Cuba: La fábula de los corruptos. Junto a Chávez y a la Unión Soviética han sido las empresas españolas como Meliá, Iberostar, Marsans, Iberia, Air Europa, Viajes Ecuador y otras las que han apuntalado por años el edificio carcomido de la tiranía castrista y prolongado la agonía del pueblo de Cuba.
La visita del Rey Felipe VI a La Habana tiene todas las característica de “El parto de los montes”, la fábula escrita por Esopo en el siglo VI a.C. Esta fábula narra acontecimientos que se anuncian como algo mucho más grande o importante de lo que realmente terminan siendo. Porque el respaldo simbólico de este miembro de la dinastía corrupta de España a la tiranía más corrupta de América no atrasará en un segundo el reloj que ya marca la hora final de la pesadilla cubana. Ese reloj está en La Habana y su hora está siendo determinada por manos cubanas. No en el Madrid de empresarios depredadores y políticos oportunistas. Estos ciegos de avaricia y de poder son incapaces de entender que hace más de un siglo que Cuba dejó de ser colonia española. En la hora de la libertad que ya se nos avecina les pasaremos la cuenta. Y si no lo hacemos no merecemos ser libres.
Felipe, por otra parte, llevaba varios meses tratando de desmarcarse de este viaje. En primer lugar, el rey y sus asesores no quieren una confrontación abierta con Donald Trump y su política de castigo a la tiranía cubana por su apoyo a Nicolás Maduro. El presidente de Estados Unidos ha puesto una enorme presión en Cuba, pero también en los países con intereses en la Isla, ya sea aplicando aranceles o sanciones. Las empresas españolas y los miles de millones que han invertido en Cuba a partir de 1980 están en la mira de la Casa Blanca. Junto a Chávez y a la Unión Soviética han sido las empresas españolas como Meliá, Iberostar, Marsans, Iberia, Air Europa, Viajes Ecuador y otras las que han apuntalado por años el edificio carcomido de la tiranía castrista y prolongado la agonía del pueblo de Cuba.
En segundo lugar, a Felipe no le atraía la idea de aparecer en una foto en la compañía tóxica del presidente de Rusia, Vladimir Putin; Venezuela, Nicolás Maduro; y Nicaragua, Daniel Ortega. Pero Pedro Sánchez, el zurdo Presidente del Gobierno Español, impuso su criterio y el reyecito tuvo que obedecerlo. Lo que demuestra que Felipe no se manda porque es un empleado al servicio de los mercaderes españoles y un sujeto obediente a los políticos de turno. Como su mafioso padre, Juan Carlos I, Felipe defiende con los dientes las sinecuras, lujos y privilegios de zángano de colmena que le son proporcionados con el dinero de los contribuyentes españoles.
A mayor abundamiento, la corrupción de los borbones se remonta al fundador de la dinastía, Felipe V de España, llamado «el Animoso», quien gobernó al país durante 45 años, entre 1700 y 1746. Otro de los borbones ladrones fue el absolutista Fernando VII−el Deseado−quien gobernó de 1814 a 1833 y fue el primer rey después de la expulsión de los franceses de España. Fue tan corrupto que los españoles calificaron parte de su reinado como la “Década Ominosa” .
En un esfuerzo por no ser opacado por sus antecesores, Juan Carlos I hizo de la corrupción un arte de gobierno para beneficio personal. Sus fechorías han sido documentadas en un brillante libro del escritor Gregorio Morán , Editorial Planeta 1991, titulado “El precio de la Transición“. En uno de sus capítulos más esclarecedores, Morán escribe: “Juan Carlos I fue el mayor comisionista del país, su corrupción era descarada. Lo suyo con la corrupción fue un descaro. Donde olía dinero, ahí estaba. Una obsesión que venía de Fernando VII, pura tradición borbónica”. Lo inaudito es que sus defensores lo justificaban diciendo que Juan Carlos I había tenido muchas dificultades económicas de joven. ¡Eso es una sucia mentira! Los Borbones no tuvieron dificultades económicas nunca.
Otra de las manchas de esta dinastía inmoral fueron las revelaciones de la bella Corinna zu Sayn-Wittgenstein sobre sus relaciones amorosas con el ahora Rey Emérito Juan Carlos I. Este rey “sin mérito” le daba propiedades y regalos que no tenía porque residía en Mónaco, el paraíso fiscal de la vieja Europa. Corinna es la amante que quería ser reina y la que iba a recoger las comisiones del Borbón a Kuwait, Qatar y Arabia Saudí. Cuando se dio cuenta de que no sustituiría a Sofía−la reina perfecta, la reina madre, la reina cornuda enamorada del hombre que le ha puesto los cuernos más grandes del Reino de España−le pasó la cuenta a Juan Carlos I divulgando sus amoríos secretos. Todo esto aumenta la credibilidad de quienes afirman que el Rey Juan Carlos-I “ABDICO” porque un ex-agente del CESID−Centro Superior de Información de la Defensa−lo amenazó con hacer públicos sus muchísimos delitos ocultos.
Otro escándalo en el escudo de la dinastía de los borbones es el de Iñaki Urdangarín, marido de la Infanta Cristina. Este señor fue condenado a una pena de 5 años y 10 meses de cárcel por malversar varios millones de euros de dinero público a través de la Fundación Nóos que presidía. Es inconcebible que Urdangarín haya llevado a cabo un fraude de estas dimensiones sin el permiso y quizás hasta la complicidad de su suegro.
La encomienda que ha recibido ahora Felipe VI no es la de poner fin a la corrupción sino de esconderla. No se engañen los españoles cuando oigan a Felipe VI solicitar reformas en la Constitución de 1978 o invocar la lucha contra la corrupción o el terrorismo. Cuando habla de modificar la Carta Magna se refiere a achicar el agua necesaria que impida el hundimiento de la muy mermada embarcación que se dirige directa contra el iceberg. Todo es una farsa porque en la España de los Borbones se negocia todo menos el pisito que le dejó Franco−el guerrero que salvó a España del comunismo−a Juan Carlos y que ahora ha heredado Felipe VI.
Y para fortuna de estos reyes facinerosos, la Constitución Española de 1978 deja muy claro que el Rey (Juan Carlos I mientras lo fue y en la actualidad Felipe VI) son figuras inviolables jurídicamente, es decir, en esencia son personas que se encuentran al margen de la ley. Otro gran parecido con los miserables que han hecho de Cuba un verdadero infierno en la Tierra. En cuanto a nosotros los cubanos−que una vez nos liberamos del Imperio Español−pronto echaremos de nuestra patria a nuestros tiranos nativos y a sus explotadores cómplices españoles. Nuestra patria demanda que a todos les apliquemos la norma de: “Transición sin venganzas, justicia sin excepciones“.