil en mano al terruño. Otros cubanos como Tony Cuesta infiltrarían Cuba al mando de Alpha 66 y luego Comandos L en desigual lucha contra el tirano. Años después las flotillas serían pacíficas, como las del barco Democracia liderado por Ramón Saúl Sánchez. Y debemos recordar la actividad del grupo Abdala desde Nueva York hasta Puerto Rico.

Después de la traición en Girón y del arreglo Kennedy-Krushov se hizo evidente que había que “echar palante” revalidando títulos, aprendiendo inglés, relocalizándose fuera de Miami o abriendo un negocito. Algunos pocos no pasaron mucho trabajo pues lograron reiniciar sus profesiones sin mayores inconvenientes, pero la mayoría tuvo que reinventarse, para usar la palabra hoy de moda.

La historia de Roberto Suárez es un gran ejemplo. Contador de profesión llegó con 7 hijos y oyó que en un sitio contrataban jornaleros. Se trababa de cargar bultos del periódico Miami Herald para llenar los camiones de distribución. Jamás había hecho trabajo manual semejante. Un día de pago se enteró de que no se podía hacer la nómina por ausencia del contador y Roberto levantó la mano indicando que él era contador y la podía hacer. Le dijeron que tenía que hablar inglés y él dijo que él sabía. Suárez llegó a ser presidente del Miami Herald y de la corporación entera, llegando de paso a fundar el periódico en español también. Al principio Roberto gastaba todo su salario en pomos de leche y colchones.

Hablando de colchones, en esa época era habitual salir en búsqueda de muebles y colchones que los americanos botaban. La gente se iba para Coral Gables donde los americanos se volvían locos botando cosas. Muchísimas mujeres encontraron trabajo de costureras en las factorías de Hialeah y los hombres lavando platos en los hoteles de lujo de Miami Beach y yendo a recolectar en las tomateras de Homestead. De esos humildes comienzos se construyó el Miami que hoy mantiene a medio Cuba. No somos tan mafiosos, más bien somos bondadosos.

Entre los grandes hombres de negocio que han desarrollado fama y fortuna todos conocemos a Carlos Saladrigas, Mike Fernández, Joe Arriola, Jorge Pérez, Alfie Fanjul y el ex Secretario del Comercio de EE.UU., Carlos Gutiérrez, el jefe de los cereales Kellogg’s. Todos estos son hoy impulsores de la estrategia de hacer negocios con el enemigo. Del otro lado están los que se enfrentan al tirano frontalmente, como el concesionario de la Ford, Gus Machado y el inventor de la Telepizza en España, Leopoldo Fernández Pujals (al otro Leopoldo Fernández, Tres Patines, todavía lo escuchan 60 años más tarde en EE.UU. e Hispanoamérica.) El otro patriota comediante que mantuvo la risa entre los tristes exiliados fue el insigne Guillermo Álvarez Guedes, quien como nadie ha captado la idiosincrasia del pueblo cubano.

Y en cuanto a las damas que apoyan a las Damas de Blanco, mencionemos la muy exitosa Remedios Díaz de Oliver, fundadora de All American Containers, activa en el Cuba Democracy PAC junto a Machado y Fernández Pujals. Y mencionemos a Tere Zubizarreta de Zubi Advertising, cofundadora de Facts About Cuban Exiles, la organización que ha publicado estos dos libros que tenemos aquí hoy, quien murió luego de construir de la nada una gran compañía de publicidad, así como lo hizo por igual Ana María Fernández Haar.

Entre los niños Pedro Pan los más famosos son el cantante Willy Chirino y el urbanista Armando Codina, así como el ex senador federal por la Florida, Mel Martínez. Los Pedro Pan como yo somos la generación rescatada del adoctrinamiento comunista, somos gente que nunca olvidaremos la tierra de la que fuimos desgarrados.

