En busca del votante desaparecido

pilarrahola sEn busca del votante desaparecido por Pilar Rahola

Nacida en Barcelona, España es Doctora en Filología Hispánica y Catalana por la Universidad de Barcelona. Ha sido autora, conferencista y periodista de televisión, radioy prensa escrita. Fue ex-diputada en el Parlamento español por la Izquierda Republicana Catalana y ex-vicealcaldesa de la ciudad de Barcelona. En la actualidad, en el terreno periodístico, escribe en tres periódicos españoles, diario Avui (en catalán), El País y El Periódico.

Asegura Joan Saura que encargará un estudio para entender la abstención. ¡Estamos salvados! Si la izquierda inteligente gasta el dinero público en saber por qué miles de ciudadanos se han quedado en casa, ya entendemos la magnitud de la tragedia: ni ellos, sesudos intelectuales, tienen los pies en el suelo. Porque si los tuvieran, algunas preguntas retóricas no existirían.

Tenemos un sistema de partidos que, lejos de motivar la actividad política, la inhibe, con una dinámica endogámica que destruye todo atisbo de libertad interior. Para decirlo clarito, lo más antidemocrático de nuestro sistema democrático de partidos, son los partidos políticos. Además, tenemos unos líderes timoratos que se asustan ante el periodismo crítico, y cuya máxima obsesión es controlar la prensa. Lo hemos visto en el debate de TV3, cuya negociación pasó por las manos de todo el comisariado político catalán. Por supuesto, se nos han hurtado los cara a cara, los debates sectoriales, los compromisos a pecho descubierto. Por si fuera poco, venimos de una legislatura mareante donde lo menor ha sido la sobredosis de vanidad de sus líderes, y lo peor, el ruido, la metafísica y el desprecio por los problemas reales. Y, para acabar, suenan en la lejanía los escándalos urbanísticos, la corrupción galopante, la cultura de la comisión, y una se pregunta: ¿no estallan en Catalunya porque somos virginales, o porque aquí el silencio es una forma de vida, tres por ciento Dios me guarde? Si, encima, añadimos un candidato que es aún más aburrido que su caricatura en Polonia, ¿qué quieren que ocurra?. ¿No será que nuestra clase política, con su endogamia, su soberbia, su discurso premoderno y su alejamiento de la vida real, se ha ganado a pulso el descrédito y el desencanto? De ahí que no sea extraño que un jovencito impúber, con pinta medio de okupa, medio de pijo, que se desnuda en un cartel y que amenaza con tocar las narices, acabe ganando miles de votos. Puede que lo voten por lo antinacionalista, pero también por antisistema.

Cansancio, querido Joan. No te gastes ni un euro público. Solo baja del pedestal, pasea por el mundanal urbano y descubre el divorcio entre lo político y lo real. La abstención, esta vez, no nace de la desidia. Nace del desespero.

El Periodico Barcelona

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