Santa Cruz de Tenerife. España.- Todas las miradas se han dirigido en las últimas semanas hacia países como Colombia, México y Nicaragua – limitándome al acontecer de América Latina en su aspecto político y social–, algo que me ha parecido lógico y coherente toda vez que las controversiales elecciones de los dos primeros países fueron motivo de gran incertidumbre y preocupación, por cuanto la existencia de candidatos presidenciales pertenecientes a la izquierda constituía un fuerte flagelo para el renacer del socialismo en la región, lo que lamentablemente acaba de concretarse en México.
Por otro lado la tragedia del pueblo nicaragüense reprimido por las fuerzas policiales de la dictadura de Daniel Ortega ha llegado al límite con la existencia de más de 300 muertes según los últimos informes de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, ANPDH, en solo tres meses desde que comenzaron las protestas el pasado abril de 2018.
Esto ha contribuido a que otros sucesos de gran repercusión internacional sean menos comentados. Este es el caso del escándalo en torno a Rafael Correa, el expresidente de Ecuador, quien actualmente reside en Bélgica y ha sido acusado por sus implicaciones en el secuestro del legislador opositor Fernando Balda, hecho ocurrido en Bogotá en el año 2012 y que hoy sale a la luz.
Rafael Correa es el responsable máximo de todos los males que ha heredado el gobierno actual que preside Lenín Moreno tras una década exacta de un socialismo muy a su manera impuesto entre el 2007 y el 2017, entre los que se encuentran una millonaria deuda que se acerca a los 60.000 millones de dólares, una economía en recesión, altos índices de corrupción, así como una polarización extrema que ha conducido a fuertes enfrentamientos entre Correístas y Morenistas – defensores y seguidores de Correa, los primeros, y de Moreno, los segundos, a los que también se les llamó leninistas por lo de su nombre Lenín, y no precisamente por lo del líder comunista de la extinta URSS– que llegó a su clímax con una gran crisis del Partido Alianza PAIS que desencadenó la escisión del movimiento partidista por el fundado.
Hace unos meses comenté acerca de la posibilidad de que Rafael Correa fuera debidamente sentenciado, lo que presupone su encarcelamiento inmediato, algo que hice con sobradas fundamentaciones entre las que sobresalen:
- 1. Un grupo representativo de ministros, asesores, y colaboradores cercanos de su gobierno, incluido Jorge Glas, quien fuera su vicepresidente, y Carlos Pólit, el contralor general de su gobierno, han sido investigados y encontrados culpables de sendas acciones delictivas, algo que los ha llevado al cumplimiento de condenas en las cárceles ecuatorianas. Esto, como es lógico pensar o intuir, no podía estar al margen del presidente del país, y mucho menos tratándose de Rafael Correa, cuya personalidad caracterizada por sus rasgos de prepotencia y egocentrismo llevados a la máxima expresión, lo hacían estar en medio de todo y de todos. De ahí que con firmeza creo que no podía estar ajeno a las fechorías que cometían sus ministros, a los que se les ha asociado con elementos concretos expuestos por las autoridades judiciales de la nación andina a escándalos de corrupción, complicidad, cohecho, entre otras cosas. Pero aún más, soy de los que sostenemos la idea que no solo está implicado por complicidad, sino que le corresponde la responsabilidad cuasi total como autor intelectual de la mayoría de los actos por los que ahora están prisioneros algunos de sus ministros.
- 2. Agresión y deportación de más de un centenar de cubanos en el 2016. Desde el parque El Arbolito –sitio donde se les autorizó legalmente a permanecer por parte de las autoridades de la alcaldía municipal de Quito–, los cubanos esperaron una posible solución* que ni su embajada ni el gobierno ecuatoriano dieron; y contrariamente a lo esperado, fueron atacados de manera violenta en horas de la madrugada del miércoles 6 de julio de 2016 por una multitud de policías antimotines, resultando prisioneros cerca de 150 de ellos. De esta cifra fueron deportados hacia Cuba setenta y cinco de ellos para que sirviera de escarmiento a los miles de cubanos que conformaban en aquellos tiempos la comunidad cubana en Ecuador. El dictador Rafael Correa guardó silencio sobre el asunto; pero su implicación directa resulta más que evidente toda vez que acciones de este tipo no son asumidas por segundos sin previa aprobación de la máxima autoridad del país. De ahí que esta agresión a los cubanos – hecho un tanto olvidado que merece retomarse y ser divulgado– que protestaban en Ecuador sea otro elemento más en el que el dictador promotor del socialismo en Ecuador esté seriamente implicado en combinación con el régimen de La Habana.