Los banqueros cubanos se la comieron en Miami. El más famoso ha sido Carlos Arboleya, especialmente conocido por haber sido presidente del Barnett Bank. Les estoy hablando de los más famosos, como Amadeo López Castro, pero si desean adentrarse en el tema lo más indicado es comprarse el libro Cubans an Epic Journey: The Struggle of Exiles for Truth and Freedom en inglés o en español editado por mis dos co-panelistas aquí presentes, Sam Verdeja y Guillermo Martínez. Otro famoso banquero fue el patriota Luis Botifoll del Republic Bank quien fundó una editorial de historia de Cuba y Bernardo Benes, quien inició el diálogo que propició la salida de Cuba de miles de presos políticos.

Los peloteros cubanos de Grandes Ligas más famosos, tema de actualidad hoy, han sido los toleteros Tany Pérez, del Salón de la Fama y Tony Oliva, Jugador Más Valioso y Champion Bate, así como Luis Tiant, quien recientemente lanzó la primera bola en el Estadio del Cerro (así conocí a mi estadio de niño). Camilo Pascual y Pedro Ramos ya estaban en las Grandes Ligas cuando Castro sacó out al béisbol en Cuba.

En la música Gloria Estefan y Celia Cruz fueron mencionadas en la TV en cadena nacional en Cuba por primera vez por el Presidente Obama. Son tan conocidas en EE.UU. como lo fue Desi Arnaz. El tiempo de Willy Chirino todavía viene llegando en Cuba.

En el cine el primer actor Andy García resalta entre la llamada “Lista A” de Hollywood, y se le agradece haber rescatado la figura del bajista Cachao, gloria de la música cubana. También casando el cine y la música se encuentra Nat Chediak, ganador de múltiples Grammys. El otro de los grandes músicos lo fue Bebo Valdés, quien coronó su carrera con su disco Lágrimas Negras con Diego El Cigala. Su gran amigo Rolando Laserie y él juraron no regresar a Cuba bajo los Castro. La otra grandísima del exilio lo fue Olga Guillot, Olga de Cuba, verticalísima opositora del régimen que nos desgobierna. Y otro vertical patriota ha sido el jazzista Paquito D’Rivera, ganador de múltiples Grammys quien tocó al saxofón alto en el álbum con Nat Chediak de co-productor ejecutivo. Y el caricaturista Prohías, que dibujaba en Zig-Zag en Cuba llegó a desarrollar la serie Spy World en Mad Magazine, logrando fama mundial por igual.

En el mundo corporativo resalta la figura de Roberto Goizueta, quien llegó a encabezar nada menos que la Coca-Cola y Benjamín León, padre e hijo, fundadores de la Clínica Asociación Cubana y León Medical Center, respectivamente.

En el mundo académico Carlos Eire, profesor de Historia y Religión de la Universidad de Yale está entre la infinidad de académicos que encontraron tierra fértil en estas tierras de libertad. Luis Aguilar León llegó a la cima de los académicos, como lo hizo el autor de historia y geografía Leví Marrero, este último en Puerto Rico. En el campo educativo el Colegio de Belén, el Lincoln-Martí y el Conchita Espinosa, merecen mención de honor, así como la labor del brigadista Dr. Eduardo Zayas Bazán, escritor del libro de mayor venta en EE.UU. para la enseñanza del español a nivel universitario. Y es innegable el éxito de los cubanos en el Miami Dade College bajo Eduardo Padrón y en FIU bajo Modesto Maidique.

En la religión el exilio logró centavo a centavo erguir la Ermita de la Caridad bajo el Arzobispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Miami, Monseñor Agustín Román, quien a todas pintas fue un santo. Que Miami sea arquidiócesis es definitivamente por los cubanos. Otra monumental obra fue el ministerio y posterior edificación de la Iglesia San Juan Bosco, bajo el liderato del padre Emilio Vallina.

Por el lado evangélico innumerables templos de culto fueron fundados por cubanos como por el episcopal Max Salvador y el presbiteriano Martín Añorga. El académico historiador Marcos Antonio Ramos es de los bautistas más reconocidos junto al pastor Jorge Comesañas, así como el sabio cura católico Juan Luis Sánchez, párroco en la St. Peter’s y St. Paul y experto en genealogía, heráldica e historia de Cuba.

