Fidel Castro: Ni valiente ni inteligente

Fidel Castro ni valiente ni inteligenteFidel Castro: Ni valiente ni inteligente

Este es un punto cardinal en el tema cubano. Durante años, muchos, hipnotizados por sus discursos y carisma, cultivaron la idea del supuesto talento de este hombre engreído, promiscuo y vanidoso, que nunca aprendió a escuchar.

Él siempre tenía la razón: las críticas y los desastres eran responsabilidad de otros. Su escudo era el poder absoluto, al estilo de las monarquías del siglo XVIII. Un hombre que "ganaba" batallas a miles de kilómetros de distancia, desplegando mapas en su escritorio, donde movía piezas de artillería e infantería hacia victorias imaginarias. Estas decisiones llevaron a más de 13,000 combatientes cubanos a perder la vida en las guerras de Angola y Etiopía. Sangre vendida para obtener ganancias a gran escala. Fue un negocio redondo.
Este "estadista", hecho de tabaco y buen vino, se presentaba en la Sierra Maestra con un fusil de mira telescópica, inadecuado para la guerra de guerrillas. Siempre delegó las acciones en otros, mientras él engordaba y no sufría ni un resfriado durante las frías noches de la manigua cubana. Un "valiente" que nunca estuvo donde morían los combatientes, y que, en un trance de locura, pidió a Kruschev lanzar el primer golpe nuclear contra los Estados Unidos.

Líder de un país que trató como su propiedad, regaló pedazos del territorio nacional a líderes comunistas extranjeros. Un hombre que asesinó sin cuartel a su propio pueblo.

¿Qué méritos merece? ¿Qué talento puede atribuírsele? 

 


El talento es medible, tangible, visible y perceptible. Entonces, ¿de qué talento hablan? Fidel Castro nunca demostró talento alguno. Copió todo lo que pudo, incluida su célebre frase: “La Historia me absolverá”, robada de Mein Kampf de Adolf Hitler. Dejémonos de hipocresías y digamos la verdad sin miedo.
Allá, en un remoto país asiático, Corea del Norte, hubo un supuesto dictador, Kim Il-Sung, a quien se atribuye haber escrito mil quinientos libros, algo tan falso como los 636 intentos de atentados supuestamente dirigidos contra Fidel Castro (¡12 por año!). Los dictadores suelen crear fantasías para fortalecer la mística propagandística y aumentar la autoridad que en realidad les falta.

¿Pensarían que somos norcoreanos?
El verdadero talento se aprecia en los logros y en los beneficios que genera para su pueblo. Un líder talentoso debería ser capaz de construir una sociedad más próspera y justa, actuando con ética y responsabilidad. Un gobernante que lleva a su país a la ruina económica y moral carece de visión y está desconectado de las necesidades de su gente.
Aunque algunos calificaron a Fidel Castro como "carismático" o "estratega político", la realidad cubana es el testimonio más contundente de sus fracasos. Gobernó durante décadas bajo un sistema que prometía igualdad y prosperidad, pero perpetuó la pobreza, restringió libertades y generó una desigualdad abismal entre la élite política y el pueblo.

Como sentenció Aristóteles, el filósofo griego: "La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar el conocimiento en la práctica."

¿Vimos esto en Fidel Castro? Yo aseguro que no.
Recordemos su intrincado proceso de incentivar la producción azucarera, donde fundó proyectos para crear una caña más jugosa y fuerte, lo que culminó destruyendo las variedades que eran las más útiles para las plantaciones cubanas. Hoy, especialistas vietnamitas son convocados para que nos enseñen cómo producir azúcar. Terrible paradoja.

Otro “gran experimento” donde Fidel metió su “sabiduría” fue en la ganadería. Aquí, la intención era crear un animal que diera más leche y carne. Trajo ganado de países fríos para cruzarlos con los nacionales, y el resultado fue el caos: ni leche ni carne. Otro gran descalabro fue la siembra de café Caturra, donde no prosperó ni un solo grano, a pesar de las advertencias del campesinado de que esa tierra no era ideal para tal cultivo. Pero Fidel era un genio, y haría el milagro de un tirón: hacer desaparecer la carne, la leche y el café. Así de inteligente era nuestro comandante.


El supuesto "talento" de Fidel Castro quedó al servicio de un proyecto que sacrificó a generaciones enteras. Sus discursos incendiarios y promesas de justicia social no pueden contrarrestar la realidad de una nación sumida en la crisis económica, la desintegración moral y el desarraigo de millones de cubanos que tuvieron que abandonar su país para buscar una vida mejor.


El verdadero liderazgo se mide por resultados tangibles. En este sentido, su legado dista de ser un éxito. Es, más bien, una advertencia sobre los peligros de concentrar el poder sin rendir cuentas.
Lo que queda de Fidel Castro es la figura de un tirano vicioso y resentido, que se creyó más cubano que todos los cubanos, encarcelando, expulsando y asesinando a quienes tuvieron el valor de pensar diferente. Sin mérito alguno, excepto el de alargar una de las dictaduras más crueles de la historia.

El legado de Fidel Castro es un camino lleno de estiércol y sangre que dejó a la patria triste y miserable, un legado que hay que desarraigar de nuestra historia.

Jorge Luis LeonAutor: Jorge Luis León. Graduado de Lic. en Historia y Ciencias Sociales en el Instituto Superior pedagógico Enrique Jose Varona, es ensayista y escritor y autor de varias publicaciones en Periódico Cubano, 14Ymedio y ahora en Patria de Martí. Trabajó como profesor de historia en nivel medio-superior por 30 años. Al romper sus relaciones, con el Ministerio de Educación fue a dirigir una Academia de Ajedrez en Guanabacoa, donde residía, participó en múltiples torneos y escribió su libro Breviario Ajedrecístico, publicado en Cuba en el 2002.  En 2002 viajó a Estados Unidos, fundó una Academia... dio clases en varias escuelas hasta que se trasladó a Houston donde reside actualmente. Ahora estoy jubilado.

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