Luego de 26 años de haberse desintegrado el imperio sovietico es interesante echar una ojeada a los pedazos de aquel conglomerado mundial que un día fué regido por los partidos comunistas, con el objetivo de reflexionar acerca de lo que podría aspirarse para Cuba en el futuro no muy lejano luego de la salida de los Castro de la escena política.
El mundo comunista se fraccionó en 30 paises con diferentes regímenes y diversos grados de libertad económica, producto de las políticas seguidas por sus gobiernos post comunistas. En tanto se mantienen aún cinco países gobernados por partidos comunistas.
La información está basada en el Indice de Libertad Económica del 2017. Este índice lo publica la Heritage Foundation anualmente inclyendo 180 países.
De las 30 repúblicas que dejaron de ser parte del mundo comunsta, el Indice clasifica a siete como economías mayormente libres:
Estonia, Georgia, Lituania, Letonia, Republica Checa, Macedonia y Armenia.
Con economías moderadamente libres a 12 países:
Rumanía, Kazakhtan, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Albania, Azerbaiján, Montenegro, Kyrguistán, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria y Kosovo.
Con economías mayormente reprimidas a 9 países:
Croacia, Eslovenia, Serbia, Bielorrusia, Tajikistán, Moldavia, Rusia, Mongolia y Uzbekistán
Por último con economías reprimidas dos países:
Ucrania y Turkmenistán.
Como podemos ver, algunos de estos países liberaron sus economías, en tanto en otros, se mantienen gobiernos dictatoriales y la corrupción es rampante.
Aunque los percápitas se sabe que no son un indicador perfecto para describir la situación económica real de un país, ya que esta cifra no es más que el resultado de dividir el Producto Interno Bruto entre el número de habitantes, la evidencia histórica demuestra que hay una fuerte correlación entre libertad económica y crecimiento económico, y que las sociedades con altos percápitas poseen en general mejores estándares de vida.
El promedio del percápita a paridad de poder de compra con el dolar de 2016 en los países mayormente libres es de 21,157 dolares, siendo la República Checa la de más alto percápita con 33,500 dolares.
Para los países moderadamente libres, el percápita promedio fué de 18,725 dolares. El país dentro de este grupo con el mayor percápita fué Eslovaquia, con 31,300 dolares
Para los países con economías mayormente reprimidas, el percápita promedio fué de 15,744 dolares, el mayor percápita del grupo lo tiene Rusia con 26,900 dolares.
En las economías reprimidas, el percápita promedio fué de 12,900 dolares.
Dentro de los países comunistas se encuentra China con un percápita de 15,400 dolares, Vietnam con 6,400 dolares, y Laos con 6,900 dolares.
Las cifras de los percápitas para Cuba y Corea del Norte no son ni medianamente confiables.
Para tener puntos de comparación tenemos que el percápita de los Estados Unidos fué de 57,600 dolares, de la Union Europea en su conjunto fue de 39,200 dolares, de Chile de 24,100 dolares y de Venezuela 14,000 dolares.
Como se puede ver, los percapitas de los países que se mantienen dentro de economías de tipo comunista son miserables, e incluso la misma China tiene un percápita que apenas llega a un 27% del de los Estados Unidos.
Para la mayoría de estas 30 repúblicas, la salida de un sistema de economía reprimida de planificación comunista resultó en una mejora ostensible en el nivel de vida de sus sociedades sin embargo, las transiciones desde una economía comunista a una capitalista no fueron iguales lo que hizo una gran diferencia.
Cuba debe aprender de estas transiciones, de los éxitos y los fracasos si queremos un país que se convierta en un milagro económico.
Con la excepción parcial de la República Checa, todos estos países desperdiciaron un oportunidad histórica que sería imperdonable que Cuba desperdiciara teniendo ya tanta experiencia mundial acumulada.
En esas naciones, en vez de los mercados libres que debían esperarse, lo que vimos fué la creación de democracias sociales controladas por el Estado.
La creación de un mercado verdaderamente libre en Cuba va a contar con la oposición de los burócratas internacionales y de los Estados Unidos que intentarán controlar el destino de una Cuba post-Castro.
La contribución esencial del libre mercado es que la economía se maneja sola a través del orden espontáneo, siempre y cuando se cree una estructura legal que proteja a la propiedad y a la libertad de firmar contratos.
En Europa del Este, los gobiernos adoptaron los planes altamente intervencionistas del Fondo Monetario Internacional, cometiendo el error de imitar a los países occidentales estableciendo impuestos progresivos, e impuestos sobre las ganancias de capital, creando así una estructura que retardaba el crecimiento económico y penalizaba la creación de riqueza real
Si Cuba evitase la formación de todo este esquema impositivo, inmediatamente se convertiría en un magneto para la inversión de todas partes del mundo, y los cubanos tendrían el incentivo de trabajar, ahorrar, invertir, y producir ya que podrían quedarse con el fruto de su labor e ingeniosidad. El estándard de vida de Cuba rápidamente alcanzaría los niveles pre-Castro de fines de los 50s, y eventualmente podría sobrepasar a Chile.