En el periodismo la figura del compatriota y patriota Carlos Alberto Montaner destaca entre muchos como Gastón Baquero en España por su elocuente pluma y diáfanas explicaciones del acontecer político. Y el también periodista Gabriel Cabrera Infante ganó el Premio Cervantes como novelista por sus magistrales obras Tres tristes tigres, Habana para un Infante Difunto y Mea Cuba, amén de sus innumerables denuncias al castrismo desde Londres. Otro gran baluarte de la literatura cubana del exilio fue Reinaldo Arenas, hoy estudiado en las universidades de todo el hemisferio.

Pudiéramos continuar resaltando nombres de destacados emprendedores y profesionales en todas las áreas del saber y del acontecer, desde contadores, ingenieros, abogados y médicos como el Dr. Manuel Alzugaray, fundador del Miami Medical Team que siempre está presto a desplazarse a cualquier punto del hemisferio donde asistir en casos de emergencia médica y fue médico de los contras en la guerra contra el comunismo en Nicaragua. Pero entremos en el análisis de intentar contestar esta pregunta: ¿Cuáles son los logros del exilio cubano?

Desde luego que no hemos logrado la libertad de nuestro suelo y la restauración de un sistema de derecho democrático ni de una economía de mercado libre. Este es nuestro gran dolor y frustración.

Pero, ¿hemos logrado algo? Hemos logrado que se reconozca que los que salieron de Cuba fueron gente trabajadora que con su ingenio lograron rehacer sus vidas hasta tal punto que es inconcebible pensar que salieron de Cuba sin nada. También los gusanos tornados en mariposas han logrado ayudar a sus parientes en Cuba dando evidencia del amor que sienten por ellos y del fracaso rotundo del comunismo en lo económico y en lo social.

El exilio cubano también fue exitoso bajo Jorge Más Canosa en lograr que el pueblo de Cuba tuviese formas y maneras de enterarse de la verdad mediante Radio y TV Martí. La Fundación Cubano Americana logró también relocalizar a miles de cubanos varados en diferentes países para que se pudieran reunir con nosotros en Miami. Y desde luego la Fundación jugó un papel primordial en pasar los diversos proyectos de ley que codificaron el embargo por parte de EE.UU. contra el régimen de Castro.

También bajo José Basulto hemos logrado rescatar a miles de compatriotas que se ahogaban o deshidrataban en el Estrecho de la Florida con los aviones de Hermanos al Rescate. Qué nombre tan bello para una organización y para los 4 mártires derribados el 24 de febrero de 1996 for Migs cubanos.

También hemos logrado no olvidar, con organizaciones como el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo bajo Pedro Corzo, que contabiliza las víctimas de la represión y con el Monumento en los terrenos de la Florida International University. Y la Comisión de Miami-Dade repleta de exiliados cubanos aprobó el Museo Cubano que “ya viene llegando” en Coral Way y la 12 Avenida “cerca de mi humilde lugar de alojamiento” que como dice la letra de la canción de Chirino. Esta misma comisión aprobó el año pasado dar espacio en la Bahía de Biscayne a un futuro mega Museo de la Historia del Exilio, que todavía no se ha logrado pero que pudiese ser un gran legado de libertad. Y sin duda un gran logro ha sido el rescate de manos del régimen castrista del Instituto San Carlos en Cayo Hueso, donde José Martí hablaba, gracias a la providencial acción del abogado Raúl Peñalver, Jr. Y la Casa del Preso y el futuro Museo de la Brigada 2506 en Hialeah Gardens, así como la Antorcha Permanente en la Calle Ocho son prueba del pasado y futuro de la lucha militante contra la tiranía.

Hemos logrado con Ediciones Universal, bajo Manuel “El Gordo” Salvat, dejar un legado de historia de Cuba y de verdad a futuras generaciones, con la publicación y divulgación de miles de libros escritos por prominentes académicos e intelectuales del exilio.

En El Nuevo Herald gente como Andrés Reynaldo, Ramón Mestre, Vicente Echerri y José Azel se unen a Montaner en sus razonadas disertaciones sobre el oprobioso totalitarismo en Cuba. Si no fuese por el exilio cubano no existiera un diario en español como este en Miami.