- 3. Una millonaria deuda que se aproxima a los 60.000 millones de dólares y de la que es su responsable máximo. La Contraloría General del Estado acaba de emitir el segundo informe con responsabilidad penal en contra del expresidente Rafael Correa, en el tema de endeudamiento público. El contralor Pablo Celi anunció este lunes que este organismo halló indicios de responsabilidad penal contra Correa y varios funcionarios, como exministros de Economía y Finanzas, exgerentes del Banco Central, exsecretario de Desarrollo y Planificación, entre otros. El examen incluye datos entre $ 1.700 millones y $ 2.300 millones de Certificados de Tesorería (Cetes) colocados por el Ministerio de Finanzas entre enero del 2016 y diciembre del 2017.
Pero en mi comentario no me referí al caso Balda, por cuanto hasta ese momento solo había especulaciones con falta de elementos objetivos que permitieran vincularlo directamente con el secuestro del opositor y legislador ecuatoriano en 2012, algo que ahora ha salido a la luz con sobradas razones como para que sea aprobada su captura por la Interpol y su extradición a Ecuador. Actualmente la Fiscalía General del Estado considera a Rafael Correa como autor mediato porque era el presidente de la república y jefe directo del director de la Secretaría Nacional de Inteligencia, SENAIN.
Pero detengámonos en algunos aspectos sobre el caso Balda. ¿Quién es Fernando Balda y por qué se vincula a las acusaciones sobre Correa? En agosto de 2012 advirtieron a la Policía de Bogotá que en el norte de la capital colombiana estaban secuestrando a un hombre. Era el ex asambleísta ecuatoriano Fernando Balda, quien vivía allí desde 2010 huyendo de una condena a 3 años de cárcel establecida durante el mandato de Correa. La policía frustró el secuestro, pero los autores del hecho escaparon. No obstante, se pudo obtener la numeración de la placa del auto y llegar a conocer que había sido alquilado por Luis Raúl Chicaiza, un agente de la inteligencia ecuatoriana. En otras pruebas se filtraron los nombres de otros agentes de la Policía Nacional de Ecuador y el nombre del propio ex jefe de los Servicios de Inteligencia Ecuatorianos, SENAIN, Pablo Romero. Así mismo existe en el tribunal de cuentas ecuatoriano, según la Contraloría del Estado, un reporte de gastos por 23.000 dólares identificado con el nombre de Operación Secuestro. La investigación incluye además el testimonio de Diana Falcón, una agente de inteligencia involucrada en este caso, quien afirmó que fue a Colombia “cumpliendo órdenes directas del Secretario de la Secretaría Nacional de Inteligencia, del Comandante General de la Policía y del Director General de Inteligencia”. Otro elemento que resulta de interés es el hecho de dos meses después del episodio del frustrado secuestro Fernando Balda fue deportado a Ecuador y puesto en prisión por dos años por el delito de injurias al entonces presidente Rafael Correa.
Así las cosas, imposible que el dictador Rafael Correa estuviera ajeno a los actos delictivos que cometían sus corruptos ministros, a las órdenes de agresión a cientos de cubanos, a la deportación de casi un centenar de ellos, así como a las violaciones normativas en relación con el Producto Interno Bruto, PIB, y al despilfarro generalizado de los recursos financieros del país durante su década de mandato en la que la economía entró en recesión y la deuda se elevó a los casi 60.000 millones de dólares.
Por todas estas razones, más las que irán saliendo en el curso de las investigaciones que se realizan actualmente en Ecuador, Correa estará en breve tras las rejas, justo en el lugar que merece por sus criminales actos durante su mandato. Ya la orden de captura a través de la Interpol está dada para que sea detenido en Bélgica, donde vive desde hace algo más de un año con su familia, para ser extraditado hacia Ecuador.
* La comunidad cubana de Ecuador solicitó a través de las embajadas de México y Canadá, así como a través de organizaciones religiosas y de derechos humanos la posibilidad de traslado hacia los Estados Unidos de América desde Ecuador de una manera segura para evitar los peligros al pasar las selvas de los territorios americanos antes de llegar a la frontera entre México y E.U. La petición fue firmada en 2016 por un total de 1.668 cubanos que se encontraban en Ecuador.