Los gobiernos de Europa del Este, a través de impuestos, trataron de colectar fondos para pagar las deudas contraídas por los comunistas, y esto contribuyó a estorbar la recuperación y el crecimiento. Esto debe ser evitado en Cuba. Por que cobrarle impuestos a las víctimas del comunismo para pagarle a aquellos que fueron los suficientemente tontos o canallas como para prestarle a los comunistas? Esas deudas deben ser repudiadas. Si esto perjudica la confiabilidad crediticia no importa pues Cuba debe alejarse de toda deuda.
Con el pasado que Cuba no debe cortar es con las deudas con los que fueron expropiados por la Revolución, pues es necesario demostrar que existe un compromiso con la justicia. Tierras y edificios confiscados durante la Revolución deben ser devueltos a sus dueños originales o a sus herederos. El capital industrial creado bajo el comunismo debe ser entregado a los trabajadores mediante un sistema de participación accionaria. La propiedad no documentada deberá ir a aquellos que la poblaron y trabajaron. Edificios de apartamentos a sus habitantes, omnibus, a los choferes de omnibus etc.
Independientemente de la técnica que se use, lo importante es la transformación rápida de la propiedad colectiva en privada sin compromisos intermedios.
Cuba también debería establecer los mercados laborales más libres del hemsferio, ya que esta es la única política eficaz para dar empleo a todo el que quiera trabajar amortiguando así los despidos en la enorme maquinaria burocrática y militar comunista que debe ser desmantelada. Los cubanos deben ser libres de trabajar sin considerar restricciones laborales sindicalistas, ni salarios mínimos, ni políticas raciales o de discriminación contra extranjeros. Los empleadores deberan tener libertad de contratar y despedir.
Deben abrirse las fronteras a las importaciones desde cualquier parte del mundo, y no ponerse ninguna traba al flujo de bienes y dinero fuera del país evitando cualquier tipo de política proteccionista ni de control monetario, ni subsidiarse ninguna empresa extranjera como se hizo en los años 50s
Por otra parte, es comprensible que en un sistema como el comunista donde el pago y la producción no tienen nada que ver uno con el otro, mucha gente se acostrumbra a vivir sin trabajar, por lo que Cuba debe limitar cualquier sistema de beneficiencia pública encaminando a las personas a labrarse su propio camino.
Un problema que tuvieron todas las economías socialistas es la amplitud de la economía informal, y en Cuba, desde la desaparición de la URSS, el gobierno comunista no pudo sostener el gigantesco ejercito y la burocracia, lo cual provocó despidos masivos de burócratas y pase a retiro de muchos militares. Esta situación llevó a una ampliación exponencial de un sector informal donde miles de personas tiene que buscarse la vida a como pueden. La respuesta a esto en una Cuba futura es “legalizar”.Dejar que cualquiera que pueda hacer un producto o un servicio lo pueda hacer sin interferencias, y dejar que lo venda a quien se lo quiera comprar, por el precio que esté dispuesto a pagar mientras no haya un fraude involucrado.
Si Cuba llevara adelante esas políticas; privatización completa, cero impuestos a los ingresos y a las ganancias de capital, mercados laborales libres, libre comercio, legalización del mercado “negro” y de la economía informal, rechazo al Estado regulador y benefactor, el país tendría un boom económico real, y de hecho desarrollaría problemas de inmigración al convertirse en un paraíso del libre mercado a las puertas de los Estados Unidos.
Cuba tendría que desarrollar un marco legal simple, basado en el derecho negativo, que permitiera un Estado pequeño, con una judicatura fuerte para proteger los derechos individuales de libertad y proiedad privada, y dejar de fantasear con la nefasta Constitución de 1940 a la que inexplicablemente se la ha rendido tanto culto cuando lo que hizo fué poner una camisa de fuerza al crecimiento económico del país y abrir la puerta para la creación de instituciones que incentivaban la corrupción, la captura de rentas, la demagogia y la politiquería. Una estructura legal de ese tipo es lo que menos necesita un país verdaderamente libre.
Cuba necesitaría también amplia independencia política, sí a la globalización, pero no al globalismo. Burócratas norteamericanos tratarán de impedir que un libre mercado sea establecido en nuestro país como lo hicieron en Rusia y Europa del Este enviando misiones de “expertos” de las agencias reguladoras que buscarían imponer la formación de una economía mixta, con privilegios para intereses especiales norteamericanos
Tampoco Cuba debe aceptar ayuda externa ni tomar préstamos del Fondo Monetario Internacional ni del Banco Mundial, pues Cuba quedaría sometida a regulaciones ambientales y laborales que son incompatibles con el crecimiento económico. Ni debe formar parte de tratados supranacionales como NAFTA o ninguno otro, ya que le serían impuestas perjudiciales políticas estatistas.
Cuba no puede aspirar a volver a 1958 y perder una oportunidad histórica de convertirse en un país libre, rico y feliz; en ser finalmente la Cuba “con todos y para el bien de todos”, donde ” la ley primera de la República sea el respeto a la dignidad plena del hombre”