Hemos logrado que nuestras denuncias se divulguen por la radio con gente como Ninoska Pérez Castellón y Enrique Encinosa, y en la televisión e Internet, por ejemplo con el Diario de Cuba, que sale de España. Y aquí tenemos a Julio Shiling, que está dedicando su vida al triunfo de la verdad sobre la mentira. Cuando muere por inanición Orlando Zapata Tamayo, cuando se declara en huelga de hambre Guillermo Fariñas, cuando es asesinado Oswaldo Payá , gente como Julio Shiling está presente. Hoy en TV Libertad se difunden las actividades de Patria de Martí. ¡Qué bello nombre para esta organización!

En resumen los exiliados cubanos hemos logrado constituirnos en:

  1. La reserva moral de Cuba. La caja de resonancia para los disidentes y el sitio donde pueden venir para sanar sus heridas y recargar sus baterías.
  2. La reserva de la verdadera historia de Cuba. Escribimos libros y hacemos actividades como ésta aquí o en la Casa Bacardí en la Universidad de Miami donde se estudia y disemina la real historia de la Isla.
  3. La reserva tecnológica y educativa para una futura reconstrucción tras el terremoto castrista. En FIU solamente hay más estudiantes cubanos que en ningún plantel en Cuba. Lo que el cubano ha aprendido en el exilio es un capital humano muy complementario al capital humano en Cuba. Hemos aprendido cosas que en Cuba no se enseñan y estas cosas se pueden transferir a nuestros compatriotas.
  4. La reserva empresarial de emprendedores que pudiera en su momento invertir sus capitales y conocimientos en la reconstrucción nacional.
  5. La central de información mundial sobre la oposición al castrismo y al Socialismo del Siglo XX en las Américas. En 5 estaciones de televisión y otras tantas de radio se transmiten a diario programas sobre la verdad de Cuba amén de Radio y TV Martí y de El Nuevo Herald y el Diario Las Américas. Los blogueros del exilio también mantienen viva la llama de la verdad sobre Cuba.
  6. Los padres y abuelos de una prole de hijos y nietos que se interesan por Cuba y que la visitarán e invertirán energías y capitales haciendo negocios en ella para el engrandecimiento de nuestra Patria.

En fin, hemos logrado sobrevivir – para pelear otro día. Gracias.

The Achievements of Cuban Exiles

 

President Obama, during his recent speech before the Communist hierarchy in Cuba named Miami as a “monument” erected by Cubans. He added that he knew how things would be for Cubans under a future free market based on this evidence. In fact, Cuban emigration has been among the most successful in U.S. history, comparable to the Jewish or South Korean in recent times. Obama added that two Cuban Americans were running for the presidency of the United States. Undoubtedly, being around 1% of the U.S. population, having three federal senators and five Congresspersons, in addition to the mayors of Hialeah, Miami and Miami Dade, as well as many others, is one of the most relevant achievements of the exile community. A casual ride through Hialeah, Westchester, Kendall or even Coral Gables, reveals the economic strength of people who arrived here stripped away of their possessions and in a deplorable mood at having to face an unwanted and ill-planned exit from their beloved homeland.

 

Interestingly, these exiles were not really thinking about putting down roots in this country, as was the case with other refugees from Communism such as the Koreans or Hungarians. The reason was that they could not conceive that 90 miles away a Soviet colony could be installed in the midst of the Cold War. Up to that time the U.S. had never lost a war in its history and was the brand-new world super power. The exiles felt totally backed by the U.S. and even joined Brigade 2506 to return to their homeland guns in hand. Other Cubans such as Tony Cuesta infiltrated Cuba heading Alpha 66 and later Commandos L in an uphill struggle against the tyrant.  Years later the flotillas would be peaceful, such as those lead by Ramón Saúl Sánchez aboard the boat Democracia. And we should also remember the activities of the group Abdala from New York to Puerto Rico.

 

After the betrayal at the Bay of Pigs and the Kennedy-Krushev accommodation it became evident that it was time to “get going” validating educational degrees, learning English, relocating outside of Miami or opening a small business. A few didn’t have much trouble in restarting their professions without many obstacles, but the majority had to reinvent themselves, to use today’s jargon.

