En el día de la independencia para los cubanos
A la memoria de Mario Chanes de Armas, el preso político de más larga encarcelación en la historia contemporánea.
Cada 24 de febrero los cubanos celebramos el inicio de nuestra última guerra por la independencia en 1895. Antes hubo otras dos, la llamada Guerra Grande, de 1868 a 1878 y la Guerra Chiquita, entre 1879 y 1880.
A diferencia de los norteamericanos, no esperamos a ganar la guerra para crear un gobierno civil, regido por una constitución, tuvimos 4 cartas magnas mientras combatíamos por la libertad desde el 10 de octubre de 1868.
El artífice del 24 de febrero fue José Martí, padre fundador de nuestra nación. Martí era un demócrata liberal, a la par solidario con los sectores empobrecidos de la sociedad, sin embargo, se oponía a la idea marxista de la lucha de clases, en tanto condenó la posibilidad del estado socialista, llamándolo “la futura esclavitud”.
Recién llegado, cuenta sus primeras impresiones al contemplar la estatua de la libertad, en enero de 1880, con escasos 27 años, en la revista The Hour:
“Estoy, al fin, en un país donde cada uno parece ser su propio dueño. Se puede respirar libremente, por ser aquí la libertad fundamento, escudo, esencia de la vida. Aquí uno puede estar orgulloso de su especie. Nunca sentí sorpresa en ningún país del mundo que visité. Aquí quedé sorprendido.”
Al paso de una década, se convirtió en líder de la emigración, creando el Partido Revolucionario Cubano (PRC), centrado en conseguir la independencia, medio para fundar una república “con todos y para el bien de todos”, según una frase titular de su encendida oratoria.
Su visión del país que le había acogido evolucionó hasta balancear la admiración con una previsión contra las consecuencias geopolíticas de tener tan cerca a un vecino cada día más poderoso. Murió apenas comenzadas las operaciones militares, cuyo resultado final habrían de darle la razón.
La victoria contra España se obtuvo al rendirse la guarnición española de Santiago de Cuba el 16 de julio de 1898, tras un asedio de dos semanas, donde miles de soldados cubanos compartieron sangre derramada con sus homólogos estadounidenses, en tanto la flota norteña batía sin piedad en pocas horas a una maltrecha escuadra ibérica a la entrada de la ciudad.
Bajo la ocupación norteamericana, los cubanos redactaron una nueva constitución, en mucho copia de la del vecino norteño, incluyendo en sus artículos la proscripción de cualquier privilegio basado en la raza o el origen de las personas. Sin embargo, debieron aceptar un apéndice constitucional, votado en el capitolio de Washington, la llamada Enmienda Platt, que otorgaba a la nueva potencia el derecho a intervenir en los destinos de Cuba.
Una sexta carta magna fue aprobada en 1940, ya derogada la oprobiosa enmienda. Esta ley suprema regía cuando el 10 de marzo un general retirado, Fulgencio Batista, asumió el poder de facto, con el apoyo de las instituciones armadas.
Entonces Mario Chanes, un sindicalista de los trabajadores del comercio, aceptó unirse al proyecto liderado por el abogado Fidel Castro Ruz, cuya esencia era tomar por las armas la fortaleza militar Moncada en Santiago de Cuba, iniciando un movimiento popular capaz de derribar la dictadura.
Frente al cuartel atacado, herido de bala, Chanes acató la orden de retirada de Fidel. Fugitivos en unas serranías, aceptó entregarse junto a otros cuatro compañeros para facilitar la huida del Jefe. La rápida llegada del ejército frustró la improvisada idea. Un total de 30 sobrevivientes fueron condenados a prisión por los sucesos del Moncada.
Fidel Castro alcanzó notoriedad política al ejercer su autodefensa como abogado, pronunciando un alegato convertido en denuncia contra el régimen batistiano. La constitución contenía un artículo que legitimaba la rebelión como último recurso frente a la tiranía, principio político derivado de la declaración de independencia de los Estados Unidos, citada por Castro, justificando sus actos.
El alegato fue publicado posteriormente bajo el título de La Historia me absolverá, programa de lucha de una anunciada revolución, bajo el juramento de restablecer la Constitución violentada. El joven abogado se convirtió en figura política nacional.
En mayo de 1955 una fotografía muestra a Mario Chanes de Armas, maleta en mano, a la izquierda de Fidel Castro Ruz, saliendo en libertad desde la Cárcel de la Isla de Pinos, al decretar el todavía dictador Batista una amnistía. Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, en su edición impresa nacional, ha publicado esta imagen recortada, intentando borrarlo de la historia.
Sin embargo, como la constitución esperaba por ser redimida, Chanes integra un nuevo destacamento armado que desembarca en la costa oriental de la Isla, procedente de México, el 2 de diciembre de 1957. La mayoría de los 82 hombres muere o son capturados por el ejército durante su primer combate, en tanto Fidel, su hermano Raúl y otros 15 escapan a la Sierra Maestra.
El veterano luchador vuelve a la cárcel hasta que la huida de Batista el 31 de diciembre de 1958 determina el triunfo de los Barbudos de la Sierra Maestra. La disolución del ejército y la policía determina que la nueva fuerza armada triunfante se convierta en cantera de las instituciones militares, al mando de Fidel Castro.
Chanes recibe el grado de comandante y un mando en la policía, pero pronto renuncia a ambas dignidades, porque en febrero de aquel año triunfal, el líder rebelde decide prolongar indefinidamente su mandato, renunciando a futuras elecciones.
Trabajando como repartidor de cervezas, Mario Chanes de Armas es detenido bajo la acusación de “conspiración de palabra” para asesinar a Fidel Castro, según consta en la causa # 556 de 1961. No le encontraron pruebas materiales de tal intento. Siempre se declaró inocente.
Prisionero, supo de la muerte de su único hijo de 22 años, de sus padres y de un hermano, sin asistir a sus funerales. Recibía dos visitas al año, privado de comunicación telefónica.
Tal vez su delito fue que, conversando con los amigos, solía repetir: “El derecho del pueblo es superior, si la constitución es violada cuenten conmigo para combatir a quien sea que la viole, con los poderes que tenga.”
Mario Chanes murió en Miami el 24 de febrero de 2007.
En Cuba hay actualmente 1066 presos políticos. (Ver
Autor Vicente Morín Aguado. Periodista independiente cubano, profesor de historia y filosofia, colaborador de los medios digitales Havana Times, Diario de Cuba, Cubanet, Palabra Nueva y otros medios. Actualmente vive en los Estados Unidos.