 

The story of Roberto Suárez is a great example. An accountant by trade he arrived with seven children and he heard that there were hiring day workers. The job was to carry bundles of the newspaper Miami Herald to load the delivery trucks. He had never done any such manual labor. When payday came he found out that the payroll could not be done as the bookkeeper was absent and Roberto raised his hand indicating that he was an accountant and that he could do it. They told him that he needed to speak English and he said he knew how. Suárez got to be president of the Miami Herald and of the whole corporation, even founding the newspaper in Spanish as well. At the beginning Roberto would spend all his salary in jars of milk and mattresses.

 

And talking about mattresses, at that time it was usual to go out in search of furniture and mattresses that the American would throw away. People would go to Coral Gables where the Americans would go crazy throwing out things. Many women found work as sewing machine operators in factories in Hialeah and the men washing dishes at the luxury hotels in Miami Beach or going to collect tomatoes in Homestead. From these humble beginnings the Miami we know today was built, a city that sustains half of Cuba today. No, we are not a Mafia, but rather a compassionate bunch.

 

Among the great businessmen that have reaped fame and fortune we all know about Carlos Saladrigas, Mike Fernández, Joe Arriola, Jorge Pérez, Alfie Fanjul and the former U.S. Secretary of Commerce, Carlos Gutiérrez, the head of Kellogg’s cereals. All these men are today driving the strategy to do business with the enemy. On the other side are those that face the tyrant directly, such as the Ford dealer Gus Machado and the inventor of Telepizza in Spain, Leopoldo Fernández Pujals (the other Leopoldo Fernández, Tres Patines,  is still heard on the radio 60 years later in the U.S. and Spanish America). The other great patriot comedian who kept laughter among the sad exiles was the unique talent of Guillermo Álvarez Guedes, who like none other has capture the idiosyncrasy of the Cuban people.

 

Regarding the ladies that back the Ladies in White, let’s mention the very successful Remedios Díaz de Oliver, founder of All American Containers, active in the Cuba Democracy PAC with Machado and Fernández Pujals. And let’s mention Tere Zubizarreta of Zubi Advertising, co-founder of Facts  About Cuban Exiles, the organization that has published these two books that we have here today, who died after building up from scratch a great advertising company, as was also the case with Ana María Fernández Haar.

 

Among the Peter Pan kids the most famous ones are singer Willy Chirino and developer Armando Codina, as well as the former federal senator from Florida, Mel Martínez. The Peter Pans like me are the generation rescued from Communist indoctrination, and we are people who will never forget the land from which we were uprooted.

 

Cuban bankers really hit it out of the park in Miami. The most famous has been Carlos Arboleya, especially known for having been the president of Barnett Bank. I am talking about the most famous ones, such as Amadeo López Castro, but to really get into the topic the best thing to do is to buy the book Cubans an Epic Journey: The Struggle of Exiles for Truth and Freedom either in English or in -Spanish edited by my two co-panelists here today, Sam Verdeja and Guillermo Martínez. Another famous banker was the patriot Luis Botifoll of Republic Bank who founded a publishing house on Cuban History and Bernardo Benes who started the dialog that led to the freeing from Cuba of thousands of political prisoners.

 

Among Big League baseball players, a current topic of interest, the most famous have been the sluggers Tany Pérez, for Hall of Fame fame, and Tony Oliva, MVP and Batting Champion, as well as Luis Tiant, who recently threw the first ball at the Cerro Stadium (that is how I knew my stadium in my childhood). Camilo Pascual and Pedro Ramos were already in the big leagues when Castro called Cuban baseball out.

 

In music Gloria Estefan and Celia Cruz were mentioned in the national TV broadcast in Cuba for the first time by President Obama. They are as well-known in the U.S. as Desi Arnaz used to be. The time for Willy Chirino has still not arrived to be mentioned in Cuba.

 

In the silver screen main actor Andy García stands out in the so-called Hollywood “A List” and we all thank him for rescuing the figure of bass player Cachao, a glory in Cuban music. Also marrying cinema and music is Nat Chediak, a multiple Grammy winner. The other great musician was Bebo Valdés, who crowned his career with his record Lágrimas Negras with Diego El Cigala. His great friend Rolando Laserie and him promised never to return to Cuba under the Castros. The other great dame of the exiles was Olga Guillot, Olga de Cuba, a very obstinate opposition leader against the regime that oppresses us. And another uncompromising patriot has been jazz player Paquito D’Rivera, winner of multiple Grammys, who played the alto sax in the album with Nat Chediak as executive co-producer. And cartoonist Prohías, who used to draw for Zig-Zag in Cuba was able to develop the series Spy World in Mad Magazine, also reaching worldwide renown.

 

In the corporate word the figure of Roberto Goizueta stands out, as he became the head of noneother than Coca-Cola, as well as Benjamín León, Sr. and Jr., founder of Clínica Asociación Cubana and León Medical Center, respectively.

 

In the academic word Carlos Eire, professor of History and Religion at Yale University is among the galaxy of academics who found fertile soil in these lands of liberty. Luis Aguilar León reached the zenith of academia, as well as History and Geography author Leví Marrero, the latter in Puerto Rico. In the educational arena a special mention is due to Belem Jesuit, Lincoln-Martí Schools and Conchita Espinosa Academy, as well as the work of brigade member Dr. Eduardo Zayas Bazán, author of the best-selling book for the teaching of Spanish at the college level in the U.S. And the success of Cubans is undeniable at Miami Dade College under Eduardo Padrón and at FIU under Modesto Maidique.

 

In the area of religion the exiles were able to build penny by penny the Shrine to Our Lady of Charity under Auxiliary Bishop of the Archdiocese of Miami, Monsignor Agustín Román, who all seems to indicate was a saint. That Miami is an archdiocese is definitely because of the Cubans. Another monumental work was the ministry and later building of the St. John Bosco Church, under the leadership of Father Emilio Vallina.

 

On the evangelical side innumerable temples of worship were founded by Cubans such as the Episcopal Max Salvador and the Presbyterian Martín Añorga. The academic historian Marcos Antonio Ramos is among the Baptists the one with the greatest renown, along with Pastor Jorge Comesañas,  as well as the sage Catholic priest the Reverend Juan Luis Sánchez, assistant pastor at St. Peter’s and St. Paul’s Church, and expert in genealogy, heraldry and Cuban history.

 

In journalism our compatriot and patriot Carlos Alberto Montaner stands out among many such as Gastón Baquero in Spain on account of his eloquent pen and clear explanations of the political happenings. Another journalist Gabriel Cabrera Infante earned the Cervantes Prize in Spain as a novelist for his masterpieces Tres tristes tigres, Habana para un Infante Difunto and Mea Cuba, in addition to his innumerable denouciations of the Castro regime from London. Another bulwark of Cuban exile literature was that of Reinaldo Arenas, who is studied today in universities throughout the hemisphere.

 

We could go on highlighting the names of outstanding entrepreneurs and professionals in all areas of knowledge or activity, from accountants, engineers, lawyers and doctors, such as Dr. Manuel Alzugaray, founder of the Miami Medical Team who is always ready to deploy to any place in the hemisphere to render aid in cases of medical emergencies and who was the doctor for the contras in the war in Nicaragua. But rather let us enter into the analysis to try to answer this question: What are the achievements of the Cuban exile?

 

Needless to say we have not achieved the freedom of our land or the restoration of a democratic system of justice or a free market economy. This is our great pain and frustration.

 

But have we achieved something? We have made it possible to be recognized that the people that left Cuba were hard-working people who with their genius were able to rebuild their lives to the point that it is inconceivable to realize that they left Cuba with nothing. Also the so-called “worms” became butterflies when they were allowed to go back to Cuba to help their relatives there, providing further proof of the love they felt for them and of the complete failure of Communism in the economic and social arenas.

 

And the Cuban exiles were also successful under Jorge Más Canosa in allowing the Cuban people ways and means to find out the truth through Radio and TV Martí. His Cuban American Foundation was also able to relocate thousands of Cubans in third countries so they could reunite with us in Miami. And of course the Foundation was instrumental in passing the various laws that codified the U.S. embargo against the Castro regime.

 

Also, under José Basulto we have been able to rescue thousands of compatriots that were drowning or dehydrating in the Straits of Florida with the Brothers to the Rescue airplanes. What a beautiful name for an organization and for the four martyrs shot down by Cuban Migs on February 24, 1996.

 

We have also been able to not forget, with organizations such as Cuban Historial Memory Against Totalitarianism under Pedro Corzo, who accounts for the victims of repression and with the Momument place in the campus of Florida International University. And the Miami-Dade Commission, replete with Cuban exiles approved the Cuban Museum which “is coming now” on Coral Way and 12th Avenue “near my humble dwelling” as goes the lyrics to Chirino’s song. This same Commission approved last year a to give room for a future mega Museum of Exile History on Biscayne Bay, which has yet to be achieved but which could be a great legacy of freedom. And without a doubt it has been a great achievement to rescue from the hands of the Castro regime the San Carlos Institute in Key West, where José Martí used to speak, thanks to the providential actions taken by attorney Raúl Peñalver, Jr. And the House of the Political Prisoner and the future Museum of Brigade 2506 in Hialeah Gardens , as well as the Eternal Flame in Calle Ocho provide proof of past and future militant struggle against the dictatorship.

 

We have achieved with Universal Publishing Co., under Manuel “El Gordo” Salvat, to leave behind a legacy of de History of Cuba and of truth for future generations, with the publication and distribution of thousands of books written by prominent exiled academics and intellectuals.

 

 

At El Nuevo Herald people such as Andrés Reynaldo, Ramón Mestre, Vicente Echerri and José Azel join Montaner with their reasoned dissertations regarding the oppressive totalitarianism in Cuba. Were it not for the Cuban exiles there would not be a daily newspaper in Spanish such as this in Miami.

 

We have been able to have our denunciations proclaimed in the radio by people such as Ninoska Pérez Castellón and Enrique Encinosa, and on TV and the Internet, for example Diario de Cuba, which comes out in Spain. And here we have Julio Shiling, who is dedicating his life to the triumph of truth over lies. When Orlando Zapata Tamayo diez of hunger and thirst, or when Guillermo Fariñas goes on hunger strike, or when Oswaldo Payá is assassinated, people like Julio Shiling are present. Today in TV Libertad the various activities of Patria de Martí, or Marti’s Fatherland are broadcasted, What a beautiful name for this organization!

 

In summary, we Cuban exiles have been able to become:

 

  1. The moral reserves of Cuba. The sounding board for dissidents and the place where they can come to heal their wounds and recharge their batteries.
  2. The reservoir of the true history of Cuba. We write books and we do activities like the one here today or at the Bacardí House at the University of Miami where we study and disseminate the real history of the Island.
  3. The reserve corps of technology and education for a future reconstruction after the Castro earthquake. At FIU there are more Cuban students than in any campus in Cuba. What Cubans have learned in exile represents a human capital that is very complementary with the human capital found in Cuba. We have learned things that are not taught in Cuba, and these things are transferable to our countrymen.
  4. The entrepreneurial corps of businesspeople that could at the proper time invest their capital and know-how in the national reconstruction.
  5. The central information worldwide hub for information about the Castro regime and 21st Century Socialism in the Americas. In five TV stations and several radio stations daily programs are broadcasted about the truth in Cuba, in addition to Radio and TV Martí and El Nuevo Herald and Diario Las Américas. Exile bloggers also keep alive the flame of truth about Cuba.
  6. The parents and grandparents of offsprings of children and grandchildren interested in Cuba who will visit it and will invest their energy and capital doing business in it to the betterment of our homeland.

 

At the end of the day we have survived – to fight another day. Thank you.

 

The Achievements of Cuban Exiles

  1. Castro Inc.: Cuba as Family Business
  2. Cuba y Estados Unidos
  3. 'A Series of Razors Waiting to Cut You': The High Cost of Doing Business in Cuba
  4. El Balsero
  5. Menendez Remarks Ahead of POTUS Trip to Cuba
  6. Carta abierta al Presidente Obama, ante su inminente viaje a Cuba

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